Las elecciones españolas han dejado un escenario incierto, con dos opciones claras que no llegan, ninguna de ellas, a la mayoría necesaria para formar gobierno. En este contexto, la clave de un posible pacto de izquierdas en el Congreso pasa por el que diga Junts. Sus votos, sean afirmativos o como abstención, son necesarios para que Pedro Sánchez llegue a la Moncloa. Por eso el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha sentenciado este lunes que «el mandato popular es tan agobiante en Cataluña que hay motivos más que suficientes para que las fuerzas catalanas que no se consideran de derechas voten a Pedro Sánchez». En una comparecencia ante los periodistas, el jefe del ejecutivo barcelonés también ha reconocido que muchos votos provienen de votantes no socialistas que querían frenar a la extrema derecha. Justamente por eso, desde el PSC entienden que «el mandato es el de hacer un gobierno progresista en España».
Con todo, todavía en el recuerdo de Trias o Maragall resuena el pleno de investidura del Ayuntamiento, cuando una jugada inextremis de Comunes, PSC y PP los dejó sin alcaldía. En este sentido, y teniendo en cuenta que Collboni necesitará pactar con otras fuerzas para gobernar con cierta estabilidad –el gobierno, por ahora, tiene 10 de los 41 regidores del pleno–, el alcalde ha dejado claro que «Barcelona no será moneda de cambio», aunque ha mantenido que los socialistas entomen el reto con «generosidad y humildad».
Ronda de consultas en Barcelona
Paralelamente, el nuevo alcalde empezará esta semana a hablar con los líderes de las otras formaciones políticas del Ayuntamiento para mirar de llegar a acuerdos políticos que faciliten su mandato. Lo hará de grupo más grande a más pequeño y dejando fuera Vox de estas consultas. El primer encuentro, por lo tanto, será con Xavier Trias. Collboni está convencido que será capaz de llegar a un entendimiento con el resto de grupos y, en este sentido, ha recordado que las elecciones del 23J han dejado claro que la gente quiere «acuerdos, diálogo y política útil».
