El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, prorrogará las cuentas del año pasado tras encontrarse con la negativa de los Comunes a votar unos presupuestos que no incluyen sus principales demandas. El PSC solo ha obtenido el apoyo de ERC, que ya tuvo en 2024. Pero el alcalde tiene la continuidad asegurada y agotará su mandato en 2027. De hecho, ya llega al ecuador de su mandato, en junio próximo. Entonces se cumplirán dos años de su investidura con los votos, precisamente, de los Comunes, pero también del PP. Al tomar posesión del cargo, los 41 concejales deben hacer una declaración en la que consten su patrimonio, una forma de garantizar que, como resultado de su cargo, no se producirá un enriquecimiento ilícito.
Hipotecas y un coche de quince años
Según la declaración, Jaume Collboni dispone de tres propiedades en Barcelona, dos viviendas y un aparcamiento. Uno de los pisos fue comprado en 1999 y tiene una deuda de 92.824 euros, mientras que el otro es de 2009 y tiene una carga de 236.432 euros. El alcalde es el titular único de todas las propiedades, incluido el aparcamiento, que no tiene deudas. Por otro lado, tiene un Volkswagen EOS, comprado en 2008 (en el momento de declararlo tenía quince años, y ahora diecisiete), y una bicicleta eléctrica FEDI, adquirida en 2021. En cuentas corrientes, Collboni dispone de un saldo medio de 10.000 euros en CaixaBank y 405 títulos o participaciones de la sociedad Agenda Pública SL.
El alcalde, con un patrimonio que se puede calificar de escaso si lo comparamos con el de la mayoría de concejales del pleno, está a años luz de la riqueza que acumula el líder de VOX, Gonzalo de Oro Pulido, el concejal más rico del consistorio. Hasta 10 propiedades declaró en 2023, de las cuales es propietario al 100% y sin deudas en 9 de las 10. Tiene dos vehículos, unos terrenos, el 10% del capital social de una consultoría de asesoramiento financiero y participaciones en tres empresas de hostelería, y además, un patrimonio de más de 800.000 euros repartidos en diferentes entidades.
