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Collboni inicia el camino de los segundos presupuestos con menos piedras en el camino

O tripartito o cuestión de confianza. Y finalmente ganó la segunda opción. El camino de Jaume Collboni el pasado año para aprobar sus primeros presupuestos municipales estuvo lleno de piedras. El socialista se topó con la negativa constante de Comunes, Junts y PP. También de Vox, que en cualquier caso tampoco entra en la ecuación del PSC. Solo ERC sumó. Un ejemplo de la debilidad del ejecutivo del PSC, que gobierna con solo diez concejales y tuvo que activar un recurso municipal pensado para que la ciudad –sin poder convocar elecciones anticipadas, a diferencia de otras intuiciones como la Generalitat– no es detenga.

Ahora bien, este año la presión es mayor. La ley no permite que un mismo alcalde haga más de dos cuestiones de confianza en un mandato, con lo que, en caso de activarla de nuevo, Collboni perdería la posibilidad de optar a este recurso en los últimos años del mandato. Sea como fuere, la situación en Sant Jaume es diferente, el goteo de elecciones parece haberse detenido y en la oposición las declaraciones son menos taxativas, y líneas rojas más difusas.

Fuentes del ejecutivo socialista mantienen en el TOT Barcelona que el gobierno ya inició unos primeros «contactos informales» con la reanudación del curso político, que culminarían con reuniones con el alcalde en los próximos días. De hecho, Collboni ya se ha reunido formalmente con Junts para hablar de las cuentas. En todo caso, desde el Ejecutivo insisten en hablar de «acuerdos progresistas», dejando entrever que la prioridad son los Comuns y ERC. El propio alcalde ha dicho estos días que prevé intensificar las conversaciones con el resto de grupos, excepto la extrema derecha, para tener presupuesto en otoño.

Los socios prioritarios, a la espera

Mientras tanto, la oposición se mantiene expectante. ERC ha asumido que habrá que negociar los presupuestos sin haber entrado en el gobierno, teniendo en cuenta su batalla interna, que culminará en noviembre con una nueva dirección nacional. En declaraciones a este diario, la presidenta del grupo municipal, Elisenda Alamany, remarcaba que la negociación presupuestaria será el «primer hito de actualidad que tendremos que afrontar» y que en el momento que Collboni inicie la ronda de contactos «entraremos, evidentemente».

Los Comunes también han rebajado sus expectativas en el Ayuntamiento, al menos públicamente. La misma Ada Colau confirmó que se quedarán en la oposición, una vez constatado que Collboni «ya ha escogido» un gobierno sin ellos. En este sentido, la todavía concejala dejaba entrever que las bases del mandato ya están puestas y que ahora quizás ya no vale la pena entrar. Ahora bien, este año permanecer en la oposición no significa un ‘no’ automático en las cuentas. «Haremos una oposición exigente pero constructiva. Por tanto, estaremos dispuestos a hablar de presupuestos, ya se está trabajando en este sentido», remarcaba la exalcaldesa esta semana en una entrevista en TV3. Fuentes del partido matizan que Colau no hablaba de contactos directos con el PSC sino del diseño de las prioridades del grupo municipal y que ceden la iniciativa de la negociación en Collboni.

El PP se desmarca y Junts lo mira con distancia

El resto de la oposición medio asume su nuevo rol. Collboni ve bien reeditar de facto en el Ayuntamiento el pacto que ha permitido la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, con los votos favorables de PSC, ERC y Comunes. Pero tampoco cierra sus puertas. En este sentido, el PP ya se ha desmarcado, asegurando que no participará de unas cuentas que incorporen medidas del grupo republicano o de los Comunes. Y Junts, que debe rediseñar la estrategia con el adiós de Xavier Trias, mantiene que «hablará» de las cuentas cuando Collboni les llame a consultas, pero auguran una oposición «dura».

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