Jaume Collboni no ha conseguido cambiar la tendencia de los últimos barómetros municipales en cuanto a la seguridad. Los resultados de la segunda encuesta ciudadana hecha desde la toma de posesión del líder socialista como alcalde de la ciudad continúan situando la inseguridad como la principal preocupación de los barceloneses (27,2% de las respuestas, una cifra ligeramente más bajas que las del ejercicio anterior), por delante del acceso a la vivienda (16,6%), que sube prácticamente cinco puntos respecto a los registros del último estudio hecho público el pasado mes de diciembre. Las cifras en seguridad, a pesar de continuar situándose cómo lo gran problema, mejoran por primera vez en cuatro años.
El tercer lugar entre las problemáticas más mencionadas por los habitantes de la capital catalana es para el turismo, que se hace un lugar en este particular top 3 con un 13%. Esta irrupción de la preocupación turística desbanca a la limpieza, que se queda en un 5%, una cifra que representa una caída de casi cinco puntos respecto a las cifras de hace medio año. Hay que recordar que esta problemática ya había sufrido en diciembre del 2023 una importante bajada si la comparamos con los datos de finales del 2022, cuando aumentaba hasta el 15,8%.
Con un porcentaje bajo, pero todavía relevante encontramos en cuarta posición los problemas asociados a la inmigración (4%), seguidos por los aspectos políticos (3,8%) y por los valores sociales negativos, la falta de educación y el civismo (3,8%). A la cola de las preocupaciones de los barceloneses se encuentran los problemas económicos, la congestión del tráfico, las obras, el modelo de ciudad o la exclusión social, entre otras.
Más polarización en la valoración de la gestión
En cuanto a la gestión de la ciudad, el 47% de los barceloneses encuestados consideran que las políticas del PSC han sido buenas o muy buenas, mientras que un 36,8% las califica de muy malas. Estos registros positivos superan los del barómetro del pasado mes de diciembre, cuando un 45,1% de la ciudadanía consideraba buena o muy buena la gestión. También las cifras negativas son más altas, puesto que ahora hace siete meses el 31,9% de los encuestados se mostraban críticos con las políticas impulsadas desde el ejecutivo.