El acuerdo para poder sacar adelante la tramitación del nuevo presupuesto de Barcelona tendrá que esperar. La reunión que este lunes por la tarde han mantenido el alcalde Jaume Collboni y el exbatlle y líder de Junts, Xavier Trias, ha acabado sin un pacto que permita garantizar que las cuentas municipales superan el primero de los obstáculos antes de su aprobación.
Fuentes de Trias per Barcelona han asegurado que el encuentro se ha prolongado durante cerca de una hora, pero que ha concluido sin que se haya producido «ningún avance constatable» en las negociaciones para poder superar este bloqueo en el presupuesto. Desde la formación encabezada por Trias consideran que la propuesta del ejecutivo es «continuista» y que no hace nada más que «blindar» el modelo de ciudad impulsado por Ada Colau durante los últimos dos mandatos.
«Continúa estando en manos del alcalde Collboni decidir si quiere hacer el cambio, y como y con quien quiere gobernar la ciudad de Barcelona en este mandato», indican las mismas voces. En la reunión han participado también el portavoz del grupo, Jordi Martí Galbis; el concejal responsable de presupuestos, Ramon Tremosa, y los tenientes de alcaldía Laia Bonet i Jordi Valls.
«Responsabilidad» para no bloquear el presupuesto
Hay que recordar que el alcalde socialista ha pedido precisamente este lunes “responsabilidad” a todos los grupos para garantizar que las cuentas superen la tramitación inicial, que se votará este miércoles por la tarde en la Comisión de Economía y Hacienda del Ayuntamiento.
“No hay que estar de acuerdo con el 100%, sino dar la oportunidad de que se pueda tramitar”, ha asegurado Collboni en una rueda de prensa recogida por la ACN, donde ha pedido no dar por “definitivas” las posiciones del resto de formaciones y dónde ha afirmado que se continuará dialogando “hasta el último momento”. El líder socialista ha insistido que la propuesta de presupuesto que tienen los grupos sobre la mesa tiene que permitir inversiones “muy importantes” y ha advertido que 715 millones de euros de gasto corriente e inversión quedarían en el cajón de no aprobarse.
