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El largo serial del tranvía: de la consulta de Hereu a la victoria de Colau

La conexión del tranvía por la Diagonal ha sido desde sus inicios un proyecto con una gran carga política. A lo largo de casi dos décadas, los criterios partidistas se han impuesto, muchas veces, a los criterios técnicos. Ahora, por fin, el tranvía da un paso más y este domingo se pone en marcha el tramo entre Glòries y Verdaguer después de más de dos años de obras. Tras los mandatos de Jordi Hereu y Xavier Trias, en los que el tranvía se quedó en los cajones municipales, la llegada a la alcaldía de Ada Colau permitió recuperar el proyecto. Colau dejó el Ayuntamiento a finales de octubre, pero el estreno de este domingo escenificará la última victoria política -por ahora, a la espera de si en un futuro decide volver- de la exalcaldesa. Si no hay sorpresas, cuando se lleve a aprobación la conexión entre Verdaguer y Francesc Macià en el pleno municipal, PSC, Barcelona en Comú y ERC votarán a favor y el proyecto seguirá adelante.

El estreno del nuevo tramo del tranvía, sin embargo, está siendo muy accidentado. En primer lugar, debía hacerse este sábado en medio de una fiesta ciudadana que el Ayuntamiento aplazó en solidaridad con las víctimas de la DANA de València. Posteriormente, la convocatoria de una jornada de huelga por parte de los trabajadores llevó a suspender el acto institucional previsto con la presencia del presidente de la Generalitat Salvador Illa, el alcalde de Barcelona Jaume Collboni, la consejera de Territorio Sílvia Paneque, y la primera teniente de alcaldía de Urbanismo Laia Bonet. Finalmente, el tranvía entrará en servicio a las 05.00 horas del domingo sin la presencia de Illa y Collboni. Sí ha convocado a los medios Barcelona en Comú, con la presidenta del grupo municipal Janet Sanz, al frente, el partido que impulsó este tramo del tranvía.

Un tranvía circula por el nuevo tramo de la Diagonal / Ajuntament de Barcelona

Poco después de llegar a la alcaldía, en el verano de 2015, Colau encargó los estudios técnicos para la conexión del tranvía. El camino de estos nueve años ha estado lleno de obstáculos, sobre todo políticos y presupuestarios. En abril de 2018, el pleno rechazó la unión con los votos en contra del PDeCAT, ERC, Ciutadans, PP y la CUP. ERC estaba en aquellos momentos liderada por Alfred Bosch y planteaba una gestión pública del tranvía, una opción que Colau descartó en 2018 por los elevados costos -hasta 440 millones de euros- de rescatar la concesión a las empresas privadas que forman el grupo TRAM, que no termina hasta 2032. Nueve meses después, en enero de 2019, el cambio de liderazgo en ERC, con Ernest Maragall como candidato a la alcaldía, cambió el sentido del voto de los republicanos y la unión por la Diagonal siguió adelante, también con la posición favorable de la CUP. Aquel acuerdo se cerró sin una fecha concreta de construcción. Y las obras del tramo entre Verdaguer y Glòries no se iniciaron hasta marzo de 2022, una vez finalizados los proyectos y que Ayuntamiento y -más tarde- la Generalitat dispusieran del presupuesto necesario. La construcción terminó a mediados de julio, con el inicio de las pruebas de circulación de los convoyes sin pasajeros.

Con el nuevo recorrido, el tranvía recorrerá unos dos kilómetros por el centro de la ciudad en unos siete minutos, con un total de tres nuevas paradas -la Monumental, Sicília y Verdaguer- entre Glòries y Verdaguer. Se espera que el número de validaciones diarias se incremente en 24.000 y que el nuevo transporte saque unos 2.000 coches de la Diagonal, según los datos facilitados por el Ayuntamiento.

Render del tranvía, a su paso por Diagonal con Muntaner / Ajuntament de Barcelona

La consulta que tumbó la conexión

Cuando se cumplan 20 años de la entrada en funcionamiento del TramBaix y del TramBesòs, y una vez completado el tramo entre Verdaguer y Glòries, solo quedan las obras entre Verdaguer y Francesc Macià para completar la conexión por la Diagonal. De hecho, esta es, desde hace años, la parte más controvertida del proyecto. En 2010, Hereu organizó una consulta para reformar esta parte de la avenida. Se plantearon tres opciones: hacer un bulevar o una rambla, o no tocar la calle. No se preguntó directamente por el tranvía, pero las dos primeras opciones -la preferida del PSC era hacer un bulevar- incorporaban este transporte. Los resultados fueron incuestionables y cerca del 80% de los que votaron se inclinaron por dejar la Diagonal como estaba. Los resultados abrieron una crisis política sin precedentes en el Ayuntamiento que llevaron al alcalde a destituir al primer teniente de alcaldía y ideólogo de la consulta, Carles Martí. Y un año después -la consulta- fue uno de los detonantes que hicieron perder a Hereu las elecciones municipales de la primavera de 2011 ante Trias.

Con el gobierno de Collboni, el tira y afloja político sobre esta infraestructura no ha desaparecido. A finales de febrero de este 2024, Collboni verbalizó comenzar las obras el próximo mandato, aunque dejaba la puerta abierta a cambiar de opinión según los acuerdos que se cerraran con otras formaciones. Incluso meses antes, tras su nombramiento como alcalde, el PSC estudió otros trazados alternativos a la Diagonal como ya se había hecho en tiempos pretéritos. En declaraciones al TOT Barcelona, en octubre de 2023, la regidora de los Comuns Janet Sanz, una de las principales impulsoras del tranvía como titular del área de urbanismo con Colau, decía que veía a Collboni con «pocas ganas» de terminar la unión del tranvía.

Collboni condiciona el tranvía a los presupuestos

En medio de este revuelo, Collboni se vio obligado a aprobar los presupuestos de 2024 con una cuestión de confianza -un instrumento que permite la Ley electoral a los gobiernos en minoría, pero solo dos veces en un mandato- después de que todos los partidos, con la excepción de ERC, le tumbaran los presupuestos. Con este escenario, el alcalde no puede permitirse aprobar los presupuestos actuales con una nueva cuestión de confianza y, a finales de julio pasado, extendió la mano a los Comuns, condicionando el inicio de las obras del tranvía -entre Verdaguer y Francesc Macià el próximo verano- a aprobar los presupuestos del Ayuntamiento y de la Generalitat para 2025.

Aunque oficialmente, la tramitación de los presupuestos municipales no se ha iniciado y no se aprobarán hasta enero o febrero, Barcelona en Comú y PSC ya negocian y han aproximado posiciones, tanto en lo que respecta a las ordenanzas fiscales (en vías de aprobación) como en lo que respecta a las cuentas del año próximo. A mediados de octubre, los Comuns aseguraban que los socialistas se habrían comprometido a tramitar la regulación de los alquileres de temporada en la ciudad antes de finales de año y explicaban que esta era una de las condiciones que habían puesto para aprobar los presupuestos. Con ERC, Collboni tiene un preacuerdo para formar un gobierno de coalición que debe ser validado por las bases republicanas en la ciudad, pero esta votación deberá esperar a que pase el congreso nacional de ERC, previsto para el 30 de noviembre, que debe elegir la nueva dirección del partido.

Render del paso de un tranvía por la Casa de les Punxes / Ajuntament

Más de 200 millones, 114,2 municipales

El proyecto ejecutivo del tranvía hasta Francesc Macià ya está listo. Laia Bonet detalló a finales de julio los costos municipales, que ascenderán a 114,2 millones de euros, e incluirán 59,5 millones para la construcción del colector, entre la calle de Girona y la plaza de Francesc Macià, y 55 más para la urbanización de los 2,8 kilómetros entre Verdaguer y la avenida de Sarrià. A estas partidas, habrá que añadir unos 100 millones más que deberá pagar la Generalitat y que corresponden a la red tranviaria, según los cálculos hechos por Bonet. En total, serán más de 200 millones de euros. El tramo entre Verdaguer y Glòries ha costado unos 120 millones de euros, incluido el colector de Verdaguer. Hace un año, un informe de la Sindicatura de Cuentas alertaba de un sobrecosto en las obras del TramBaix y el TramBesòs hasta el año 2021 de unos 180 millones. «El costo final de las obras del TramBaix y del TramBesòs ha sido superior en un 49,79% y en un 35,05%, respectivamente», decía la Sindicatura.

En caso de cumplirse el calendario previsto, las obras se prolongarán durante 40 meses y podrían terminar a finales de 2028, más de 30 años después de la prueba piloto que se realizó en 1997 con un tranvía traído de Grenoble y 27 desde que comenzara el debate político e institucional para recuperar el tranvía (2001). Se actuará en toda la Diagonal, desde el paseo de Sant Joan hasta la avenida de Sarrià, unos 2,8 kilómetros de longitud y cerca de 115.000 metros cuadrados. Los usos actuales de la arteria cambiarán totalmente. En general, el tráfico privado quedará reducido a dos carriles por sentido de circulación en los laterales. En todo el ámbito, se ganarán unos 16.000 m² de espacio para peatones y 18.900 en áreas verdes, y se destinarán 8.700 m² a las bicicletas, 1.800 más de los que hay en la actualidad.

Pendientes de los presupuestos de la Generalitat

Antes de que la construcción del nuevo tramo del tranvía se inicie será necesario que la Generalitat aclare si tiene prevista una partida económica para el próximo año. El TOT ha preguntado por esta cuestión al departamento de Territorio y las fuentes consultadas no han concretado ninguna cifra. Y en el ámbito municipal será necesario un acuerdo político más allá de PSC y Comuns para aprobar el proyecto, y todo apunta a que no habrá sorpresas, ya que como ocurrió en 2019, ERC también votará a favor de la conexión. Y en cuanto al resto de formaciones es evidente que Junts per Barcelona-Trias per Barcelona -partidario desde hace años de conectar la Diagonal con buses de alta capacidad, aunque en tiempos de Hereu como alcalde, Trias defendía el tranvía y le reprochaba que no hacía la conexión del tranvía-, PP y Vox votarán en contra (17 de los 41 concejales).

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