Tal como ocurrió en la comisión extraordinaria de Economía y Hacienda de mediados de octubre, el gobierno de Jaume Collboni, Barcelona en Comú y ERC han dado un paso más para aprobar definitivamente las ordenanzas fiscales para 2026, con el objetivo de que entren en vigor durante el primer trimestre. En el pleno de este viernes, el tripartito de izquierdas ha dado luz verde a la propuesta de impuestos y tasas para el próximo año en la ciudad. El resto de formaciones –Junts per Barcelona, PP y Vox– han votado en contra.
El teniente de alcaldía del área económica del gobierno municipal, Jordi Valls, ha recordado que los impuestos para 2026 se congelarán para las familias y las pequeñas y medianas empresas. Además, se prevé una modificación del Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (Icio), con una bonificación del 95% en los casos de obras de regeneración urbana. E incluirá un incremento del recargo municipal de la tasa turística, a razón de un euro al año hasta 2028. Esta subida está pendiente del aval del Parlament de Catalunya. El recargo pasaría de los cuatro euros actuales a ocho por persona y noche en 2029.
Precisamente, el incremento del recargo de la tasa turística es una iniciativa de ERC. El concejal Jordi Castellana ha destacado que el incremento supondrá unos ingresos adicionales de 70 millones para el Ayuntamiento. Una de las condiciones que los republicanos pusieron para aprobar las ordenanzas fiscales y los presupuestos municipales para el próximo año fue que se creara un fondo de retorno turístico con los ingresos del recargo municipal de la tasa turística, que deberá destinarse a inversiones en los barrios más castigados por el turismo masivo, y que el gobierno ha aceptado. ERC ha negociado también 15 millones para la regeneración en el barrio del Besòs, dos millones para los alrededores del antiguo cine Pedro IV (donde se está haciendo una ampliación del CAP Besòs y una nueva biblioteca), y un plan de comercio.

Los Comunes quieren un IBI progresivo
A pesar del apoyo de los Comunes a la aprobación inicial de las ordenanzas fiscales, la concejala Gemma Tarafa ha condicionado el sí definitivo a que se apruebe un IBI progresivo, de tal manera que los que tengan más de una vivienda paguen más que los que solo tienen una. Los Comunes también exigen un plan de choque en el barrio del Besòs para revertir la privatización de la rehabilitación de las fincas en un estado muy precario, y proteger el comercio local frente a las multinacionales, poniendo freno a las franquicias.
Tanto Junts como PP han votado en contra de las ordenanzas fiscales. El concejal Arnau Vives (Junts) ha dicho que presentarán alegaciones a la propuesta de impuestos y tasas del gobierno, enfocándose en una reducción de la presión fiscal y defendiendo el poder adquisitivo de las familias. Y desde el PP, el concejal Juan Milián, que este viernes se despide del pleno, ha valorado los impuestos que pagan los barceloneses como los más altos de España. Para los populares, el gobierno de Collboni estigmatiza el turismo y defiende que las ordenanzas fiscales sean «menos colauistas«.

