El cierre desde principios de año de un equipamiento municipal nuevo de Sant Andreu, el Centro de Vida Comunitaria de Trinitat Vella, por la presencia de formaldehído, una sustancia tóxica, empieza a levantar polvareda política. El jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona y presidente del distrito de Sant Andreu, Ernest Maragall, lo ve como “una negligencia en el proceso de construcción”.
En declaraciones al TOT Barcelona, Maragall dice que desde su partido no entienden como puede estar cerrado un edificio de nueva construcción, inaugurado hace un año y medio, que costó 6,7 millones de euros (según los datos que figuran en la página web de los arquitectos, Haz Arquitectura) y que tenía que reunir diferentes servicios clave para el barrio de la Trinitat Vella”. Y añade: “Que el edificio sea declarado tóxico es muy grave. Supone una negligencia en el proceso de construcción que se suma a la larga lista de
El edificio, que es en su mayor parte de madera, un material que podría ser el origen de la presencia del formaldehído, lleva con la persiana bajada desde finales de enero, cuando el distrito de Sant Andreu estaba gobernado por Barcelona en Comú y tenía como concejal a Lucía Martín. Fuentes de prensa del Ayuntamiento han reconocido en exclusiva al TOT la presencia del formaldehído, una sustancia que, con altos niveles de exposición, puede producir algunos tipos de cáncer, como leucemia mieloide y otros cánceres poco comunes, segundos se puede leer en el web del Instituto Nacional del Cáncer.
Pérdida importante de dinero
Desde el Ayuntamiento, gobernado ahora por el PSC de Jaume Collboni, explican que en enero algunos trabajadores presentaron “sintomatología irritativa” y se decidió clausurar el equipamiento de forma preventiva. Ocho meses después, el Centro de Vida Comunitaria sigue cerrado y la intención del distrito es que vuelva a abrir, a pesar de que no se concreta ninguna fecha, después de aplicar “medidas correctoras” que tampoco se han explicado. Desde el gobierno se niega que se haya planteado derrocar el edificio y aseguran que se haya hecho un informe en este sentido.
“Que después de ocho meses continúen sin tener una solución clara es un mal indicio que puede suponer una pérdida de dinero importante y la falta de un espacio tan necesario como este. Corresponde ahora tomar las decisiones adecuadas para poner el edificio en servicio, pero también se tienen que averiguar responsabilidades a todos los niveles”, afirma Maragall.
El gobierno de Collboni asegura que en todo momento las mediciones que se han hecho han dado niveles de formaldehído por debajo del que marca el estándar, “pero, al ser un centro de trabajo municipal, se ha optado para mantenerlo cerrado de manera preventiva hasta que los niveles de esta sustancia sean próximos a 0”. La toxicidad del formaldehído se debe principalmente a sus propiedades altamente irritantes para los tejidos vivos que entran en contacto con él. Los síntomas más comunes de la exposición al formaldehído son la irritación de ojos, nariz y garganta. Estos síntomas aparecen a partir de concentraciones entre 0,4 y 3 ppm.
El equipamiento, situado a la Vía Favència con la carretera de Ribes, tiene cuatro plantas de unos 500 metros cuadrados cada uno con una superficie total construida de 2.000 m² más la urbanización de una plaza. El edificio se construyó con materiales sostenibles y no contaminantes y está pensado en clave de eficiencia energética, ya que aprovecha el calor del suelo para mantener el termómetro interior estable, tanto en invierno como el verano. Ha recibido un segundo premio de sostenibilidad, ha sido seleccionado a los premios FAD 2023 y nominado en el mejor edificio ArchDaily Awards 2023.
Preguntas de ERC en el gobierno
El pasado 21 de septiembre, el consejero portavoz republicano al distrito de Sant Andreu, Carlos Rodríguez Escuredo, ya presentó un ruego en el gobierno para que informe de los motivos del cierre del equipamiento desde el pasado enero, “así como de las actuaciones ejecutadas durante este tiempo, tanto para velar por la salud laboral de los y las trabajadoras, como para resolver los problemas del edificio, y del calendario previsto de reapertura del centro y de las condiciones y ubicaciones donde se están llevando a cabo los servicios y actividades que se desarrollaban en el Centro de Vida Comunitaria”. Fuentes de ERC indican que dos semanas después siguen sin respuesta.
Como recuerda Maragall, el Centro de Vida Comunitaria incluía el Servicio de Acción Comunitaria, los Servicios Sociales de la Franja Besòs, un Punto de Información y Atención a la Mujer, el Servicio de Dinamización Juvenil, el Servicio de Interculturalidad y los proyectes Trabajo a los barrios de Barcelona Activa, Vila Vecina de Fomento de Ciudad y el Plan de Barrios, con más de 30 profesionales trabajando allí. Según fuentes de prensa del Ayuntamiento, estos servicios no se han dejado de hacer. “Siguen abiertos atendiendo a la ciudadanía en diferentes equipaciones próximas, adaptando su actividad a la espera de la reapertura del edificio”.

