La Guardia Urbana se encuentra con una agresividad creciente en las calles de Barcelona. Lo ha reconocido el jefe de la policía local, Pedro Velázquez, en una comparecencia en una comisión extraordinaria de Seguridad en el Ayuntamiento sobre el incremento de las armas blancas en la ciudad. Según Velázquez, 2020 se cerró con 2.100 peleas, mientras que en 2023 fueron 5.106, un 143% más. Junts per Catalunya-Trias per Barcelona había pedido la comparecencia del alcalde Jaume Collboni en la citada comisión, pero las explicaciones las ha acabado dando el teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle y Velázquez.
El jefe de la Guardia Urbana ha dicho que un 42% de las armas blancas que se detectan en Barcelona es en un contexto de amenaza, «sin utilizarlas», mientras que otro 13% se usan en robos con violencia e intimidación. En el 87% restante de robos con violencia, no se ha hecho uso de las armas blancas. En cuanto a las lesiones, el uso de las armas blancas tiene lugar en entornos domésticos, a veces estas armas están asociadas al sinhogarismo, se usan en peleas en entornos de ocio «asociadas a consumo de drogas y de alcohol» y en «estructuras incipientes» en la ciudad de bandas que, según el jefe de la Guardia Urbana, no tienen la «sofisticación» de las bandas latinas. Y en grado más bajo, los agentes detectan agresiones con armas blancas fruto de «brotes psicóticos» o la ingestión de sustancias estupefacientes.

82 puntos de riesgo en Barcelona
El perfil de las personas que llevan armas blancas o hacen uso de ellas es el de un hombre entre 16 y 34 años que tiene antecedentes policiales por delitos contra la salud pública o delitos violentos, y el horario más habitual de esta problemática es el nocturno de los días festivos. La Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra tienen detectados 82 puntos de encuentros de riesgo, sea por la tenencia o uso de las armas blancas. Velázquez ha subrayado que les interesa mucho saber cuáles son estos emplazamientos, porque esto ayuda a los cuerpos policiales a diseñar los dispositivos preventivos. La policía también llevaa a cabo controles planificados en estas zonas. Ya se han hecho en las fiestas mayores de Gràcia y Sants y se harán a las fiestas de la Mercè. El jefe de la Guardia Urbana ha explicado que los controles se ejecutan con «mucha antelación» para enviar un mensaje: no se quieren navajas ni armas blancas en las calles de la ciudad.
Otra línea con la que trabaja la Guardia Urbana es «explorar la vía penal» para los casos más graves, aunque solo sea por la tenencia de armas. En este caso, Velázquez ha hecho referencia a las instrucciones de la Fiscalía, que señala las personas con antecedentes a las que se localicen «armas prohibidas», con la agravante si el hallazgo tiene lugar en un contexto de riesgo, como un entorno a ocio o es «una zona próxima a la comisión de un robo con violencia». En estos casos, a estos ciudadanos se les podrá imputar el artículo 563 del Código Penal, que prevé de uno a tres años de prisión. Finalmente, Velázquez ha avanzado que los agentes de la Guardia Urbana están haciendo formaciones específicas para afrontar estas situaciones.

Martí Galbis: «Vamos tarde y a remolque»
En su intervención, el presidente del grupo municipal de Trias per Barcelona, Jordi Martí Galbis, ha criticado que el alcalde no haya hecho acto de presencia y ha opinado que se está yendo «tarde y a remolque» para combatir la problemática de las armas blancas en Barcelona. Para Martí Galbis, hay una «gran alarma social» y ha hecho un llamamiento a incrementar los recursos preventivos y los controles por decomisar las armas blancas o detener a las personas que las lleven cuando estas tengan antecedentes. El regidor ha recordado que las últimas fiestas de la Mercè se han cerrado con muchos problemas de orden público y ha pedido que el incremento policial y de controles que se harán este año se queden de forma permanente.
Desde el grupo municipal de ERC, Jordi Coronas, igual que Batlle, cree que la problemática de las armas blancas no es un fenómeno únicamente de Barcelona sino «generalizado». Coronas ha recordado algunos datos, como que antes de la pandemia se ponían en la ciudad dos denuncias al día por posesión de armas blancas y en 2022 ya eran tres, y que mientras hace dos años tuvieron lugar 554 cuchilladas en Barcelona, en 2023 fueron 575. La media es de 1,5 en el día. Según Coronas, coincidiendo con la puesta en marcha del plan DAGA (con un incremento de los dispositivos en zonas de riesgo), los Mossos confiscaron el año pasado 9.180 armas blancas, casi el doble que en 2019. Y ha desvelado que las armas blancas se han usado en el 42% de los homicidios de 2024, con tres muertes violentas en la Barceloneta. El regidor es partidario de continuar intensificando la tarea preventiva con controles y también abordar cambios legislativos.