Después de cien días en la alcaldía, Jaume Collboni ha repasado esta semana sus primeras medidas y ha fijado las bases para una futura negociación de presupuestos. El primero gran escollo que tendrá que superar el alcalde es la tramitación de estos presupuestos, sin la cual no se pueden debatir las cuentas municipales en el pleno. Ada Colau ya ha avisado que no la aprobará si el acuerdo no va acompañado de un pacto de mandato, ERC sigue marcando distancia con el PSC y TriasxBCN se ofrece, pero avisa que el modelo no tiene que ser el de Colau.
En una entrevista en TV3, Collboni ha dejado claro que su «preferencia» son los pactos con BComú y ERC, los dos grupos del Ayuntamiento con quien se sentiría «más cómodo» gobernando. El nuevo gobierno, ha dicho, prefiere pactar con las fuerzas progresistas «por coherencia con nuestro proyecto político y con el que han votado los ciudadanos». La gran pregunta es de qué tipo de pactos estamos hablando. «Ya veremos», ha respondido el socialista, que ni mucho menos ha querido cerrar la puerta a Xavier Trias: «Esto no excluye los acuerdos con Juntos por Catalunya», ha remarcado.
La seguridad en el centro de las miradas
Desde el primer día, el nuevo gobierno ha puesto en marcha el Plan Endreça, que pretende «mejorar la sensación de inseguridad y la limpieza», dos de los principales problemas de la ciudad, según el Barómetro Municipal. Una medida para «ir al grano desde el minuto cero», según Collboni, una «gran operación de publicidad», según Colau. En TV3, Collboni ha enfatizado los buenos resultados que está dando, según el alcalde, este plan y ha recordado el acuerdo con la Generalitat que dotará de más Mossos d’Esquadra a la ciudad de Barcelona. También ha valorado positivamente el acuerdo para reformar la ordenanza de civismo de la ciudad.
En esta línea, el alcalde socialista ha remarcado que se desplegarán 1.800 agentes de los Mossos y de la Urbana durante las fiestas de la Mercè para prevenir los disturbios del año pasado. Collboni ha optado por distanciarse de las polémicas declaraciones de Albert Batlle, que después de la fiesta del año pasado aseguró que se había instalado «una cultura de la navaja» en Barcelona. El jefe barcelonés del PSC ha remarcado que la Mercè «normalmente es pacífica». También en este punto, el alcalde ha dicho que este año centrarán gran parte de los esfuerzos en prevenir las «agresiones machistas y LGTB-fóbicas».

Consell de Cent, en manos de la justicia
Collboni ha mostrado más dudas a la hora de habla de la sentencia contra la reforma de Consell de Cent. «No queremos revertir la reforma y, si se tienen que hacer rectificaciones, las estudiaremos», ha indicado durante la entrevista. A pesar de sus intenciones, el socialista ha avisado que «cuando judicializas un tema como este, la administración pierde el control». En todo caso, Collboni confía en llegar un acuerdo para que reine «el sentido común», a pesar de avisar que «hay más demandas como la de Consell de Cent». La entidad Barcelona Oberta, impulsora de la denuncia, ya dijo que había otro proceso judicial abierto por la reforma de Via Laietana.
La sentencia contra Consell de Cent ha marcado gran parte del inicio del mandato, pero no ha sido el único debate sobre la mesa. Estas primeras semanas del gobierno socialista también han servido por tranquilizar los ánimos de la élite económica de la ciudad. Collboni, que estos días repasa casi todos los puntos calientes de Barcelona, ha recordado que no piensa tocar la limitación hotelera que marca el PEUAT, la cual considera que ha conseguido «contener el crecimiento en el centro de la ciudad». En todo caso, ha aclarado que el mismo plan deja la puerta abierta en nuevos hoteles, aunque «no en el centro». El entorno de la futura estación de la Sagrera es una de las zonas donde se podrían construir más hoteles en un futuro próximo.
