La política exterior de el Ayuntamiento de Barcelona ha estado marcada durante el primer año de mandato de Jaume Collboni por los efectos del brutal atentado de Hamás, en octubre pasado, y la invasión de Gaza por parte de Israel y sus ataques contra la población palestina. Las decisiones que ha ido tomando Collboni, hacia un lado u otro, han levantado polvareda, primero retomando el hermanamiento con Tel Aviv -que actualmente el Ayuntamiento mantiene-, y, recientemente, apoyando el reconocimiento del Estado palestino por parte del gobierno de Pedro Sánchez. Ni la comunidad judía en Barcelona ni los partidos de la oposición están satisfechos con el papel del gobierno con el conflicto. Barcelona en Comú ve la política exterior del ejecutivo de Collboni marcada por las «contradicciones» y yendo «a remolque» de lo que hace el gobierno español, el PP afirma que se está «premiando a Hamás», Trias per Barcelona considera que Collboni ha convertido el consistorio en «un altavoz de la Moncloa», y ERC pide poner toda la presión sobre Israel y «suspender las relaciones con Tel Aviv».

A grandes rasgos, los hechos han ido así. En septiembre pasado, cuando hacía unos dos meses que Collboni era alcalde de Barcelona, retomó el hermanamiento con Tel Aviv, después de que la alcaldesa Ada Colau lo hubiera suspendido en febrero de 2023 por una “violación sistemática de los derechos humanos” contra la población palestina. Lo hizo a través de un decreto de alcaldía, firmado el 1 de septiembre pasado, que levantaba la suspensión ordenada por Colau el 9 de febrero de 2023, también a través de un decreto de alcaldía.
Fuentes del gobierno de Collboni confirman al TOT Barcelona que el hermanamiento con Tel Aviv continúa vigente «en el ámbito técnico». Y lo explica así: «Se mantiene con la clara voluntad de Barcelona, como ciudad de diálogo, de continuar con todos los puentes posibles y todas las vías activas de la diplomacia de las ciudades. Este hermanamiento, que incluye también la ciudad de Gaza, se ha mantenido a pesar de las dificultades para llevar a cabo proyectos de diálogo y cooperación entre las tres ciudades. En este momento crucial del conflicto, Barcelona no quiere dejar de estar presente para continuar buscando vías para favorecer la paz».
A mediados de octubre, el alcalde de Tel Aviv riñó a Collboni por comparar el terrorismo de Hamás con los bombardeos de Israel. Y en el pleno de finales de noviembre del año pasado, PSC, Barcelona en Comú y ERC aprobaron interrumpir relaciones institucionales con el gobierno de Israel, «hasta el alto el fuego definitivo», dijo Colau. Fuentes de los Comunes explican al TOT que hasta donde ellos saben el ejecutivo de Collboni no ha oficializado ante el consulado de Israel la interrupción de las relaciones. Desde el gobierno de la ciudad no han aclarado a este medio si se ha trasladado al Gobierno español y a la embajada de Israel la decisión del pleno, como expresa el texto aprobado, y dice únicamente que el pasado noviembre «Barcelona pidió un alto el fuego definitivo en Gaza y mientras no sea efectivo, anunció que interrumpía las relaciones con el actual gobierno de Israel».
Reconocimiento del Estado palestino
Siguiendo la propuesta del gobierno de Pedro Sánchez, de posicionarse a favor del Estado palestino, en abril, el pleno de Barcelona dio luz verde a una declaración institucional del PSC que defendía el establecimiento de un estado palestino. Votaron a favor las mismas formaciones políticas, mientras que Trias per Barcelona se abstuvo y PP y Vox votaron en contra. Días atrás, los socialistas habían acusado a Junts, PP y Vox de bloquear la declaración en la comisión de presidencia, lo que obligó a cambiar el formato de presentación para que pudiera ser votada y aprobada en el pleno. En medio de todo esto, Colau y Collboni chocaron en febrero por la presencia de empresas de Israel en el Mobile, una situación que el alcalde evitó condenar.
Hace apenas una semana, Collboni apoyó públicamente la decisión de Sánchez de reconocer el Estado de Palestina. Desde el gobierno de la ciudad se asegura que este apoyo «claro de Barcelona» hay que enmarcarlo en esta búsqueda de vías para favorecer la paz. «Barcelona, además, como capital del Mediterráneo y sede de la Unión por el Mediterráneo, ofrece toda su ayuda y experiencia ejercida durante años en el campo de la diplomacia de ciudad».
L’Ajuntament de Barcelona dona suport a la decisió del Govern d’Espanya de reconèixer l’Estat de Palestina.
— Jaume Collboni (@jaumecollboni) May 28, 2024
S’ha d’aturar tanta destrucció i patiment, i per això hem de fer un pas endavant i oferir un horitzó de convivència a Israel i Palestina com a estats independents.… pic.twitter.com/ptLP3Lmh12
Relaciones complicadas con la comunidad judía
El posicionamiento del alcalde ha complicado enormemente las relaciones con la comunidad judía en Barcelona, especialmente después de que Collboni se reuniera con representantes de la comunidad palestina en la ciudad. Como consecuencia de ello, los judíos barceloneses emitieron un comunicado en el que recuerdan al Ayuntamiento «que no tiene competencias en reconocimientos de independencia» y piden al alcalde «un encuentro público al mismo nivel y en iguales condiciones de publicidad, donde también podamos hablar de los derechos de libertad y democracia que queremos para todas las identidades y pueblos». La comunidad judía en Barcelona se posiciona a favor del derecho a la autodeterminación y expresa que «todos los pueblos del mundo tienen derecho a decidir libremente su futuro», en lo que se puede interpretar como un paralelismo con el conflicto de Cataluña con el Estado español.
🔴 Alcalde @jaumecollboni des del 7O, la nostra vida a #Barcelona ha canviat: clamen per la nostra eliminació. No podem viure la nostra ciutat amb normalitat.
— Comunidad Judía/Jewish/Jueva de Barcelona (@BarcelonaJudia) May 30, 2024
Com a Comunitat i representant de la @fcjecom a #Barcelona ens oferim per a construir ponts de pau: Expressem junts… pic.twitter.com/dQ1PwCmUlU
Tampoco en el ámbito municipal, los posicionamientos del gobierno municipal han gustado a la oposición, con críticas a diferentes niveles. Por ejemplo, el regidor de Barcelona en Comú, Marc Serra, sostiene que la declaración del alcalde de la semana pasada llega tarde y va «a remolque» de la decisión tomada por el gobierno de coalición del Estado, y considera que la política municipal del primer año de Collboni no ha tenido rumbo y ha estado llena de «contradicciones», «también en política exterior y en el posicionamiento del consistorio ante la situación a Palestina». Serra critica que lo primero que hizo el PSC en política internacional fue «abrazarse con Israel», retomando el hermanamiento con Tel Aviv suspendido por Colau, «en un momento en el que el gobierno de Netanyahu ya había hecho un giro a la ultraderecha y ya se advertía la escalada de violencia contra la población palestina» y que se agravó con la posterior ofensiva de Israel en Gaza.
¿Ha roto relaciones Barcelona con Israel?
El edil de los Comunes recuerda las graves acusaciones de «genocidio» por las que el fiscal de la Corte Penal Internacional ha ordenado la detención del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y destaca que «por suerte» las relaciones de Barcelona con Israel nunca se han acabado normalizando, como quería el alcalde en septiembre, sino que se volvieron a romper en noviembre, o al menos así lo aprobó el pleno. «Esto ha pasado gracias al impulso de Barcelona en Comú, que ha llevado la voz de las entidades, en defensa de los derechos humanos y para la construcción de la paz y de la misma comunidad palestina en el pleno municipal, y que ha conseguido sumar alianzas porque se acabara aprobando a pesar de las reticencias del partido socialista». En cualquier caso, las proposiciones que los grupos presentan en el pleno no son de obligado cumplimiento para el gobierno y los Comunes creen que el ejecutivo de Collboni no ha oficializado ante el consulado o la embajada de Israel -como dice el texto aprobado- la interrupción de las relaciones con Israel hasta que se apruebe el alto el fuego definitivo.

Además, al partido de Colau le preocupa que Barcelona, a través de su alcalde, «pueda perder el papel destacado que ha jugado la ciudad en política internacional los últimos años, como municipio referente en derechos humanos» y para la construcción de la paz y la justicia global, y acabe ocupando una posición en la que se pierde cualquier capacidad de impulso, liderazgo e incidencia, «actuando solo a rebufo de las decisiones que va tomando el Estado y relegando la ciudad a una posición subalterna. Y, en los peores de los casos, de invisibilidad como es la situación actual», valora Serra.
En los antípodas de los Comunes, el PP subraya que Collboni ha preferido apostar por el 
«Un altavoz de las políticas de la Moncloa»
Desde Trias per Barcelona, la regidora Victòria Alsina cree que el gobierno de Collboni en lugar de convertir Barcelona en un epicentro mediterráneo para construir la paz, ha apostado por un «bloqueo diplomático», que no ayuda a resolver el conflicto, y ha utilizado el Ayuntamiento «exclusivamente» como «un altavoz de las políticas de la Moncloa». Y desde ERC, fuentes del grupo municipal consideran que ahora, atendiendo las conclusiones a las que ha llegado la ONU y el Tribunal Penal Internacional (TPI) en Gaza sobre los reiterados delitos contra los derechos humanos, «hay que poner toda la presión política y diplomática sobre Israel para poner fin al genocidio y suspender relaciones con Tel Aviv». Los republicanos siempre ha estado a favor de la paz entre Israel y Palestina «y la solución de los dos estados», y defienden «la diplomacia de las ciudades como herramienta de solución y restauración».




