En las elecciones municipales del 28 de mayo de 1995, ERC consiguió dos concejales en el Ayuntamiento de Barcelona. Desde el mandato 1979-1983, los republicanos no habían obtenido representación. La jefa de la lista de ERC era Pilar Rahola y el alcalde de la ciudad fue de nuevo Pasqual Maragall, en los primeros comicios que afrontaba después de los exitosos Juegos Olímpicos de 1992. Los socialistas ganaron las elecciones claramente, con 16 ediles, y cerraron con ICV, entonces liderada por Eulàlia Vintró, y ERC un acuerdo de gobierno que derivó en el primero tripartito en el consistorio barcelonés. Con los tres regidores de los ecosocialistas y los dos de los republicanos, el tripartito gobernó con mayoría absoluta y ni el cambio de alcalde a medio mandato –Joan Clos sustituyó a Maragall- ni la escisión en ERC, con la creación del Partit per a la Independència, que pusieron en marcha Àngel Colom y la misma Rahola, afectaron el ejecutivo de la ciudad.

Casi 30 años después de aquel primero tripartito, el grupo municipal de ERC ha cerrado un acuerdo con Jaume Collboni y está a punto de volver a un gobierno municipal, 17 años después -la última vez fue durante mandato, 2003-2007, con Jordi Portabella como presidente del grupo municipal republicano-. Pero el acuerdo entre ERC y PSC se ha gestado con un partido republicano dividido, después de los batacazos electorales en las municipales de 2023 en la ciudad -con la pérdida de la mitad de los regidores conseguidos en 2019, de 10 bajaron a cinco- y en las catalanas del 12-M, y en medio de las negociaciones para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat para evitar una repetición electoral.

Anulada la votación para avalar el pacto con Collboni

Hace poco más de una semana, el congreso extraordinario de la Federación de ERC de Barcelona tenía que servir para avalar el pacto con Collboni. Pero, la votación se anuló -oficialmente porque la sala se quedó pequeña- con los contrarios en el acuerdo -la rama más independentista de ERC- haciendo cola en las puertas del Orfeó Martinenc para dinamitar desde dentro el pacto entre Collboni y Elisenda Alamany, presidenta republicana en el Ayuntamiento. A grandes rasgos, el enfrentamiento en ERC lo protagonizan roviristes y junqueristes, Marta Rovira y Oriol Junqueras. Los primeros no quieren ser vasallos del PSC y apuestan para incidir en la vía soberanista, y los segundos defienden un posicionamiento más centralista y cerrar acuerdos con los socialistas, ahora que el gobierno del Estado depende de las fuerzas independentistas. El congreso para ratificar el pacto con Collboni ha sido la chispa de la guerra en ERC a un lado y otro de Sant Jaume. Y en días posteriores a la cita, el Col·lectiu Primer d’Octubre, los «Ortodoxos» de ERC, hicieron público un manifiesto en el que reclaman un retorno a la vía indenpendentista y proponen la retirada del expresidente de ERC, Oriol Junqueras.

Trias y Maragall durante el pleno de investidura / Jordi Play
Trias y Maragall durante el pleno de investidura de junio de 2023 / Jordi Play

El pacto de ERC con Trias, ahora hace un año

En Barcelona, la situación de ERC ha cambiado bastante en un año, desde que Collboni fue nombrado alcalde, el 17 de junio del año pasado, con un apoyo antinatural de Comunes y PP, y frustró un gobierno de Xavier Trias, ganador de las elecciones del 28-M de 2023, y Ernest Maragall. Seguramente, el gran error de Trias y Maragall fue hacer público aquel acuerdo antes de la investidura, lo que llevó al PP de Daniel Sirera a hacer alcalde a Collboni para evitar que la ciudad tuviera un alcalde independentista. El pasado diciembre, Maragall, con 81 años, decidió dar por finalizada su etapa en el consistorio e irse a casa. En dos meses, el grupo republicano hizo un giro de 180° y de pactar un gobierno con Trias se acercó al PSC, cerrando, primero, un acuerdo de presupuestos y, después, un acuerdo de gobernabilidad que está atado desde hace meses, con dos tenencias de alcaldía y tres distritos para los republicanos.

Con la sombra de la repetición electoral en Cataluña, después de que Illa y Carles Puigdemont hayan decidido aplazar presentarse a la investidura, la entrada de los republicanos en el gobierno de Collboni se podría retrasar un tiempo, si finalmente se acaba produciendo, a la espera de que se desvanezcan las nubes al otro lado de la plaza de Sant Jaume. Uno de los que se ha manifestado en contra de este acuerdo ha sido Ernest Maragall, que hizo acto de presencia en el congreso extraordinario de ERC, con la intención de votar en contra de la incorporación de los republicanos al ejecutivo socialista. «Ahora, y así, no», dijo en el programa Cafè d’Idees de RTVE. El excandidato republicano a la alcaldía, durante décadas en el PSC, es partidario de un «debate abierto», con la mirada puesta en las negociaciones de la Generalitat, y de poner «un precio» para entrar en el gobierno, que tenga en cuenta el pasado más reciente, ya que tanto en 2019 como en 2023, el PSC de Barcelona «nos confiscó la gobernabilidad de la ciudad», con acuerdos con la derecha española que dieron la alcaldía, primero, a Ada Colau, y después, a Collboni.

Colas para votar en el congreso de ERC Barcelona que se tenía que hacer en el Orfeó Martinenc / Jordi Subirana

ERC se queda sin la alcaldía por culpa de Valls

Maragall hace referencia a la gran oportunidad que los republicanos tuvieron de conseguir la alcaldía en 2019. La lista que él mismo encabezó se impuso en las urnas el 26 de mayo, con 161.189 votos y 10 regidores, casi empatado con los Comunes de Ada Colau, pero el exconseller de Acció Exterior se quedó sin poder gobernar, porque una operación de estado contra el independentismo hizo alcaldesa a Colau, con el beneplácito de ella, con el apoyo de los socialistas y tres votos de la lista Barcelona pel Canvi-Ciutadans, que lideraba Manuel Valls. El exprimer ministro francés se quedó solo dos años en el Ayuntamiento, hasta después del verano de 2021, y la coalición que le acompañó desapareció del pleno en mayo del 2023, ya que ni Valents (antes Barcelona pel Canvi) ni Ciutadans consiguieron representación.

Además del mandato 1995-1999, ERC ha estado más veces en el gobierno de la ciudad desde la llegada de la democracia. Después de las elecciones del 1979, que dieron la alcaldía a Narcís Serra, se formó un gobierno de coalición integrado por PSC, PSUC, CiU y ERC que duró solo dos años, dejando en 1981 un ejecutivo formado por PSC y PSUC, cuando todavía quedaban dos años para las elecciones del 1983, que ya ganó Pasqual Maragall. En aquellos comicios de 1979, la lista republicana, con Joan Hortalà al frente, obtuvo 41.845 votos y dos regidores.

Jordi Portabella, en un pleno del Ayuntamiento de Barcelona

Portabella, teniente de alcaldía de 1999 al 2007

El tripartito de izquierdas de los años 1995-1999 se repitió en dos ocasiones más en Barcelona, entre los años 1999-2003 y 2003-2007, ya con Jordi Portabella como candidato de ERC. En los comicios de 1999, los republicanos sacaron 45.278 votos, con tres regidores, y en los de 2003, obtuvieron 96.868 votos y cinco ediles, dos más. Entre 1999 y 2007, Portabella fue teniente de alcaldía de Promoción Económica, Turismo, Paisaje Urbano y Política Animal (Zoo), entre otras áreas, con Clos y Jordi Hereu de alcaldes. El mandato de 2007-2011, los republicanos decidieron quedarse en la oposición (con cuatro regidores), aludiendo al hecho que los socialistas no querían «un cambio de modelo», y el 6 de junio del 2007, Portabella daba ya por cerradas las negociaciones con Hereu, explicaba el Periódico.

Ahora, 17 años después de la negativa de los republicanos de entrar en un gobierno con un alcalde socialista, la situación se puede volver a repetir. Dependerá de lo que pase en la Generalitat y de lo que vote la militancia de ERC. Alamany, como lo fue Portabella, podría ser teniente de alcaldía de Promoción Económica y Turismo. Entre PSC y ERC sumarían 15 de los 41 regidores del pleno, lejos de la mayoría (21), pero después de un año de gobierno en solitario, los socialistas podrían coger un poquito de aire y sacarse trabajo de encima. Parece difícil que en la capital catalana haya este mandato un nuevo tripartito. Después de mucho insistir, los Comunes habrían decidido quedarse en la oposición, en palabras de su jefa de lista en el Parlament, Jéssica Albiach, y Collboni tampoco da saltos para incorporar a los de Colau a su gobierno.

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