El caso de los carteles contra los hermanos Maragall ya ha tenido la primera víctima política, Sergi Sabrià, que decidió plegar para hacer de cortafuegos de la crisis interna de ERC. No le ha servido. Este sábado,
Según explica La Vanguardia este sábado, el caso de los carteles ha tardado tanto a descubrirse porque la formación republicana pagó 50.000 euros a los tres jóvenes que los colgaron para que mantuvieran silencio. El dinero se fraccionaron en diez facturas que cobró uno de los chicos y que después repartió con sus compañeros. Se trata de Gerard F. C, Pau J.A y Gerard O.G, vecinos de Igualada de 21, 22 y 24 años, que colgaron los carteles en Barcelona el 8 de marzo del 2023. Las cámaras de seguridad los captaron con las manos a la masa y las imágenes transcendieron a la prensa. También sirvieron porque los Mossos los identificaran rápidamente y la investigación avanzara.

300 euros y un Iphone 13 para estar «tranquilos y callados»
Pau J.A fue lo primero a presentarse a la comisaría para admitir que había colgado los carteles junto con Gerard O. y Gerard F. Explicó que había sido este último quién los había ofrecido el trabajo a cambio de 300 euros. Gerard F. nunca los quiso decir quién le había encargado el trabajo, pero sí que los explicó que había sido un «dirigente de ERC» que, además del dinero, le había regalado un Iphone 13 para poderse comunicar. También explicó que una vez se publicaron sus imágenes en la prensa, ERC los pagó 3.000 euros más para que estuvieran «tranquilos y callados».
Los Mossos continuaron su investigación y citaron a declarar los tres amigos, que optaron por la abogada Esther Palmes. Según las conversaciones a que tuvieron acceso los agentes, a la abogada la contrató y pagar ERC. Cuando el juez los permitió echar del hilo por saber quien había comprado el Iphone 13, llegaron hasta Víctor L.G, el militante de ERC de Igualada que pagó a los chicos. También se descubrió que indicó a Gerard F. que se diera de alta de los autónomos por cobrar diez facturas falsas a través de la empresa Revelance. Para los chicos fue un buen negocio: 50.000 euros para colgar unos carteles y guardar silencio sobre quien lo había encargado. La primera víctima política ha estado Sabrià, pero continúan saliendo informaciones que sacuden el núcleo duro de ERC.