Daniel Sirera ha salido al atril con pose triunfal. El líder del PP ha sido el segundo candidato en tomar la palabra en el pleno de investidura de este sábado y lo ha hecho con un discurso muy crítico con Ada Colau y dónde ha enviado un mensaje claro al nuevo alcalde Jaume Collboni.
«Colau ya es historia y Collboni tiene la responsabilidad de poner fin a esta pesadilla que nunca tendríamos que haber vivido. No se trata de pasar de un gobierno de Colau y Collboni a uno de Collboni y Colau», ha asegurado Sirera, que ha retirado finalmente su candidatura a la alcaldía, un paso al lado que se ha materializado con los votos de los regidores populares a la candidatura del jefe de filas socialista. El jefe de filas del PP ha remarcado que ha cumplido con su palabra de no hacer alcalde un «separatista» y de no permitir que los Comuns estuvieran en el gobierno de la ciudad.
Sirera ha señalado que su posicionamiento es un «ejercicio de responsabilidad» para probar de conformar un gobierno que devuelva la ilusión perdida de los barceloneses. «A pocos decías de las elecciones generales, ustedes pueden comprender que no ha sido fácil apoyar un alcalde socialista, que son nuestros máximos adversarios en las generales. Lo he hecho porque más allá de intereses electorales, priorizamos los de Barcelona», ha insistido, emplazando Collboni a poner fin a la moratoria hotelera y acelerar la ampliación del aeropuerto del Prat.
Una carambola para vetar el pacto Junts-ERC
Hay que recordar que los populares han sido finalmente claves para investir Jaume Collboni como nuevo alcalde de la ciudad. Los votos de los cuatro regidores de la formación junto con los de los Comune han permitido sumar un total de 23 votos al candidato socialista, que se ha impuesto de este modo a los 16 votos que ha concentrado Xavier Trias gracias al apoyo de ERC. Este posicionamiento del PP iba condicionado a la no entrada de Barcelona En Comú en el gobierno o a un paso al lado de Ada Colau. Finalmente, pues, ha sido este primer supuesto el que ha dado vía libre a los de Sirera para investir a Collboni.

Con esta carambola, tan rocambolesca como eficiente, el candidato socialista liderará un gobierno en Barcelona después de dos intentos fallidos. Collboni se sale con su después de una campaña que inició en enero saliente del gobierno y en la cual ha tenido un marcado acento anticlolau, dirigiéndose a un público progresista y moderado a la vez.