El gobierno de Jaume Collboni ya ha iniciado los primeros contactos con los grupos municipales para aprobar los presupuestos municipales de 2025. Conversaciones que se encuentran en un punto muy inicial, pero que avanzan bien, dice el gobierno. «Hemos percibido que hay puntos en común con Junts, menos con el PP y ninguno con Vox, pero sí con los Comuns y ERC», ha comentado el propio Collboni para cerrar el Plenario Extraordinario sobre el Estado de la Ciudad. El alcalde ha aprovechado el debate para acercarse «a las izquierdas», al que compra el marco negociador que han puesto sobre la mesa. «Estamos dispuestos a hablar de ello, tenemos tres meses para hacerlo», dijo dirigiéndose a las formaciones de Elisenda Alamany y Ada Colau.

Sobre las peticiones de ERC, con las que el ejecutivo municipal ya llegó a un acuerdo de presupuestos el año pasado, Collboni ha remarcado la necesidad de «impulsar» el catalán y de activar nuevos planes de barrio en el Besòs y en los barrios de montaña. Los republicanos han asumido que tendrán que negociar los presupuestos sin haber entrado en el gobierno, una decisión que dejan para después del congreso nacional del partido.

Collboni también ve bien la petición que semanas atrás hacía Janet Sanz, que a partir de ahora tomará las riendas de los Comunes al Ayuntamiento de Barcelona. Sanz quiere que el decrecimiento turístico y la vivienda estén el punto de mira del consistorio. Reclama una reducción de terminales de cruceros en el Puerto y que se utilice la Modificación de Plan General Metropolitano (MPGM) ya hecha para que toda la vivienda de Barcelona sea permanente.

«Estamos de acuerdo en que la ciudad disponga de herramientas municipales para que regular el transporte público y mantener las bonificaciones –petición también de los Comunes–, y estamos dispuestos a revisar el convenio de 2018 con el Puerto para revisar las terminales [de cruceros ]. Hay que revisar la fiscalidad asociada a los cruceros de escaleras de menos de 24 horas en nuestro Puerto», ha apuntado Collboni.

El alcalde ha agradecido el «tono constructivo» del debate. No solo a las fuerzas de izquierda, a las que busca de cara al presupuesto, sino también al resto de grupos. Mensaje especial para Juntos, a quien busca de cara a la futura Ordenanza de Civismo nueva. El ejecutivo socialista lleva tiempo situando la seguridad en el centro de su acción política y plantea la revisión de la ordenanza vigente como un elemento clave de la legislatura. Collboni también ha insistido en que el apoyo de Junts es importante para la revisión de la reserva del 30% a vivienda protegida.

La oposición critica el «triunfalismo» de Collboni

Collboni ha ignorado al resto de críticas, sacando pecho de la encuesta de servicios municipales y de la «aritmética». Una encuesta publicada recientemente en El Periódico sitúa al PSC como ganador de unas hipotéticas elecciones en Barcelona. En todo caso, el alcalde ha negado que caigan en el «cafeísmo» ni que la encuesta les haga estar «más tranquilos».

Poco antes, la teniente Laia Bonet ha defendido el trabajo realizado. Sin convencer a la oposición. «No estamos solos», le reprochaba al presidente de Junts, Jordi Martí Galbis, que se ha recreado en la minoría de Collboni y ha acusado al gobierno de hacer «propaganda» con medidas como el Plan Endreç. «No podemos solo explicar los proyectos a 20 años vista. También debemos meternos en la gestión del día a día, más allá de las fotos y la propaganda», ha remarcado el juntero.

En su turno, ERC también ha lamentado la debilidad del informe que ha presentado Bonet. «Solo habla de datos, de logística, y es una oportunidad perdida para hablar de política», ha lamentado Elisenda Alamany. Los republicanos han sacado pecho de algunas victorias que luce en el ejecutivo, remarcando que ERC «ha trabajado para marcar la agenda del gobierno de la ciudad».

Las críticas también han llegado de la bancada de los Comunes. Janet Sanz criticó los debates «triunfalistas» del gobierno, al que acusó de haber entrado en una «deriva elitista». «Ni el alcalde ni su equipo de gobierno están poniendo atención [al problema del turismo y la vivienda], está muy desconectado», espetó. Daniel Sirera, del PP, también le ha animado «a dejar TikTok» y acercarse a la ciudad. Sirera le reprochó que no exija a Salvador Illa «los 3.000 Mossos que la Generalitat debe a Barcelona».

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