Barcelona en común (BComú) ha puesto sobre la mesa nuevas condiciones por pactar los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona con el PSC. Las portavoces de los comunes, Janet Sanz y Gemma Tarafa, han reclamado al gobierno municipal que lleve el proyecto Superilla fuera del Eixample, abra una funeraria pública y ponga en marcha una óptica municipal para la población más vulnerable. Las dos regidoras han insistido que se trata de “cuestiones irrenunciables” para dar luz verde a los presupuestos de Jaume Collboni.
Los comunes ya habían exigido en un primer momento otras contrapartidas como la regulación de los alquileres de temporada, la reducción de dos terminales de cruceros del Puerto de Barcelona o la rebaja de los precios del transporte público. Los comunes consideran que sus propuestas son “indispensables para sacar adelante proyectos progresistas”. En el caso de las pacificaciones, quieren acabar de pacificar el tramo queda de Consell de Cent y hacer un eje verde en la calle Sicilia para generar una nueva plaza al cruce entre las dos calles. También quieren que modelo Superilla Eixample salga del distrito y se aplique a la calle de Sants-Creu Coberta, entre plaza España y Badal, y en el paseo Maragall.

Pulso con Collboni por las superillas
Las tiranteces entre BComú y el PSC del mandato pasado tienen buena parte de su raíz en el proyecto Superilla Eixample, un ambicioso programa de pacificación que ha generado incomodidad entre los socialistas. Janet Sanz ha explicado que, a pesar de las reticencias de Collboni con el proyecto de superillas, es mucho más caro mantener las calles convencionales. Los socialistas pretendían aparcar las pacificaciones forzadas y abrir más procesos de diálogo para evitar la judicialización de las obras. El PSC apuesta más por la rehabilitación de los interiores de manzana. Los comunes creen que el modelo superilla “no tiene vuelta atrás” y celebran que el rechazo de los recursos “avala” las pacificaciones hechas hasta ahora.
Un PSC más receptivo que el año pasado
El teniente de alcaldía de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, reconocía este martes que el gobierno municipal está dispuesto a escuchar las propuestas de su exsocio de gobierno, a pesar de que, como es habitual, daba respuestas poco claras. Valls ha asegurado que el Ayuntamiento ve con buenos ojos mantener la congelación de las tarifas del transporte público, pero que hace falta que las “otras administraciones se avengan”. También se comprometió a hablar con el Puerto de Barcelona por las terminales de cruceros, una cuestión delicada después del pacto firmado por Ada Colau cuando era alcaldesa y que preveía agrupar y alejar las terminales del Port Vell, no suprimir ninguna. Con relación a los alquileres de temporada, se ha comprometido a buscar alternativas. “Si no hay mayorías en el Congreso de los Diputados, el Ayuntamiento tiene que buscar una solución”.





