Primer lunes de septiembre y los pasillos del Ayuntamiento vuelven a estar llenos. El PP de Daniel Sirera ha sido lo más tempranero a ofrecer la protocolaria puesta en escena del nuevo curso político, que empieza con Jaume Collboni gobernante en solitario, tal como acabó, pero de nuevo con el pacto con Esquerra Republicana en boca de todo el mundo y con los primeros intentos para pactar el presupuesto de 2025. Los populares han descartado ningún entendimiento con Collboni «para hacer las mismas políticas de los últimos ocho años con una estelada», en relación con los últimos cantos de sirena que auguran negociaciones para aprobar las cuentas del año próximo pronto y a un posible pacto PSC-ERC.
En todo caso, Sirera ha decidido empezar el curso con un dardo nuevo contra el gobierno municipal, aprovechando que apenas somos a las puertas de la Mercè. «No me parece coherente que se invite a la Mercè una ciudad que no garantiza los derechos humanos», ha dicho el popular sobre Casablanca, la ciudad invitada a las fiestas de este año. El líder popular en el Ayuntamiento ha mencionado que Collboni «no podría ser alcalde de Casablanca» porque Marruecos «persigue los ciudadanos simplemente por su orientación sexual», y le ha pedido una rectificación.

«No es oportuno y no está bien invitarlos. Si Collboni decide dar protagonismo y papel a una ciudad donde las personas pueden ir a la prisión por su orientación sexual, pues es su responsabilidad», ha insistido en la misma línea. El popular ha hecho llegar la petición a Collboni por carta, según ha dicho él mismo en rueda de prensa, y ha pedido que, de cara los próximos años, la ciudad invitada a la Mercè se «consensúe» con todos los grupos municipales. Sobre si harán alguna acción concreta, en caso de que el alcalde rechace la carta, Sirera ha dicho que no son un partido que hace «espectáculo», pero sí que pedirían a Collboni que defendiera los derechos humanos ante la alcaldesa de Casablanca.
Sirera critica la invitación de Casablanca prácticamente nueve meses después de hacerse el anuncio. Casablanca ha cogido el relevo de Kíiv como ciudad invitada a la Mercè, una tradición que se incorporó con el mandato de Jordi Hereu y que han seguido todos sus sucesores. El día que se dio a conocer el nombre, Collboni destacó que la comunidad marroquí es «muy importante» en Barcelona y que la Mercè será una oportunidad para «conocer una cultura que nos es muy próxima, pero que a veces no conocemos bastante bien».
Puerta cerrada a los presupuestos si hay acuerdo PSC-ERC
En clave política, Sirera ha situado la seguridad como palo de pajar de sus políticas y ha insinuado que el PP no pondrá fácil un entendimiento con el PSC para salir adelante los presupuestos en caso de que la mayoría preferida por Collboni –PSC, ERC y Comunes– falle. «Queremos que la ciudad de Barcelona tenga más policías, con sus escudos y sus espadas, para poder controlar las navajas. Queremos que Barcelona esté más limpia, que no haya personas durmiendo en la calle y que el tráfico sea fluido. Si Collboni quiere esto, podemos hablar, pero parece que ahora tiene la voluntad, incorporando una estelada, de hacer las mismas políticas que en los últimos ocho años», ha dicho Sirera en la primera rueda de prensa del curso.
El popular ha recordado que Collboni «no quiso hablar» con el PP en los últimos presupuestos –que los socialistas aprobaron vía moción de confianza, y solo con el aval de ERC–, insistiendo que solo se los convocó a una reunión para «comunicar qué eran los presupuestos» y decirles que «es lo que hay». «Con este tipo de políticas no se gobierna una ciudad en minoría», ha criticado.




