La consejera de Acción Exterior del Gobierno de la Generalitat, Meritxell Serret, ha asegurado que «respeta las decisiones del resto instituciones», pero que el Gobierno continuará manteniendo relaciones comerciales y culturales con Israel. Lo ha dicho en una entrevista en
La dirigente catalana se ha posicionado en el debate que abrió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuando suspendió las relaciones entre Barcelona y Tel Aviv. Desde la Generalitat son menos contundentes que el resto de partidos que formen el Ayuntamiento de Barcelona. Los socialistas han cargado duramente contra la decisión y, de hecho, han movido ficha para evitar que sea efectiva. La teniente de alcaldía Laia Bonet anunciaba en su momento que llevará al pleno una propuesta para mantener las relaciones con la ciudad israelí. Una propuesta que desde los Comunes ya han advertido que quedará en papel mojado porque «las competencias son de alcaldía».
Duras criticas de la oposición
La oposición en bloque ha criticado la decisión de la líder de los Comunes. Solo la CUP -un grupo que no tiene representación en el pleno- ha celebrado la rotura y ha agradecido la fuerza de las asociaciones que presionaron a la alcaldesa para que hiciera efectiva la suspensión. El resto, todos en contra. ERC ha lamentado la acción «unilateral» de Colau. El grupo de Ciutadans considera «vergonzoso» que la alcaldesa utilice su posición para finalidades «ideológicas». Valientes ha tildado la suspensión de decisión «dictatorial» y Sirera, candidato del PP, ha acusado Colau de «sembrar odio».
Por otro lado, Xavier Trias, ha enviado una carta al alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, para manifestarle su «profundo malestar» por la acción de Ada Colau de suspender las relaciones con Israel. Una decisión que Tiras considera «errónea, electoralista y poco democrática» y que asegura que «no refleja el sentir mayoritario de los barceloneses y del pueblo de Cataluña».
