Jugada maestra de Jaume Collboni. Será alcalde o no lo será, pero ha puesto contra las cuerdas a la hasta ahora alcaldesa Ada Colau, obligada a tomar la decisión más difícil después del 28M. Un dilema que, se resuelva como se resuelva, tendrá consecuencias. En manos de los Comuns ha puesto la decisión de elegir entre permitir por pasiva que Xavier Trias sea alcalde, o que lo sea Jaume Collboni con los votos del PP y dejando a su partido en la oposición. O Trias o un gobierno progresista descabezado por los votos del PP y sin la misma Colau ni los Comunes. Aunque el PSC pueda pagar los votos gratis con cargos menores en el Ayuntamiento y en los distritos.
De forma oficial, el número dos de Colau, Jordi Martí, asegura que no entrarán en el juego del PP. Están dispuestos a investir alcalde a cualquiera de los 24 regidores progresistas del consistorio, pero no con el apoyo del PP. De hecho, la operación Sirera sería solo una repetición de la operación Valls, que el 2019 dio la alcaldía a Ada Colau a pesar de que ERC ganó las elecciones. En 2023 cambian dos nombres, quien ha ganado es Xavier Trias, y quién sería alcalde sería Collboni y no Colau. Mientras tanto, el PP ha hecho público que está en marcha una «negociación sensata» con el PSC para votar a Collboni, el cual estaría esperando los votos de los Comuns sin entrar al ejecutivo.

Todos los caminos llevan a la oposición
El caso es que el dilema en el que se encuentran Ada Colau y los Comuns les conduce, elijan lo que elijan, en la oposición. Si los Comuns rechazan participar en la operación Sirera para desbancar a Xavier Trias y presenta como candidata, automáticamente abre la puerta a la proclamación de Xavier Trias como alcalde. Se ahorra la degradación moral que muchos electores podrían atribuir al partido por hecho de maniobrar dos veces contra el candidato ganador, y en este caso, solo para dar la alcaldía al PSC. Pero, por el contrario, si Colau cede a la presión del PSC y mujer los votos gratis a Collboni y se queda fuera del gobierno, tendrá que buscar un argumento que convenza sus electores de las bondades de dar la alcaldía al PSC y dejarlo bajo fiscalización del PP. podría haber una razón para que los Comuns acabaran haciendo este paso, y es que, a pesar de no entrar en gobierno municipal, tuvieran garantizados algunos cargos menores para sostener parcialmente la estructura del partido, como mínimo hasta las elecciones catalanas. Ahora bien, esto dejaría fuera primeras espadas como Colau, Martí o Sanz.
La última maniobra para evitar el dilema
De hecho, Ada Colau ha intentado por activa y por pasiva no caer en este dilema, pero las llamadas a un tripartito progresista pasaron de largo en ERC. La jefa de filas de los Comuns proponía partirse la alcaldía entre las tres formaciones, evitando así tener que decidir entre dar vía libre a Trias o ponerse al mismo lado del PP. La idea no duró ni 24 horas, y fue entonces cuando el PP entró en acción y Collboni vio un filón para ser alcalde.
Sea como fuere, quedan 48 h para que el pleno del Ayuntamiento, con los nuevos regidores, vote a un nuevo alcalde. Todo hace prever que serán horas de infarto y que la decisión final llegará