Aritméticamente, el pacto sería viable. Y con una mayoría absoluta indiscutible. Pero políticamente, un acuerdo entre Maragall, Trias y Colau es pura ciencia ficción, justamente porque el candidato de Juntos -a pesar de que Xavier Trias se ha deshecho de las siglas del partido que el amparo y centra la campaña en su persona- y la candidata de Barcelona en común han descartado cualquier acuerdo planteando la campaña del 28M como un tipo de plebiscito entre los dos. De hecho, las encuestas apuntan a una victoria o de uno u otro, pero muy ajustada, y donde el candidato del PSC, también muy próximo a la victoria, podría pactar a ambos lados. En paralelo, ERC, siempre según las encuestas, no revalidaría la victoria del 2019, pero continuaría teniendo margen para apoyar en un gobierno de izquierdas con Colau o Collboni como alcaldes, si es que políticamente se decidiera por parte de los republicanos. Lo que es más difícil de imaginar es un gobierno independentista, porque haría falta probablemente el apoyo de un tercer partido. En todo caso, encuestas e ideología al margen, hay una cosa que une a Maragall, Trias y Colau: la rumba.
Campaña rumbera
Esta semana, ERC presentaba la canción de la campaña de Ernest Maragall,
«Nostra Barcelona estimada i somrient, nostra Barcelona que enyorem, nostra Barcelona que estimem. Tornaré i seré per a tu aquell raig de sol per il·luminar una altra vegada els carrers», son algunas de las proclamas de la canción rumbera de Trias, que claramente apunta a la «pérdida de orgullo» de ser barceloneses que denuncia el candidato que ha provocado la alcaldesa Ada Colau.
Pero también la alcaldesa Ada Colau ha recurrido a la rumba para poner sonido a su campaña, Fue el 2019, con la pieza