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Martí (Junts): «La gente que maquilla los barómetros municipales actúa igual que Tezanos con el CIS»

Jordi Martí Galbis (Barcelona, 1961) es presidente de Junts per Barcelona en el Ayuntamiento desde hace aproximadamente un año, cuando Xavier Trias dejó el consistorio. Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, formó parte del equipo del alcalde Trias en el mandato 2011-2015, encabezando el área de Presidencia y el distrito de Sants-Montjuïc. Y, desde entonces, no ha dejado el Ayuntamiento. Con una carrera política que se desarrolló al lado de Trias en la Generalitat, donde fue su jefe de gabinete en Sanidad y Presidencia, Martí Galbis dio el salto como diputado por CiU en el Congreso de los Diputados entre los años 2000 y 2004. Más pronto que tarde, su partido debe decidir quién encabezará la lista en las municipales de 2027. Y él se ofrece a Junts para ser candidato si la formación así lo decide. Después de rechazar la revisión de la normativa del 30%, la modificación de la Ordenanza de civismo podría ser el otro proyecto del gobierno de Jaume Collboni que quede en los cajones.

Hace unos días rompieron las negociaciones con el gobierno para revisar la normativa del 30% (que obliga a los promotores a destinar este porcentaje a vivienda social en nuevos edificios y grandes rehabilitaciones). Explicaron que el ejecutivo de Jaume Collboni no les había aceptado ninguna de las propuestas que plantearon, entre las cuales había una rebaja del IBI del 4%. ¿Puede profundizar por qué rompieron?

Cuando tienes una crisis residencial, debes centrar todos los esfuerzos en intentar arreglar la parte que te corresponde. En dos años, el gobierno de Collboni no ha tenido mucho interés en llegar a un acuerdo con Junts, que es el principal partido del Ayuntamiento. El problema de la vivienda es gravísimo y no lo resolveremos con una reforma puntual del 30%. Se debe ampliar el enfoque y tratar muchos más temas. Hicimos una apuesta valiente de negociación, no solo del 30%, sino también de otras medidas, que se corresponden a la situación de gravedad extrema que vivimos. Nos arriesgamos entre comillas a negociar algo, sabiendo que los socialistas no son de fiar. De las seis medidas que propusimos [entre las cuales también estaba la cesión de los activos de la Sareb a la ciudad al Ayuntamiento y ayudas al alquiler], el gobierno no asumió ninguna en los términos que nosotros planteamos. La respuesta de los socialistas a nuestras propuestas fue pobre, lo que nos llevó a dejarlo correr. La responsabilidad es del gobierno. Si fuera tan importante la problemática de la vivienda para el gobierno, no habrían estado dos años escapando del tema. Si soy el alcalde, me arremango y cierro un acuerdo con la oposición.

Hace una semana que lo anunciaron. En estos días, ¿el gobierno o Collboni les han dicho algo de volver a reunirse?

No. Han seguido la estrategia de los últimos tiempos, que también hemos denunciado: dirigirse a nosotros a través de los medios. Laia Bonet [primera teniente de alcaldía] ha expresado su sorpresa y ha dicho a través de los medios que el alcalde quiere citarnos. No sabemos nada más.

¿No les dijeron que lo dejaban correr?

Somos un grupo de la oposición y no podemos hacer según qué cosas. Contactamos con los sectores implicados. Hicimos lo que teníamos que hacer, porque yo mismo en la última reunión les pregunté: ‘¿Esta es vuestra última oferta de las seis medidas que proponemos?’ Nos dijeron que sí. Entiendo que en una negociación profesional y de gente adulta, cuando te dicen esto, son ellos los que se levantan de la mesa de negociación.

Jordi Martí Galbis, presidente de Junts en el consistorio barcelonés / Jordi Play

A finales de año, el gobierno quiere aprobar la Ordenanza de civismo. ¿Ustedes quizás ya están pensando más en las elecciones de 2027 y será difícil llegar a un acuerdo para modificar la Ordenanza?

No hay nada imposible. Hemos estado negociando el 30% y la Ordenanza de convivencia en paralelo. Pero ha pasado algo importante, que ya veremos cómo acaba. No estoy en condiciones de avanzar nada, porque será una decisión que debemos tomar como grupo, pero Albert Batlle [teniente de alcaldía de Seguridad], dijo cosas de Junts y de mí mismo que son bastante incompatibles con llegar a acuerdos sobre esta materia [la Ordenanza de civismo]. Si tú quieres llegar a acuerdos con un adversario político que puede ser socio tuyo con un tema puntual es contraproducente insultarlo.

Por lo que me dice, parece difícil que la revisión de la Ordenanza de civismo se apruebe. El gobierno plantea un endurecimiento y Barcelona en Comú está en contra.

Lo tenemos que terminar de hablar. Pero el viernes pasado, Batlle puso una línea roja.

En estos dos años que quedan de mandato, ¿cuál será el papel de Junts?

Tenemos un papel muy claro de alternativa en dos fases. Ahora mismo, somos la alternativa porque ganamos las elecciones. Y eso no es un tema menor. Junts ganó las elecciones y tenemos el deber y la obligación, y también la demanda de mucha ciudadanía, de ser la alternativa real. Ahora, la estamos construyendo sin candidato y la terminaremos de construir y la perfeccionaremos cuando tengamos candidato o candidata. Espero que muy pronto. Por mucho triunfalismo y cofoismo del alcalde, la ciudad no funciona en los términos que debería funcionar. El Barómetro municipal evidencia una situación de estrés, pesimismo y falta de confianza con la gestión global de la ciudad. El 45% de la gente dice que la ciudad ha empeorado el último año. Es el peor diagnóstico que puedes hacer de una ciudad.

Ustedes se creen los resultados políticos del Barómetro. A modo de ejemplo le recuerdo que en junio de 2022, el Barómetro daba a Junts una intención directa de voto del 3,6% y terminaron ganando las elecciones de mayo de 2023. Ahora les da un 4%…

No nos lo creemos. Nos duele cuestionar estos barómetros que se realizan desde hace muchos años. Pero los datos que ofrece el último Barómetro, con una ciudad que no funciona, donde la vivienda es un imposible, donde a la gente le cuesta llegar a fin de mes, donde la movilidad es un caos, donde la economía le cuesta salir adelante y con una situación de inseguridad escandalosa, es muy difícil poder aceptar según qué datos del Barómetro. Lo cuestionamos abiertamente. Nosotros somos especialistas en perder encuestas y especialistas en ganar las elecciones… Quién maquilla los barómetros municipales actúa igual que Tezanos [José Félix Tezanos, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)] con las encuestas del CIS. Hace pocas semanas, el CIS dio unos datos donde el PSOE casi arrasaba en España. Sin querer equiparar las dos situaciones, estas encuestas están mal hechas. Hay una desproporción evidente entre la gente a la que se le pide la opinión y los resultados de hace dos años. Hay una sobrerrepresentación de los afines al PSC, ERC y Comuns expresamente, y un castigo evidente hacia los electores de Junts. Las encuestas se están convirtiendo en herramientas políticas.

El Barómetro ha situado la vivienda como principal preocupación ciudadana, pasando del 11,6% hace dos años al 29,9% actual. ¿Es culpa del gobierno de Collboni?

Es culpa también del gobierno de Collboni. Llevamos diez años de medidas, unas urbanísticas, como es la del 30%, y otras legales, de leyes de la vivienda que se hacen en el Parlament o en el Estado, con gobiernos socialistas y de los Comuns y los apoyos de ERC. El contexto de los últimos diez años nos ha llevado a donde estamos, en Barcelona y en medio país. Las medidas que se toman de tipo urbanístico, administrativo, económico, fiscal y legal están orientadas a una línea equivocada. Collboni es corresponsable, junto con Ada Colau.

¿En qué momento se encuentra la elección del candidato de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona?

Nosotros hemos pedido al partido que esta decisión se tome cuanto antes mejor. Me habría gustado que se hubiera hecho en junio. Pero la situación política general en Cataluña y, en especial, en el Estado no ayuda a tomar las decisiones de manera rápida. Es mejor tomar las decisiones con retraso, pero hacerlo bien, que no hacerlo con prisas. Espero que muy pronto se pueda decidir, pero no puedo confirmar fechas. Lo haremos y lo haremos bien. Nos jugamos la ciudad y la gente espera que esta alternativa que somos pueda tener más visibilidad.

Usted dijo que quería ser candidato.

Lo que he dicho siempre es que estoy en disposición de ser candidato si el partido así lo considera. No es una decisión fácil de tomar. Tenemos, tanto en el grupo municipal como fuera, gente muy buena y muy potente para ser candidato. Estoy a disposición del partido y evidentemente con mucha ilusión para serlo si así se decidiera.

Han salido algunos nombres de posibles candidatos, Quim Forn, Josep Maria Argimon… Incluso se ha hablado del presidente Mas. ¿Ve a Artur Mas como posible candidato de Junts?

Prefiero no hacer referencia a ningún compañero. Mas no es militante de Junts, pero como si lo fuera, para entendernos. No quiero tener un debate nominal, porque para mí todos los nombres que han salido tienen grandes potencialidades, todos son amigos míos. No puedo ni decir qué preferencia tengo ni descalificar a nadie. Valoro muy positivamente todos los nombres que han salido, todos tienen cosas buenas y, por tanto, cordialidad y compañerismo absoluto.

El viernes pasado rechazaron el reglamento de las pistolas Taser. ¿Por qué no votaron a favor?

Nosotros siempre hemos estado a favor de que la Guardia Urbana tenga armas Taser. Hace seis años que yo personalmente pido que el Ayuntamiento dé este paso. No lo han hecho porque Colau lo prohibió. Collboni y Batlle formaban parte del gobierno de Colau y obedecieron sus órdenes. El día antes del plenario trasladé al gobierno, a instancias de los sindicatos mayoritarios de la Guardia Urbana, que querían tener voz y voto en este reglamento. Es bastante lógico y normal que los profesionales que deben utilizar las Taser tengan algo que decir en este reglamento, en el cual se dirimen las condiciones en que se deben utilizar las Taser. Pedí que hicieran caso a los sindicatos, se reunieran con ellos y se pusieran de acuerdo o no, y que volvieran a llevar el reglamento en julio y les votaríamos a favor. Batlle se negó a retirar el punto con su prepotencia habitual y provocó la derrota de su gobierno. Había miembros del gobierno del PSC que estaban a favor de retirar este punto. Es de sentido común que hay que dialogar, no digo pactar, dialogar con los sindicatos mayoritarios de la Guardia Urbana. Saben perfectamente que el voto favorable de Junts lo tienen desde hace seis años y lo tendrán este julio. De todas maneras, el gobierno ya puede iniciar la compra de las Taser.

¿Qué se debe dar en el plenario de julio para que voten a favor?

Que convoquen y se sienten con los sindicatos mayoritarios para llegar a un acuerdo. Si se llega o no se llega, eso ya es una cuestión entre las partes. Ni siquiera exigimos un acuerdo con los sindicatos.

Jordi Martí Galbis, durante la entrevista con el TOT Barcelona / Jordi Play

El sábado pasado, una trabajadora municipal murió después de estar trabajando ocho horas en plena ola de calor. ¿Han pedido explicaciones al gobierno sobre esta cuestión?

Lamentamos muy sinceramente la muerte de esta trabajadora. Es un hecho gravísimo. El gobierno quiso cerrar el caso. Nosotros no queremos que se cierre. Estamos en un momento delicado. No conocemos las circunstancias reales de las causas de la muerte. Pero Barcelona no puede continuar teniendo trabajadores municipales o de empresas concesionarias de un servicio municipal trabajando en la calle en plena ola de calor, con temperaturas de 38 grados. Hoy mismo, sin necesidad de abrir expedientes a las concesionarias, el Ayuntamiento debería decir que no permite que ningún trabajador municipal o de una empresa concesionaria trabaje en la calle realizando esfuerzos cuando haya oficialmente una ola de calor. El gobierno ha tenido una rectificación forzada y una reacción nefasta. Seguiremos el caso para dirimir responsabilidades por parte del gobierno [la entrevista a Jordi Martí se realizó antes de que el gobierno y las empresas concesionarias pactaran pausas para que los trabajadores se hidraten durante las olas de calor].

Ustedes se oponen a la conexión del tranvía. Proponen conectar la Diagonal con buses de alta capacidad. Pero la verdad es que PSC, ERC y Comuns pueden aprobar la unión. ¿El gobierno les ha trasladado algún calendario?

Tenemos una alternativa, con buses eléctricos -la línea D30-, biarticulados, de gran capacidad, operados por TMB. Es una alternativa viable y sobre todo 10 veces más económica, de 40 millones frente a los 400 millones que costará toda la conexión. Entendemos que esta decisión está tomada, que cuentan con suficiente mayoría para llevarla adelante. Convocaron a los grupos hace pocos días para explicarnos la voluntad de aprobar definitivamente la unión entre Francesc Macià y Verdaguer. Lo que no tenemos es si se hará a inicios del próximo mandato o dentro de este. El PSC es especialista en retrasar proyectos, como el del Tramvia Blau.

¿Tienen noticias sobre cómo está la recuperación del Tramvia Blau?

Cerró en 2018, han pasado siete años. Hace años que exigimos su recuperación. Lo único que sabemos es que lo van retrasando. No hay ninguna concreción, ni del presupuesto final o cuándo se licitará la obra. Cada año es un año de aplazamiento.

Después del verano, Collboni tendrá que comenzar a negociar de nuevo los presupuestos y las ordenanzas fiscales para 2026. ¿Ve al alcalde abocado a tener que recurrir de nuevo a una cuestión de confianza para aprobar las cuentas anuales?

Collboni no tendrá más remedio que aprobar los presupuestos de 2026 a través de una cuestión de confianza. Él mismo lo adelantó, teniendo en cuenta la coyuntura general y su incapacidad. Es un reconocimiento de la misma incapacidad del gobierno. Una cuestión de confianza o una prórroga presupuestaria es el último recurso, cuando no tienes más remedio. Antes, debes agotar todas las posibilidades de negociación. Primero, con los socios de investidura. Después, con los socios naturales, que son Comuns y ERC. Y, al final, con el resto de la oposición. Pero Collboni ya anunció que seguramente tendría que aprobar los presupuestos de 2026 a través de una cuestión de confianza y en los de 2027 hacer una prórroga presupuestaria. Es un anuncio de su propio fracaso.

Jordi Martí Galbis, en Ciutat Vellla, esta semana / Jordi Play

Si se cumple su análisis, podríamos estar ante el primer alcalde de la democracia en Barcelona que no habría aprobado ningún presupuesto por la vía ordinaria durante todo un mandato.

No nos consta que haya pasado antes. Collboni puede tener el récord de ineficacia también a la hora de aprobar presupuestos durante los cuarenta años de democracia municipal.

¿Y en las ordenanzas fiscales volverán a plantear una rebaja del IBI?

Lo hemos hecho los dos años de mandato. Es muy posible que no solamente nos mantengamos en esta posición, que creemos que es justa y justificada, sino que también, evidentemente, hagamos nuestro trabajo de alegaciones con el resto de figuras fiscales de las ordenanzas.

Los vecinos y comerciantes del Gòtic se quejan de que el gobierno no les permite subir por la nueva Via Laietana, a diferencia de otros barrios. ¿Cómo lo valora?

La reforma es un desastre. Ya lo denunciamos. Collboni se ha limitado a ejecutar el plan de Colau de la Via Laietana. Ha tenido dos años para rehacerlo. Este es un ejemplo muy claro de continuismo negativo para la ciudad de Collboni respecto a Colau. Con este proyecto se dificulta la vida de la gente. Durante los tres años de obras han provocado un perjuicio importantísimo a vecinos y, especialmente, a comerciantes de los barrios afectados. También se ha perdido la oportunidad de crear un espacio con sombra. El gobierno habla de hacer un simulacro de calor a 50° en dos años y son incapaces de prever la ola de calor real de ahora y que en la Via Laietana haya una zona más sombría. Además, hay un problema del tráfico para la gente que pasea y un claro perjuicio para el sector comercial. No solamente hay un problema de acceso sino dónde se detienen los taxis o el transporte comercial para hacer la carga y la descarga. Hay un conjunto de obstáculos que lo pone dificilísimo a la gente que trabaja. El transporte público también ha quedado gravemente afectado. Y, por supuesto, presionaremos para que los vecinos del Gòtic puedan circular en dirección norte. La Via Laietana es un mal ejemplo de cómo no se debe hacer urbanismo en el siglo XXI.

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