Jaume Collboni se acerca a las elecciones municipales de mayo de 2027 sin despeinarse mucho. Con solo 10 concejales, el alcalde consigue sacar adelante buena parte de los proyectos que ha puesto sobre la mesa y gobierna cómodamente, sin casi oposición. Collboni ha logrado aprobar dos de las tres ordenanzas fiscales presentadas (2025 y 2026), tras cerrar acuerdos con Barcelona en Comú y ERC, centrando la atención en la fiscalidad turística. Y la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) en el artículo 197, bis, a través de la cuestión de confianza, da aire a los gobiernos en minoría, como el de Collboni, para que puedan aprobar los presupuestos anuales, lo más importante para un ayuntamiento, dos veces por mandato sin el apoyo del resto de fuerzas políticas. Collboni lo hizo en 2024 y lo repetirá en 2026. Los otros dos presupuestos anuales, el gobierno municipal tiene la opción de prorrogarlos. Esta fue la fórmula que escogió en 2025 y, probablemente, será a la que tendrá que recurrir en 2027, pocos meses antes de las elecciones. A un año y medio de que los barceloneses vuelvan a las urnas, Collboni mira con optimismo las elecciones con unos presupuestos récord en mano.
Para 2026, Collboni ha presentado un presupuesto de 4.180,8 millones de euros, el más alto de la historia en el consistorio, que apuesta claramente por la vivienda, con cerca de 240 millones, un 33% más. Después de que el presupuesto fuese rechazado el pasado viernes, con los votos en contra de Junts per Barcelona, PP y Vox, la abstención de Barcelona en Comú y el voto favorable de ERC, el alcalde firmó la cuestión de confianza y el miércoles, 26 de noviembre, se celebrará el pleno «de la cuestión de confianza vinculada a la aprobación definitiva del presupuesto de 2026», dice el punto del orden del día. Si no hay un giro de guion totalmente inesperado, Collboni perderá este miércoles la cuestión de confianza -si la gana, es decir, si 21 de los 41 concejales apoyan el presupuesto, este se aprobará automáticamente-. Entonces, la oposición dispondrá de 30 días naturales para encontrar un candidato alternativo a la alcaldía. En el caso de la capital catalana, que Junts, Comuns, ERC, PP y Vox se pongan de acuerdo para relevar a Collboni es prácticamente imposible, lo que hará que pasado este mes la ciudad tenga automáticamente el presupuesto aprobado para el próximo año.

El 29 de diciembre, el presupuesto aprobado
Fuentes del servicio de prensa del Ayuntamiento explican que la cuestión de confianza se extenderá hasta el 26 de diciembre, día de San Esteban en Cataluña. El 29 de diciembre, el primer día laborable una vez finalizada la cuestión de confianza, se podrá certificar que no hay un candidato alternativo para sustituir a Collboni en la alcaldía y se aprobará el presupuesto, que estaba vinculado a la cuestión de confianza. Dos días después, el 31 de diciembre, se publicará la aprobación del presupuesto y el 1 de enero entrará en vigor.
La diferencia principal ahora respecto a 2024, cuando Collboni aprobó también el presupuesto a través de una cuestión de confianza, es que el alcalde ha decidido acelerar el proceso para disponer de las cuentas a principios de 2026. En 2024, el presupuesto no fue rechazado por la oposición hasta el 22 de marzo y las cuentas no se aprobaron, después de la cuestión de confianza, hasta principios de mayo. El hecho de que Collboni no decidiera aplazar la votación del pasado viernes hizo que Barcelona en Comú no aprobara el presupuesto. El grupo que encabeza Janet Sanz había pedido al alcalde más tiempo para negociar, pero el alcalde siguió adelante. El jueves pasado, en conversación con TOT Barcelona, Collboni dijo que por primera vez había visto a los Comuns dispuestos a negociar y abrió la puerta a hacer un eje verde más -los Comuns pedían tres, en el paseo de Maragall, en la calle de Sants-Creu Coberta y completar el de Consell de Cent hasta la Meridiana-. La realidad, sin embargo, es que un acuerdo entre socialistas y Comuns era muy complicado. A pesar de haber gobernado un mandato y medio juntos el consistorio, ambos partidos defienden un modelo de ciudad muy diferente. Uno de los principales obstáculos para no llegar a un pacto fueron los fondos destinados a la promoción turística, que Barcelona en Comú quería eliminar.

Barcelona prohibirá las compras especulativas de vivienda
A pesar de que Comuns y socialistas rompieron relaciones, el gobierno municipal ha garantizado que incorporará cuatro medidas de los Comuns en el presupuesto. Inicialmente, destinar 100 millones durante todo el mandato para ejercer el derecho de tanteo y retracto para la compra de viviendas. También impulsará las iniciativas pertinentes para frenar las compras especulativas de vivienda en Barcelona (una vez el Parlamento apruebe la modificación de la ley de Urbanismo) y reforzará el equipo de atención social a personas sin hogar en el espacio público (con un presupuesto adicional de un millón de euros), en un momento en que el número de personas sin hogar en la capital catalana se acerca a las 1.600. Además, el PSC incrementará la atención socioeducativa a niños y jóvenes de cinco a diecisiete años que viven en alojamientos temporales urgentes. Para ello, se duplicarán las plazas de los servicios de inserción socioeducativa los fines de semana y en agosto, con un aumento del presupuesto de un millón de euros más.
Los 4.180,8 millones que la ciudad dispondrá el año que viene suponen un aumento del 8,5%. En concreto, se dispondrá de unos 326 millones más respecto a 2025 «sin necesidad de incrementar los impuestos a familias y pymes», dijo el teniente de alcaldía del área económica, Jordi Valls. Las inversiones previstas ascenderán hasta los 861,8 millones, de los cuales 753 corresponden al Ayuntamiento y el resto al Instituto Municipal y de Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB) y la empresa Barcelona de Serveis Municipals (BSM), entre otras. Algunos de los proyectos destacados para 2026 son los del Teatre Arnau (once millones hasta finales de mandato), el Castell dels Tres Dragons (ocho millones hasta 2027), el Pla Endreça (39,5 millones), el paseo de la Mar Bella (17,8 millones hasta finales de mandato), los planes de remodelación integral de los distritos para el próximo año, con un total de 45,7 millones, y el Pla de Barris, con 200 millones para todo el mandato. En ámbitos como la seguridad, el gasto será de 430,6 millones; al transporte público se destinarán 266,9 millones, y a la prestación de servicios públicos y a las políticas sociales, el presupuesto ascenderá hasta 994,9 millones.


