La resaca de Navidad se refleja en la plaza de Sant Jaume con la retirada de la estrella gigante, que se ha ido desmantelando a primera hora de la mañana, con los operarios retirando pieza a pieza la infraestructura. Ha reinado en la plaza estas semanas, con los turrones y las uvas en la mesa y la política en segundo plano. Ahora los focos cambian; apuntan, entre otros, a Elisenda Alamany, que estrena rol en la nueva dirección de ERC y hace equilibrios para mantener un pie en Barcelona y otro en la política nacional. Desde Sant Jaume, escoltada por las dos instituciones, la líder republicana en el Ayuntamiento ha vuelto a la escena municipal, descartando dar detalles de la negociación presupuestaria y de una posible entrada en el Gobierno Collboni para marcar, a cambio, su línea «estratégica» para la ciudad.
ERC ha recordado su papel en la ampliación del recargo turístico y ha presentado una medida para impulsar el catalán en Barcelona. Una «fábrica de contenidos audiovisuales» en catalán, con una sede física y una infraestructura digital. Alamany la ha definido como un «hub de creadores de contenidos» en lengua catalana. «Los últimos 15 años, el uso social del catalán no ha hecho más que retroceder, cada año un punto a favor del castellano o del inglés. En ningún distrito se habla prioritariamente catalán. De hecho, solo un 36% de los barceloneses lo habla. Es una emergencia que si la pusiéramos en el barómetro seguro que también saldría como una preocupación», ha justificado Alamany.
Desde ERC apuntan que la nueva infraestructura para el catalán no requiere una partida económica «estratosférica», aunque ven «un poco aventurado» fijar una cifra aproximada de cuánto costaría crear este hub del catalán. «Requerirá hacer un convenio con una oficina técnica, de alguien que lo tendrá que dirigir, y también se tendrá que formar personal y tener una infraestructura de platós, que se tendrán que pagar», ha matizado Alamany. Una de las condiciones sería que pudiera tener una sede física, que debería estar, según ha apuntado la concejala, cerca de Betevé, en el distrito 22@ del Poblenou. «Sería una forma de dar impulso a nuestra televisión pública», ha remarcado. Otras instituciones, como Barcelona Activa, también podrían formar parte.

La fábrica de contenidos se plantea como un «espacio de encuentro del ecosistema audiovisual de nuestra ciudad», ha rematado Alamany, que ve en esta iniciativa una oportunidad para que Barcelona sea la referencia en la promoción de las lenguas minorizadas. «Barcelona debe ser la punta de lanza de este entorno digital muy diverso y que respete las lenguas minoritarias, las lenguas propias de cada país en un entorno digital», ha concluido la explicación la líder republicana.
Realidades diferentes a ambos lados de Sant Jaume
Hasta aquí las novedades. Nada se ha dicho sobre si habrá gobierno de coalición, entre socialistas y republicanos, en la capital. A preguntas de los periodistas, Alamany no ha dado alas a un expediente cerrado –a priori temporalmente– el verano de 2024 y archivado bajo el mantra «no hay novedades». A puertas cerradas, los republicanos insisten en que, por ahora, la entrada al gobierno municipal «no está sobre la mesa» y que el siguiente paso serán los presupuestos. El entendimiento con Collboni en Barcelona parece mejor –al menos, más fácil– que con Illa en la Generalitat, pero Alamany tampoco ha entrado a valorar públicamente posibles calendarios ni da por hecho ningún acuerdo. «El baile del presupuesto no ha comenzado porque el gobierno no ha explicado su propuesta para la ciudad», ha matizado.
La relación con los socialistas en Barcelona contrasta con la parálisis que ERC exhibe al otro lado de Sant Jaume. El presidente de su grupo parlamentario y la portavoz, Josep Maria Jové y Ester Capella, asistirán a una reunión que han convocado sus homólogos del PSC en el Parlamento de Cataluña. Pero Alamany ya apuntaba ayer que «los escucharemos, pero no estamos negociando». En Barcelona, Collboni ya cerró un acuerdo para las ordenanzas fiscales, el conjunto de tasas municipales, con ERC y Comuns antes de irse de vacaciones de Navidad. Un acuerdo que aleja a Collboni de Junts, con quienes tiene mayoría absoluta en el Pleno, pero que supone un primer paso para consolidar en Barcelona, o optar por consolidar, la mayoría que permitió la investidura de Salvador Illa en la Generalitat y el entendimiento con dos partidos clave para el gobierno de Pedro Sánchez en Madrid.