22@ Network Barcelona, una asociación empresarial privada, ha presentado alegaciones contra el plan de usos que el Ayuntamiento de Barcelona quiere impulsar en el distrito de Sant Martí. En concreto, la entidad, de la cual forman parte grandes empresas, instituciones, universidades, centros tecnológicos y una red de pymes y startups con actividad en el territorio, considera que el plan municipal es «demasiado restrictivo» con la restauración.
«Como primer hub de innovación del sur de Europa, el distrito 22@ merece una oferta de restauración y servicios a la altura de su relevancia y potencial», ha dicho la presidenta del 22@Network, Susana Prado. «Un entorno con una oferta variada y de calidad incentiva a los profesionales a ir a la oficina, dinamizando el barrio y generando un impacto positivo tanto en los negocios locales como en la comunidad vecinal», ha añadido.
«Restricciones injustificadas»
La asociación reclama que las actividades de restauración no estén prohibidas en el Área de Tratamiento Específico (ATE). El ATE son núcleos antiguos que conservan unas características urbanísticas singulares que requieren un tratamiento específico dentro de la zona en la que se ubican, dice el Ayuntamiento de Barcelona.

A juicio de la entidad empresarial, hay «restricciones injustificadas» a las actividades de restauración que afectan barrios como el Parc i la Llacuna del Poblenou, el Poblenou, el Clot y el Camp de l’Arpa. El despacho de abogados de Uría Menénez, que representa a la entidad, compara esta situación con otros distritos tecnológicos europeos, como París o Londres, y sostiene que el número de establecimientos de restauración es inferior.
Según ha recogido la agencia ACN, 22@ Network Barcelona también carga contra «el aumento injustificado» de la superficie del ATE respecto al plan de usos de 2016, lo que elimina la flexibilidad necesaria para la implementación de nuevas actividades. El 22@ Network dice que las razones que justificaron este aumento en el pasado ya no son aplicables, especialmente tras la desaparición del ‘corredor lúdico’ que conectaba el Triángulo Lúdico, la rambla del Poblenou y el Port Olímpic, una zona conocida por la gran cantidad de locales de ocio nocturno que generaban problemas de convivencia para los vecinos. De hecho, los conflictos no han desaparecido y el vecindario continúa quejándose.
Limitación de actividades musicales
Por otro lado, la entidad también denuncia unas «restricciones excesivas» en la Zona General de Regulación (ZR) decretada por el Ayuntamiento, con la limitación a 15 establecimientos de actividades musicales, restauración y comercio alimentario con degustación en un radio de 100 metros, y el establecimiento de una distancia mínima de 25 metros entre estos establecimientos.