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El presupuesto municipal, la asignatura pendiente de Collboni

El gobierno en minoría del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona cerró el 2024 con un acuerdo in extremis para aprobar las ordenanzas fiscales para el 2025. Jaume Collboni se tuvo que comprometer por escrito a no hacer una nueva terminal de cruceros en el Puerto de Barcelona para asegurarse el voto a favor de Barcelona en Comú. Con ERC, el otro partido que votó a favor de los impuestos y tasas para el año actual, los socialistas han pactado iniciar la tramitación para doblar el recargo municipal de la tasa turística.

Validadas las ordenanzas fiscales, Collboni se enfrenta ahora a la asignatura pendiente del mandato: conseguir aprobar un presupuesto municipal por la vía ordinaria. En 2024, el alcalde tuvo que hacer uso de la cuestión de confianza -es una herramienta de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que permite a los gobiernos en minoría sacar adelante los presupuestos, con el límite de dos veces por mandato- para conseguir la luz verde definitiva a las cuentas, después de que toda la oposición -con la excepción de ERC- votara en contra del presupuesto en el pleno de marzo.

El teniente de alcaldía del área económica del Ayuntamiento de Barcelona Jordi Valls, en rueda de prensa / ACN

La tramitación del presupuesto se pospuso

En octubre, el TOT Barcelona adelantaba que la tramitación del presupuesto municipal para el 2025 se posponía. Habitualmente, las cuentas del consistorio se suelen aprobar en el último pleno del año, pero las del 2025 ni siquiera han pasado por la comisión de Economía para la aprobación inicial. En otoño, la razón que Collboni dio para ralentizar el calendario es que se debía esperar a que las diferentes formaciones políticas que celebraban congresos nacionales –Junts per Catalunya, los Comuns y ERC– resolvieran su futuro. Ahora, fuentes de la oposición que citan al gobierno de Collboni estiman que el inicio de la tramitación podría no llegar hasta finales de enero o más adelante, lo que haría que se pospusiera la rueda de prensa de presentación del presupuesto que el gobierno municipal pensaba hacer el 9 de enero. El TOT se ha dirigido al servicio de prensa para confirmar esta información y conocer el estado de la tramitación del presupuesto con la única respuesta de que cuando haya novedades se comunicarán. En el mejor de los casos, si Collboni logra sacar adelante las cuentas, podrían ser aprobadas definitivamente a lo largo de la primavera.

A través de una cuestión de confianza, el 2 de mayo del año pasado, el gobierno de Collboni aprobó un presupuesto expansivo de más de 3.800 millones. Ahora, estas cuentas se han prorrogado a la espera de que en las próximas semanas o meses se cierre un acuerdo definitivo para el nuevo presupuesto. La prórroga la dio a conocer el alcalde en el pleno del 20 de diciembre. El anuncio molestó a Junts per Catalunya-Trias per Barcelona. El presidente del grupo municipal, Jordi Martí Galbis, consideró que la propuesta se debería haber debatido como un punto independiente para garantizar su transparencia. En declaraciones al TOT, Martí Galbis subraya que el presupuesto para este año, si es que llega, llegará tarde, y será así por responsabilidad exclusiva del mismo alcalde. «Barcelona empieza el año con el presupuesto prorrogado, y sin siquiera haber iniciado su trámite en el Ayuntamiento, con la excusa de que los socios con quienes lo quiere aprobar, Comuns y ERC, aún no están preparados. Collboni pone por encima sus intereses políticos a las necesidades de Barcelona y su gente».

Janet Sanz, presidenta del grupo municipal de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de Barcelona / Jordi Play

Sanz: «El presupuesto deberá tener la identidad y el sello de los Comuns»

Si no se producen sorpresas de última hora, lo más probable es que Junts, PP y Vox voten en contra del presupuesto y Collboni tendrá que cerrar un acuerdo con los Comuns y ERC para aprobar las cuentas, igual que ha hecho con las ordenanzas fiscales. Fuentes de los Comuns dicen al TOT que, desde mediados de diciembre, cuando este medio entrevistó a la presidenta de los Comuns en el Ayuntamiento Janet Sanz, las negociaciones con el gobierno no han avanzado. Según Sanz, si el alcalde quiere aprobar el presupuesto, este «deberá tener la identidad y el sello de los Comuns». Esto significa «vivienda, abaratar el costo de la vida (tarifas del transporte público y funeraria pública), decrecimiento turístico (terminales de cruceros), mejora de las infraestructuras de la ciudad y lucha contra la emergencia climática (superillas). Es lo que hemos hecho los últimos ocho años. Es importantísimo que Collboni entienda que para nosotros esto es indispensable», subrayó Sanz. La exteniente de alcaldía de Urbanismo con Ada Colau de alcaldesa remarcó que Collboni se iría de vacaciones de Navidad sin tener la herramienta principal del Ayuntamiento, que es el presupuesto, aprobada. «Es un alcalde débil. Los socialistas confunden su situación, su deseo, con la realidad. Tienen 10 concejales y actúan como si tuvieran la mayoría», valoró Sanz, que descarta entrar en el gobierno de la ciudad a lo largo de los dos años y pico que quedan de mandato.

Elisenda Alamany, presidenta del grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, en un pleno

Con la nueva dirección nacional de ERC ya escogida, con Oriol Junqueras como nuevo presidente y la presidenta del grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento Elisenda Alamany como nueva secretaria general, los republicanos deben aclarar si finalmente entrarán en el gobierno del Ayuntamiento. PSC y ERC tienen cerrado desde la primavera pasada un preacuerdo para formar un gobierno de coalición. De momento, este 7 de enero, Alamany ha dicho que por ahora no es un tema que esté sobre la mesa, ya que los republicanos están centrados en el presupuesto. En junio, las bases republicanas en la ciudad debían avalar el preacuerdo en una votación, pero el acto se suspendió en medio de una fuerte división interna de la formación. Este miércoles, los republicanos, con toda seguridad, hablarán de esta cuestión y del presupuesto en rueda de prensa y presentarán una propuesta vinculada con el impulso del catalán que quieren que se refleje en el presupuesto de 2025. En cualquier caso, si finalmente ERC decide entrar en el gobierno de la ciudad, la votación de las bases republicanas, que dé el visto bueno al acuerdo, se deberá hacer. Fuentes del PSC estimaban en diciembre que la entrada de los republicanos en el ejecutivo local podría tener lugar entre enero y febrero y no necesariamente debería incluir un pacto de presupuesto, pero en el caso de condicionar las cuentas de Collboni, con inversiones destacadas, Alamany dispondría de más fuerza para que las bases republicanas avalen el acuerdo de gobierno.

Jordi Martí Galbis, presidente de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona / Jordi Play

El presidente de Junts en el Ayuntamiento explica que ahora comienzan a conocer las líneas maestras del presupuesto y expresa su «decepción» por unas cuentas «carentes de ambición, que no marcan un rumbo claro para la ciudad y que, por el contrario, sí que fijan una continuidad respecto al modelo, prioridades y propuestas del gobierno de Colau y de los Comuns, y del cual también formaba parte Collboni y el PSC». Y añade que «Collboni perpetúa las políticas de los últimos años sin aportar soluciones nuevas ni efectivas a los principales problemas de la capital catalana, como la seguridad, la vivienda y la gestión del turismo, ya enquistados y en unas cuotas de rechazo extremo por parte de la ciudadanía, y que condena a Barcelona a la inercia y el desánimo», sostiene Martí Galbis.

De un salario mínimo a la revisión de los ejes verdes, según Junts

Junts defiende que es necesaria una revisión profunda del presupuesto «para garantizar un futuro mejor para la ciudad y sus habitantes». A modo de ejemplo, la formación propone implementar un salario mínimo en Barcelona, la creación de la Agencia de Comercio de Barcelona, un refuerzo de agentes de la Guardia Urbana, una revisión de los ejes verdes (con «auditorías ambientales y urbanísticas sobre su eficiencia»), impulsar un pacto de ciudad por la vivienda (con más recursos para promover vivienda asequible en solares municipales e impulsar colaboraciones con el sector privado), culminar la cobertura de la ronda de Dalt y reformar la Gran Vía, ampliar las dotaciones para los programas de apoyo a familias vulnerables y promocionar el uso de la lengua catalana.

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