El gobierno de Jaume Collboni intentará el martes de la próxima semana aprobar el presupuesto de 2024 en una comisión de Economía extraordinaria. El pasado octubre, el ejecutivo del PSC retiró en el último momento el punto del orden del día por la falta de acuerdo con los grupos de la oposición. En la presentación de las nuevas cuentas, el teniente de alcaldía del área económica, Jordi Valls, no se ha mojado a la hora de poner sobre la mesa la cifra de millones con la que pretende negociar el presupuesto con la oposición. «Hay margen para llegar a puntos de acuerdo», ha dicho sin concretar. El pasado otoño, el entonces jefe de filas de ERC, Ernest Maragall, valoró que eran más de 300 millones los que estaban pendientes de asignación
El gobierno municipal ha presentado un presupuesto, al que ha dado el visto bueno en la comisión de gobierno de este jueves, que todavía es más elevado que el del pasado octubre, a pesar de que, a grandes rasgos, el grueso de las cuentas no varía en exceso. De 3.700 se pasa a unos 3.807 millones (un 5,9% más respecto al 2023), con unos 777 millones previstos para inversiones, a pesar de que suben hasta los 994 si se suman los de la empresa B:SM y los del Instituto Municipal de Vivienda. Valls ha subrayado que el presupuesto pone el foco en la lucha contra las desigualdades sociales, la sequía y la emergencia climática y la consolidación de la actividad económica.
Hacia la moción de confianza
A cinco días para la comisión, Collboni tiene poco margen para aprobar el presupuesto. A pesar de que ERC apoye -los dos partidos negocian desde hace semanas un pacto de gobierno-, tanto Trias per Barcelona como Barcelona en Comú, los dos partidos con más regidores, ya han dicho que vinculan dar luz verde a las cuentas con llegar a un acuerdo de gobierno. Sin embargo, Valls se ha mostrado «optimista» y no ha querido plantearse que el próximo martes vuelvan a retirar el punto del orden del día para evitar la imagen de una derrota.
Pero el PSC lo tiene todo atado y bien atado, y Collboni sabe que aprobará el presupuesto con una moción de confianza. Este es un mecanismo que contempla la ley electoral para sacar adelante unas cuentas -eso sí, dos veces como máximo en un mandato y nunca el último año antes de las elecciones- si no se tienen los acuerdos necesarios para aprobarlas. El sistema funciona así: el alcalde llevaría el presupuesto al pleno y en el momento en que sea tumbado se pone en marcha la moción de confianza, que significa que los partidos de la oposición disponen de un mes, 30 días exactos, para formar un gobierno alternativo y, por lo tanto, nombrar a un nuevo alcalde o alcaldesa. Como esta posibilidad es realmente remota y difícilmente se producirá, Collboni aprobará el presupuesto de forma automática.
Crece el gasto social
En la rueda de prensa de presentación, Valls ha destacado que el presupuesto es el más alto de la historia del Ayuntamiento, a pesar de que no crece tanto como en años anteriores. Dentro del capítulo de gasto, la parte que más aumenta es la dedicada a servicios sociales y promoción social, con 438,7 millones, con la atención a la dependencia, el apoyo a cubrir las necesidades básicas de familias vulnerables y los alojamientos de emergencia, con más de 700 familias en lista de espera con un piso ya asignado, entre las principales partidas.
Entre las inversiones previstas, el ejecutivo municipal destaca las de la Rambla (con ocho millones para este año y 48 en todo el mandato), la ronda de Dalt (con seis millones para el 2024 y 34 hasta 2027), el mercado de la Abaceria (12,9 millones), la climatización de escuelas (13,6 millones para este año y 100 millones hasta el 2030), mantenimiento del espacio público (30 millones), mejora de la red de aguas freáticas para hacer frente a la sequía (14,4 millones) y Plan de Barrios (30 millones).
