Ya falta muy poco para que se celebren las elecciones. Durante las dos semanas que ha durado la campaña electoral, los medios de comunicación han estado difundiendo de manera continuada titulares sobre los diferentes mensajes, propuestas o reflexiones que los candidatos a la alcaldía de Barcelona han querido hacer llegar a los barceloneses. Entre esta avalancha de información, los alcaldables han repetido, especialmente, ciertos mensajes para que calen en los barceloneses a la hora de echar las papeletas en las urnas.
La actual alcaldesa de Barcelona y candidata de BComú, Ada Colau, ha reivindicado que su formación es la única que tiene claro qué modelo de ciudad vuelo, basado en un urbanismo que reduzca la circulación de vehículos de motor y al reducir las desigualdades sociales, entre otras. Con su lema ‘Barcelona abre camino’ manifiesta su voluntad de continuar desarrollándolo en un tercer mandato. Desde su punto de vista, hay otros candidatos que solo se posicionan en contra de este modelo sin proponer alternativas. La otra gran obsesión de Colau ha sido avalar la gestión del gobierno de coalición progresista entre los Comunes y el PSC y ha rechazado un posible pacto entre Jaume Collboni y el candidato de Juntos, Xavier Trias. ¿El objetivo? Conseguir que los barceloneses se los den otra oportunidad a las urnas.

A los antípodas de Colau está el exalcalde Trias. Durante toda la campaña se ha mostrado como la mejor y única alternativa a la candidata de BComú, como la persona que puede hacer cambiar una Barcelona que considera que no funciona. Repetidamente, ha puesto de ejemplo la inseguridad, la movilidad, la limpieza y las políticas de decrecimiento económico, entre otros. Por otro lado, ha insistido mucho a trasladar a los electores que votar Trias por Barcelona es un voto seguro porque él sí que sabe gestionar, tal como, según dice, demostró durante los cuatro años que fue alcalde de la ciudad. En este sentido, ha repetido continuamente datos sobre las mejoras que consiguió durante su mandato en materia de seguridad y economía, entre otras.

Por su parte, Collboni ha centrado esta campaña a denunciar la gestión del gobierno de coalición como si no hubiera formado parte de este. En esta línea, ha tratado de ocupar el espacio del centro para distanciarse de Colau y buscar el voto moderado.
Una cosa que avala a Collboni, desde el punto de vista de muchos votantes, es el partido. Es por eso que sus parlamentos han sido también orientados a potenciar las siglas del PSC y a evocar el legado de los alcaldes socialistas, como Pasqual Maragall. Esto es, del mismo modo que ha hecho Trias, una manera de recordar que su partido sabe gestionar porque ya lo ha hecho antes.

Parte del discurso del candidato de ERC y ganador de las elecciones del 2019, Ernest Maragall, se ha basado a hablar de lo que considera que sería «el pacto de la vergüenza»: una posible alianza entre Collboni y Trias. Desde su punto de vista, el resultado de esta sería tener un gobierno conservador en la ciudad y que, encima, podría llegar a contar con el apoyo del PP.
Aun así, durante la campaña de Maragall han estado clave las denuncias hechos a los Comunes y el PSC por haber «sometido» la ciudad a los intereses del Estado. Los ha acusado, concretamente, de convertir Barcelona «en una sucursal» madrileña. A partir de este argumentario, pide ganar para que Barcelona pueda decidir por ella misma y vuelva a ser «una ciudad de primera».
