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El viaje de Collboni al Próximo Oriente divide a la oposición

El pasado viernes, el gobierno de Israel vetó la entrada del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, a su país. Collboni tenía prevista una visita a Palestina invitado por los alcaldes de Belén y Ramala. Israel justificó la prohibición por el hecho de que Collboni había boicoteado al estado hebreo. Para Israel, la proposición aprobada por el pleno del Ayuntamiento el pasado mayo de romper relaciones con Israel y el hermanamiento con Tel-Aviv es «la manifestación de una política hostil e incitadora contra Israel y sus ciudadanos». Lejos de renunciar a su viaje al Próximo Oriente, el alcalde decidió desplazarse hasta Jordania, donde ha anunciado que doblará la ayuda a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en el Próximo Oriente (UNRWA), de 200.000 a 400.000 euros, y convertirá Gaza y las ciudades palestinas en el Distrito 11 de Barcelona. Collboni recupera un proyecto de los años 90 de Pasqual Maragall, que creó el Distrito 11 o Distrito Sarajevo para coordinar la ola de solidaridad de la capital catalana con la ciudad de Bosnia durante la guerra de los Balcanes.

El viaje del alcalde y del resto de la delegación barcelonesa ha tomado a la oposición municipal por sorpresa. Según el color político, las opiniones son más favorables o más críticas con las propuestas del alcalde y el viaje en sí mismo. La oposición está dividida, con Junts per Barcelona y PP más beligerantes, y Barcelona en Comú y ERC más condescendientes. Junts ha cargado contra Collboni por actuar de manera «unilateral», sin informar a los grupos municipales del viaje, y ha calificado la expedición de «propaganda socialista». Y el PP ha denunciado la prepotencia con la que, según los populares, ha actuado el alcalde y ha pedido anteponer las ayudas sociales a los barceloneses. En el otro lado, Barcelona en Comú se ha apropiado del mérito del cambio de criterio de Collboni con Israel y ha exigido que las inversiones previstas en Gaza se concreten sobre el terreno. Y ERC ha planteado la necesidad de activar herramientas modernas de cooperación que sean útiles en la actualidad. Junts, ERC y PP han confirmado al TOT que no sabían nada del viaje.

Jaume Collboni, con el alcalde de Ammán, Yousef Al Shawarbe / Ayuntamiento de Barcelona

Junts: «No puede ser que Collboni cree el Distrito 11 sin un acuerdo del pleno»

En la valoración que ha hecho Jordi Martí Galbis al TOT Barcelona, ha dicho que en Junts están muy sorprendidos y «molestos» por las maneras de hacer del alcalde y el gobierno socialista. «Un viaje como el que está haciendo al Oriente Medio es bastante importante y bastante trascendental, sobre todo en el marco de la necesaria ayuda ante el drama humano que sufre el pueblo palestino, para merecer que Collboni y su gobierno no actúen de manera unilateral». El presidente del grupo de Junts en el Ayuntamiento ha recordado que la importante tarea municipal en el ámbito de la cooperación internacional y de ayuda al desarrollo se ha hecho siempre con diálogo y consenso político y social, y siempre por unanimidad. «No puede ser que nos enteremos por los medios de comunicación que Collboni, sin encomendarse a nadie, anuncia la creación de un Distrito 11 en un territorio como Palestina, en estos momentos en esta situación tan dramática, sin que haya antes un acuerdo en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona».

Para Junts, el itinerario del alcalde por el Próximo Oriente «no deja de ser un viaje a mayor gloria de la propaganda socialista del Ayuntamiento de Barcelona. Es una imagen que recoge Collboni como si fuera el virrey de Barcelona, y de ninguna manera es un virrey. Es solo un alcalde que tiene 10 concejales de 41, y que debe pactar este tipo de políticas. Desde Junts per Barcelona, lamentamos esta manera de hacer política de Collboni».

Barcelona en Comú: «No basta con distritos simbólicos»

Con Ada Colau de alcaldesa, el Ayuntamiento de Barcelona rompió el hermanamiento de Barcelona con Tel-Aviv en febrero de 2023, a través de un decreto de alcaldía, por una “violación sistemática de los derechos humanos” contra la población palestina. El 1 de septiembre de ese mismo año, Collboni recuperó el hermanamiento con la ciudad de Israel, también a través de un decreto de alcaldía. En la valoración que hace la concejala de Barcelona en Comú Carol Recio del viaje de Collboni, recuerda estos hechos. «Celebramos el giro de 180° de Collboni. Inició el mandato recuperando el hermanamiento con Tel-Aviv suspendido por Ada Colau ante el apartheid contra el pueblo palestino. Barcelona vuelve ahora a ser un faro de paz, aunque nos ha costado mucho trabajo, sudor y lágrimas arrancar este compromiso del gobierno del PSC. Ahora, toca convertir la inversión en proyectos concretos sobre el terreno y construir alianzas con el resto de ciudades para aislar al Estado de Israel. No es suficiente con distritos simbólicos, sino que hace falta acción directa, como, por ejemplo, apoyando a la flotilla de ayuda humanitaria que saldrá este 31 de agosto hacia Palestina desde Barcelona». Fuentes de los Comunes en el Ayuntamiento no han concretado si tenían conocimiento del viaje por la rotación del personal en el grupo municipal por las vacaciones de verano.

Collboni, con la teniente de alcaldía, Maria Eugènia Gay, en el campamento de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en el Próximo Oriente / Ayuntamiento

ERC: «Hace falta un fondo de cooperación estable con recursos garantizados»

ERC ve del todo necesario intensificar la cooperación con Palestina, y también con Gaza. «Lo vemos con buenos ojos. Es un impulso que esperábamos desde hace tiempo y que ya habíamos solicitado. Este genocidio está destrozando al pueblo de Gaza con un promedio de 28 niños asesinados al día. Es intolerable. Una población que, además de ayuda humanitaria, también requiere toda la cooperación técnica posible. Barcelona puede trabajar mano a mano con las diversas ciudades», ha valorado la concejala republicana Rosa Suriñach.

El grupo municipal de ERC ha recordado que el Distrito 11 «fue un planteamiento brillante de cooperación con Sarajevo, en una Barcelona convencida de que extendía sus límites hasta Bosnia». Suriñach califica el hecho de recuperarlo como «un buen homenaje de nostalgia», pero «lo que exigiría la visión maragalliana sería innovar en los mecanismos de cooperación, adaptados al año 2025, más que ejercicios de recuerdo». La concejala sostiene que hacen falta herramientas modernas de cooperación con la voluntad de ser útiles hoy, no solo de rememorar el pasado. Y defiende la necesidad de establecer «un fondo de cooperación estable con recursos garantizados para apoyar al pueblo palestino de manera continuada, no solo a través de acciones puntuales, e impulsar en Europa que el resto de ciudades se sumen con una red en la que Barcelona actúe como motor».

Collboni visita las instalaciones de la UNRWA en Ammán / Ayuntamiento de Barcelona

PP: «Barcelona debe ser solidaria, pero primero con los barceloneses»

Desde el PP, su presidente en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, ha criticado las ayudas que el alcalde ha propuesto para Gaza, así como el hecho de crear el Distrito 11. Para el concejal popular, es una «incoherencia», destinar 400.000 euros a Palestina para alimentos y medicinas mientras al Banco de Alimentos de Barcelona se le asigna únicamente 110.000 euros. «Barcelona debe ser solidaria, pero primero con los barceloneses. Hay que atender las necesidades de Barcelona y luego viene la ayuda exterior». La intención del PP es presentar una proposición para impedir que se destinen ayudas económicas a países, territorios o entidades que vulneren los derechos fundamentales, como la libertad de conciencia, la igualdad entre hombres y mujeres o la discriminación por razones de orientación sexual, y preguntar al consistorio por los costos del viaje.

En declaraciones al TOT, Sirera –que dio los votos del PP a Collboni para ser elegido alcalde por el pleno en detrimento de Xavier Trias– ha reconocido que tampoco sabía nada del viaje. «En política, la prepotencia no solo resta: destruye la confianza. Collboni actúa por libre, como si tuviera una mayoría que no existe, olvidando que gobierna en minoría y sin apoyos estables. Una decisión de ciudad de este calibre nunca puede tomarse de manera unilateral, sin debate, sin consenso y de espaldas a los barceloneses. Nunca un alcalde tan débil había mostrado tanta arrogancia política», ha dicho.

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