En el Parlamento de Cataluña hay pocos consensos. Uno de estos puntos de coincidencia es considerar al líder en el Parlamento, Alejandro Fernández, como un buen orador. Pero en la sesión de control de este martes en la cámara catalana, un desliz, le ha hecho bajar muchos puntos en el ranking. Todo debido a meterse en un lío que queda lejos de lo que marca su propio discurso personal, recoger las quejas de sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) por calificar la comisaría de la Prefectura de Via Laietana como un espacio de memoria.
Fernández, que curiosamente ha tenido que leer su intervención, ha cargado las tintas contra la decisión del Consejo de Ministros de hacer compartir el espacio de trabajo con el recuerdo oscuro y tenebroso de uno de los escenarios más crueles del franquismo y la incipiente transición hacia la democracia. Fernández ha calificado la decisión “de ser un producto del «chantaje inmoral” de los independentistas por los cuales los sindicatos del CNP aseguran sentirse “humillados”.
El todavía líder del PPC ha añadido que se podría entender que se homenajearan a las personas torturadas, si es que se pudiera demostrar que hubo torturas. Asimismo, ha reprochado que se haga compartir espacio de memoria con integrantes del CNP que hacen su trabajo y no tienen nada que ver con las “tropelías” que pudieron haber hecho otros policías de hace cincuenta o sesenta años. Una expresión que ha hecho saltar como un resorte al portavoz de los Comuns, David Cid, recordando que en la comisaría se practicaron “torturas” y “no tropelías”.

Humillación
Fernández ha apuntado que hubo “abusos”, y que “los edificios no torturan, sino que torturan las personas”. Un silogismo avanzado del famoso mantra “las personas tienen derechos y no los territorios”. En turno de réplica, Illa ha constatado que las “decisiones del Gobierno no humillan a nadie”. “Usted no hace ningún favor a ningún cuerpo de seguridad intentando patrimonializarlos”, ha criticado. “La policía durante el franquismo torturó. La actual no tortura. ¿Qué problema tiene eso?”, ha retado el presidente.