Elisenda Alamany (Sabadell, 1983) cotiza al alza en la bolsa de ERC. La portavoz de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona, tándem de Ernest Maragall en la campaña del 28M, se encarga de la reestructuración de funciones en un grupo municipal que se ha encogido a la mitad después de perder 5 regidores en los últimos comicios y de haberse quedado, de momento, en la oposición. 5 regidores que pueden ser claves para estabilizar, o desestabilizar a un PSC que gobierna en minoría histórica en Barcelona. Y también tiene un pie en la AMB como vicepresidenta Internacional y de Metrópolis Digital.
Alamany da pistas en las redes sociales sobre el origen de sus dotes comunicativas: «Filóloga catalana y docente en la reserva». De momento, quiere seguir en esta reserva como mínimo cuatro años más, convencida de que llevará a los republicanos barceloneses -desde dentro o desde fuera del gobierno- a una remontada en 2027. No esconde que le gustaría ser la candidata, pero sabe que «en política puede pasar de todo». En todo caso, Elisenda Alamany ya pasó por la política local como regidora en Castellar del Vallès y fue durante dos años (2017-2019) diputada de Catalunya en Comú Podem, hasta que abandonó la formación lila y se incorporó a la candidatura de ERC en Barcelona en 2019.
El gobierno Collboni ha presentado la primera propuesta de presupuestos. Con esta lectura inicial, ¿hay margen para un posible acuerdo de cuentas, que además pueda desencadenar una futura entrada de gobierno?
Estamos muy lejos de lo que plantea el Partido Socialista, no solo en la clave del presupuestos, sino de la acción política desde la investidura, que ha mirado más hacia aquellos condicionantes que el PP puso que hacia los Comunes, que regalaron los votos. Este es el PSC que nosotros hemos conocido estos días. Hemos pedido que aplacen la tramitación inicial de los presupuestos, pero si no lo hacen haremos un voto político, que no será ni a favor ni abstención. Al menos en la aprobación inicial.
¿Un sí a los pressuposots y la entrada en el gobierno son para ERC vasos comunicantes, como han manifestado los Comunes?
Hay que ir paso a paso. Ahora mismo estamos muy lejos de un sí en la aprobación inicial de la tramitación. ERC no suplicará la entrada en el gobierno en ningún caso. Nuestro objetivo ahora es que el PP no sea el juez de esta ciudad, como lo está siendo últimamente. Ahora tenemos un gobierno gris, con una línea muy continuista que está lejos de la ambición que tiene que tener Barcelona.
En todo caso, si ERC pide el aplazamiento de la tramitación de las cuentas es porque ve margen de negociación.
Ahora mismo la puerta de los presupuestos está prácticamente cerrada. Básicamente porque tenemos que hacer una reflexión también de dónde estamos como partido en la ciudad. A Esquerra no le han ido bien las elecciones. Ha perdido casi la mitad de sus votos. Y esto requiere, antes que nada, un ejercicio de autocrítica sobre nuestra orientación estratégica y también del trabajo que hemos hecho los últimos cuatro años. Influimos, condicionamos mucho la acción de gobierno y conseguimos grandes cosas, pero la ciudadanía no lo valoró o nosotros no lo supimos explicar.
¿Cómo se traduce esta reflexión en las decisiones que tome ERC respecto al PSC y los Comuns a partir de ahora?
No podemos continuar haciendo lo mismo que hacíamos durante estos cuatro años, siendo muy generosos con la ciudad como hemos hecho pero con una situación donde la gente no sabe si somos gobierno o somos oposición. Ahora tenemos que invertir mucho de esfuerzo a explicar que Esquerra Barcelona ahora mismo es la oposición. Si el PSC nos quiere demostrar que hay la posibilidad de otra Barcelona que se acerca a la Barcelona de ERC, ya lo veremos. Pero ahora mismo no es el caso.
¿La decisión de hacer una «oposición constructiva» a Colau y Collboni la tomó exclusviament ERC Barcelona, o vino dada por la dirección nacional?
Ganamos las elecciones y acabamos en la oposición. Decidimos no bajar los brazos y no situarnos en el reproche constante. Una decisión barcelonesa en la cual no intervino nadie más en los primeros tres años. Después ya sabéis que llegó el tema del presupuesto, donde evidentemente allá sí que hubo una decisión nacional. Sea como fuere, nuestra posición de responsabiltiat durante cuatro años nos dejó muy desdibujados.
En todo caso, ¿cómo planteará ERC una negociación con el PSC para una hipotética entrada en el ejecutivo?
El día que Esquerra Republicana hable de gobernabilidad en el Ayuntamiento de Barcelona lo hará con el PSC directamente. No lo hará nunca vía Comuns porque no necesitamos representantes. Yo hablo continuamente con la regidora Laia Bonet, del mismo modo que hablo también con los Comuns.
¿Con Ada Colau?
No. Creo que está pensando más en el ministerio que puede tener entre manos que en Barcelona. Su ausencia hace que los Comuns estén en un segundo plano, a la espera de que el PSC los deje entrar en el gobierno.

¿Tienen un argumentario pensado por si, finalmente, ERC se incorporara en el gobierno del PSC con los Comunes? Especialmente para explicar la decisión después de que, por segunda vez, los hayan dejado fuera del gobierno con un pacto alternativo.
Esto es ciencia ficción… Pero yo he visto a Junts ganar las elecciones, que les robaran la alcaldía y que el mismo señor Trias suplique que quiere entrar en el gobierno con el PSC. En todo caso, Barcelona necesita un cambio, necesita gobiernos que desarrollen políticas progresistas y necesita un gobierno que no gire la espalda al país. Nuestra diagnosis es esta y Esquerra Barcelona trabajará para que el gobierno de Barcelona se asemeje a esto. ¿Con quién nos encontramos para trabajar esto? Ya lo veremos. Pero lo que sabemos seguro, porque lo dijeron los resultados del 28M, es que la ciudadanía no avalla la acción de gobierno del PSC y los Comuns.
El pacto con Trias per Barcelona cumplía estos tres requisitos.
Sí. Pero yo creo que este pacto ahora ya no se cumple. Los que formábamos parte de este pacto podemos coincidir con cosas puntuales, pero el señor Trias ya ha dicho claramente que quiere gobernar con Collboni. A partir de aquí, las cartas se vuelven a repartir.
¿Se ha deshecho el entendimiento indepenentista?
Entendemos el independentismo de forma diferente. Para nosotros es la parte más soberanista del término, poner la soberanía al servicio de la gente. Junts tiene otra concepción del independentismo, no pasa nada. Nos hemos puesto de acuerdo en un momento dado y ya está. Ahora Junts quiere gobernar con el PSC, ok, pero nosotros no nos lameremos las heridas por una investidura que no pudo ser mientras el señor Trias suplica pactar con Collboni.
¿El pacto con Junts era el plan A de ERC?
No va tanto de con quien te sientas para conseguir qué, sino que quieres hacer. Nosotros sabíamos qué queríamos hacer, y el señor Trias nos vino a buscar. Sabíamos que no sumábamos mayoría, pero aquella confianza se construyó con los días en base en un programa y en base a unas propuestas sólidas. Pero era un pacto entre dos fuerzas diferentes. Nos podemos poner de acuerdo en muchas cosas, pero estamos más en desacuerdo con que quiere decir progresismo. Y ahora veo Junts suplicando para entrar en el gobierno. A diferencia de Junts y Comuns, ERC tiene dignidad y no suplica cargos. En resumen, Esquerra no necesita delegados y evidentemente no es la criada de nadie.

No me ha respondido a la pregunta de si el pacto independentista era el plan A de ERC.
Nosotros pensábamos que Junts y el PSC harían Gobierno, una sociovergencia, porque sumaba 21 y era lo más fácil. Y se ha confirmado que al señor Trias le gustaba más esta opción. Yo no sé qué pasó con las conversaciones entre el señor Collboni y el señor Trias, pero podría ser que al final el plan B de Trias fuéramos nosotros. ERC estaba en choque, en una reflexión después de perder 5 regidores, cuando se abrió la posibilidad con Junts.
¿Elisenda Alamany se ve teniente de alcalde de Jaume Collboni?
Mi responsabilidad primera ahora mismo es hacer más fuerte el grupo de ERC, que se nos perciba como un perfil mucho más barcelonés y mucho más conectado con la ciudad del que lo hemos podido hacer estos últimos cuatro años. Y esta sí que es una responsabilidad que tanto si estemos en el gobierno como si estemos a la oposición tendremos que desarrollar por el bien del partido. Tenemos que pensar bien qué estrategia usaremos si estamos a la oposición, o qué estrategia haríamos si estuviéramos en un gobierno con unos o con otros.
¿No ha habido conversaciones directas con el PSC sobre una entrada en el gobierno?
He hablado con todo el mundo, también con Laia Bonet y con Janet Sanz, pero nunca en estos términos. No ha habido ninguna oferta, sinceramente. Pero insisto, a diferencia de Junts y Comuns, nosotros no suplicamos cargos. Tenemos cinco regidores, sí, pero somos un partido con dignidad. Esquerra Barcelona tiene que afrontar un proceso de renovación, hay de haber cambios y necesitamos invertir tiempos a pensar cómo rehacemos esta fuerza política que ha pasado de 10 a 5 regidores.
Usted se ha puesto a disposición del partido por una eventual candidatura para el 2027. En todo caso, en cuanto a este mandato, ¿Ernest Maragall les ha comunicado si quiere dejar su acta?
Me he mostrado predispuesta a liderar este grupo municipal, a liderar Esquerra Barcelona porque es evidente que se tienen que tomar decisiones y hacer cambios. Lo que sabe Ernest Manegall, porque hemos hablado muchas veces, es que en estos cambios y en estas decisiones él no será nunca un impedimento ni hará de tapón. Él no será candidato en 2027, es natural, pero ahora el trabajo es cómo trabajamos este relevo. Y la militancia dirá quién es el candidato.
Una hipotética ley de amnistía permitiría que algunas personas de ERC represaliadas volvieran a la vida política, como podría ser el caso de Raül Romeva. Y Barcelona podría ser una plaza donde hacerlo. ¿Se ha hablado, de esta posibilidad?
Mira, en política no puedes esperar nunca nada. Tienes que trabajar y trabajar. En mi caso, hace 4 años que estoy en Barcelona y he tenido ofertas tempadores para hacer otras cosas y no he querido. Mi proyecto es Barcelona, y quiero que entre aire fresco a ERC Barcelona. Me viene mucho de gusto darlo todo por este grupo municipal y llegar a los mejores resultados el 2027. Y pienso que los partidos políticos tienen que tomar decisiones profesionales sobre sus candidatos. Esta es una ciudad de casi dos millones de habitantes y los candidatos tienen que asemejarse a la ciudadanía. Yo no tendré nunca ningún problema porque se tome una decisión profesional, es más, yo reivindicaré que tengamos el mejor candidato o la mejor candidata posible.
Hay elecciones en la Federación de Barcelona. ¿El grupo municipal se mantiene totalmente al margen, a pesar de que dos de sus cinco regidores están enfrentados en las candidaturas?
Estoy muy tranquila, he hablado con las dos candidaturas, y espero que las dos defiendan que este partido vaya más allá de las fronteras de las siglas y de las personas que siempre han sido, porque necesitamos relevo en todas partes. Hacen falta ideas nuevas que convivan con la solidez de aquellas personas que ahora hace mucho de tiempos que están al partido. Las dos candidaturas comparten mi visión y yo estaré a disposición de la candidatura ganadora. Ni Ernest ni yo nos posicionaremos.
Hablaba de la entrada de aire fresco en ERC. ¿Cómo se concreta?
Tenemos que conseguir un entorno para Esquerra Barcelona que vaya más allá de las personas que estamos siempre o muy politizadas. Tenemos que explorar el mundo de la cultura, nuevos sectores tecnológicos, empresariado joven, nuevas generaciones que ahora son protagonistas de la ciudad.

¿La reconstrucción de ERC Barcelona se hace mejor desde la oposción o desde el poder institucional?
En política no hay nunca una fórmula donde si tú haces A, después será B. Al final, dependerá de qué se dedida en las urnas en 2027. ERC hizo un gran trabajo durante 4 años, pero las elecciones no iban del trabajo hecho sino de si Colau sí o Colau no, donde Junts se había situado como la alternativa. Ahora mismo, no veo ningún incentivo por el cual Esquerra Barcelona tendría que entrar en un gobierno del PSC. Porque si estamos diciendo que este partido socialista está condicionado por el Partido Popular, lo único que tenemos que ver es de qué manera somos más competitivos o más influyentes porque las recetas del pasado no condicionan una ciudad progresista. Y ahora mismo esto se hace mejor desde donde estamos. Pero ya lo veremos.