Jaume Collboni supera el primer match ball del curso. Los Comuns han votado finalmente a favor de la tramitación inicial de los presupuestos, tal como habían anunciado horas antes, y suman sus nueve concejales a los quince del PSC y ERC, que han cerrado un acuerdo definitivo para las cuentas de 2026. La votación da alas a Collboni, que aprobó sus primeros presupuestos en 2024 con una cuestión de confianza y prorrogó las cuentas de este año. El teniente de economía Jordi Valls ha agradecido tanto a BComú como a ERC que apuesten por deshacer el «bloqueo» presupuestario y ha acusado al resto de formaciones de estar instaladas en el «no a todo». «¿Qué comparten con PP y Vox más allá del ‘no’ de hoy? Incluso, ¿qué comparten PP y Vox? La única cosa que comparten es la negativa a salir de sus proyectos», ha espetado.
Valls ha remarcado estar contento, tal como ha expresado en la última intervención en respuesta a los Comuns, que han visto en él un tono crispado. Pero el gobierno no da nada por hecho. BComú, esta tarde, le ha avisado. “No hemos sido convocados a ninguna mesa de negociación presupuestaria. Lo que ha habido son conversaciones sobre las condiciones previas para constituir esta mesa”, ha remarcado el concejal Marc Serra, que ve, en todo caso, el presupuesto presentado por el gobierno como “un buen marco de negociación”. El compromiso del gobierno de llevar al pleno un cambio normativo para regular el alquiler de temporada antes de terminar el año y un acuerdo de mediación con los vecinos de Vallcarca –que liderará el síndico David Bondia– ha permitido desbloquear el primer trámite presupuestario. Serra ha apuntado que, a partir de ahora, los Comuns exigirán “medidas concretas” para que Barcelona decrezca turísticamente y “duplicar” la inversión en obra nueva. Los de Janet Sanz también quieren “bajar la presión al IBI del 95% de los propietarios y que suba al 5% que acumulan el 30% de la vivienda”. Pedirán a Collboni, ha dicho Serra, que «se le exija a la ministra» de vivienda —que en Madrid gobierna en coalición con los socios de Sumar— el cambio.
Esquerra Republicana, el otro grupo que ha permitido la tramitación, ha optado por distanciarse del perfil de Barcelona en Comú. “Hemos negociado desde la tranquilidad y las ganas de tener una herramienta mejor para ser útiles a nuestros vecinos”, ha defendido Jordi Castellana. En este sentido, el republicano ha replicado algunas insinuaciones que ha hecho Marc Serra, que previamente ha avisado que su formación no tendrá suficiente «con una fotografía que escenifique un acuerdo de mínimos». Castellana se ha defendido, por ejemplo, con el aumento del 33% en políticas de vivienda. “No es una cifra ligera, es relevante”, ha insistido. A Junts, el republicano le ha recriminado que haya dejado caer al gobierno –y por extensión también a quienes avalan el presupuesto– que no defiende a las clases medias y trabajadoras. “Debemos ser más rigurosos y propositivos a la hora de plantear los argumentos”, ha criticado.

Junts, PP y Vox se desmarcan
Junts se había desmarcado previamente del presupuesto alegando que es la “continuación de un modelo agotado”. “Confunden pactar con imponer”, ha dicho el concejal Arnau Vives. Al gobierno, Vives le ha dicho que “no tiene proyecto, ambición ni visión de futuro” y le ha acusado de ignorarlos a pesar de haber ganado las pasadas elecciones. “Nos sorprende que, a pesar de ello, continuemos excluidos de cualquier diálogo real. Es el camino del sectarismo y la mediocridad”, ha espetado. “El tripartito –ha constatado– ya es una realidad en la ciudad de Barcelona”.
El PP ya había calificado esta semana los presupuestos de «maquillaje político». El concejal Juan Milián, que con esta intervención se ha despedido del Ayuntamiento para ir al Senado, ha profundizado, acusando al gobierno de tomar “las políticas de Colau y la estelada de ERC”. En su turno, Vox, que también ha votado en contra, se ha llevado la reprimenda de la presidenta de la comisión, Joana Ortega, por sus afirmaciones falsas al criticar la subvención que recibirá la ONG Open Arms, a quien acusaba de «actuar en connivencia con el tráfico de personas».
Presupuesto de más de 4.000 millones
El presupuesto que propone el gobierno municipal supera por primera vez los 4.100 millones de euros y hace énfasis en la vivienda. Según los números desglosados por Valls, se destinarán 240 millones a la construcción y ampliación del parque público de pisos sociales y a la rehabilitación, lo que supone un aumento del 33% respecto al año pasado. Otra partida relevante, de 861,8 millones, servirá para levantar grandes obras, equipamientos o actuaciones urbanas. La seguridad será otro ámbito importante, con un gasto de 430,6 millones de euros.

El trámite continúa ahora con el periodo de alegaciones y la votación definitiva del Pleno, prevista para finales de noviembre. Si el gobierno no consigue finalmente el ‘sí’ de los Comuns, aún podría activar una última cuestión de confianza, un aspecto que todavía no se descarta en Sant Jaume.
Las ordenanzas fiscales salen adelante
Lo que parece en el saco y bien atado son las ordenanzas fiscales, que se han aprobado –también inicialmente– con los mismos votos. Todo hace pensar que el gobierno municipal conseguirá aprobar el conjunto de tasas e impuestos de la ciudad con menos sufrimiento que el año pasado, cuando los Comuns exigieron hasta el final un acuerdo para reducir el número de terminales de cruceros.
Las nuevas ordenanzas permitirán incrementar el recargo turístico municipal, que actualmente es de 4 euros por persona y día. Un incremento que llegará, eso sí, siempre que el Parlamento de Cataluña apruebe un cambio normativo necesario antes del próximo año. La tasa se incrementaría, en este caso, hasta su potencial máximo legal de 8 euros.