El adelanto de las elecciones a la Generalitat, el 12 de mayo, ha sacudido todo el tablero político, tanto en Cataluña como en el Estado, y, evidentemente, Barcelona no es una excepción. La negativa de los Comunes a apoyar a las cuentas del gobierno de Pere Aragonès para el 2024 ha dejado a Pedro Sánchez sin presupuestos. Los de Barcelona se tendrán que debatir y aprobar en el pleno del 22 de marzo, pero ahora mismo Jaume Collboni no cuenta con el número suficiente de votos y se puede ver abocado a una cuestión de confianza para sacarlos adelante.
En medio de esta tormenta política, Collboni ha comparecido en la Galería Gótica del Ayuntamiento para hacer una declaración institucional, es decir sin turno de preguntas abierto a los periodistas. El alcalde ha dicho que Barcelona, sin los presupuestos de la Generalitat, ha perdido 650 millones en inversiones, entre los que figuraban 32 millones para la ampliación del Hospital de Mar, mejoras en la red de metro -con la prolongación de la L4 y la construcción de la línea L-9, con 194 millones para este 2024-, y la puesta en marcha de siete nuevos juzgados. El miércoles, ha añadido el jefe de filas del PSC en el Ayuntamiento, Cataluña perdió una oportunidad por «intereses partidistas y la irresponsabilidad política de algunos», ha subrayado en referencia a los Comunes. Según el alcalde, «Cataluña y Barcelona necesitaban los presupuestos. Como alcalde de Barcelona no puedo hacer más que lamentar la oportunidad perdida» para hacer frente al acceso a la vivienda, las repercusiones de la sequía e infraestructuras esenciales. Y ha valorado el acuerdo que cerraron el gobierno de Aragonés y el PSC de Salvador Illa como «bueno» para el país.

El alcalde se ha referido también en su intervención a las elecciones catalanas del 12 de mayo. Cómo dijo el miércoles el primer secretario de los socialistas catalanes, Collboni quiere que se vote cuanto antes para «abrir un tiempo nuevo» en Cataluña, con «un presidente que gobierne junto a los ayuntamientos y atienda a las necesidades de todos los municipios, desde el más grande al más pequeño».
Continúa con la tramitación de los presupuestos
Collboni ha avanzado que, a pesar de la situación de desestabilización política, su gobierno continuará con la tramitación de los presupuestos municipales, valorados en 3.800 millones de euros, y ha apelado a la «responsabilidad» de los grupos municipales para que en la capital de Cataluña no pase lo mismo que en el Parlament. «Quiero proteger Barcelona de la inestabilidad política», y por eso, no quiere que se pongan en riesgo las inversiones previstas en vivienda y mejoras en los barrios y en las escuelas, entre otras muchas. El alcalde ha recordado que, a lo largo de los meses que lleva al frente de la ciudad, ya ha llegado con acuerdos con el resto de grupos, y ha citado como ejemplo la cobertura de la ronda de Dalt y la reforma de la Rambla.

De todos modos, con la crisis institucional abierta en Cataluña por el ‘no’ a los presupuestos de la Generalitat y la convocatoria de elecciones, el alcalde se puede ver abocado a la cuestión de confianza para aprobar las cuentas, una herramienta que permite la ley electoral. Y a todo esto se añade el clima de crispación y enfrentamientos entre los diferentes partidos.
Horas antes de la declaración del alcalde, la presidenta del grupo municipal de ERC, Elisenda Alamany, ha dicho que los Comunes son «un lastre» y que han entrado en una «lógica destructiva» por su «frustración». Según los republicanos, el voto contrario a los presupuestos de la Generalitat por parte del partido de Jéssica Albiach supone que Barcelona perderá 261 millones en inversiones, de los que 50 millones eran para educación, 11 para ayudas de vivienda a familias y 200 eran para aportaciones al transporte público, una cifra muy por debajo de la que ha expuesto el alcalde, aunque según ERC, Alamany soló se refería a unos proyectos no a la totalidad. ERC ha cerrado un acuerdo de presupuestos con Collboni y, probablemente, acabará entrando en el gobierno de la ciudad. Todo indicaba que sería próximamente, pero con el adelanto electoral, parece que la incorporación se retrasará.
Los Comunes insisten en un tripartito en medio de la tormenta
Pero, a pesar del pacto presupuestario con ERC, Collboni no tiene bastante con los votos republicanos para sacar adelante los presupuestos, ya que entre las dos formaciones suman 15 regidores de los 41 que hay al pleno. Con Trias per Barcelona habiendo descartado un acuerdo con Collboni para la gobernabilidad de la ciudad y con su voto negativo a los presupuestos, el alcalde depende de los Comunes. Este jueves, la regidora Janet Sanz ha vuelto a insistir en un gobierno tripartito de izquierdas en Barcelona. Barcelona en Comú ha condicionado el voto favorable a las cuentas a su entrada en el ejecutivo municipal, pero en varias ocasiones el alcalde ha espetado que no quiere hablar de un pacto de gobierno hasta después del pleno del 22 de marzo. Sanz ha desvinculado la convocatoria de elecciones en Cataluña de los acuerdos en Barcelona, y ha querido recordar que Aragonés tenía a su alcance la posibilidad de construir una alternativa de presupuestos progresistas, pero ha preferido priorizar el Hard Rock, un proyecto insostenible climáticamente y que pone sobre la mesa un modelo económico y laboral «indeseable para la juventud y para el futuro del país», ha criticado.

A los antípodas ideológicas de los Comunes, Trias per Barcelona es de la opinión que difícilmente se moverá nada en el tablero político de Barcelona en medio de esta tormenta. Según el regidor Jordi Martí Galbis, como más humille el PSC a los Comunes y más críticas reciban por parte de los republicanos, “menos posibilidades habrá que se muevan las piezas en estos momentos”. Y ha añadido que «es evidente que se han convertido -en referencia a los Comunes- en un elemento de distorsión de la política local». Se trata de un partido “que no ha digerido, ni ha asumido, ni ha entendido cómo es posible que se haya quedado al margen” del gobierno. “Todas las ecuaciones pasan por el papel de los Comunes a la hora de boicotear de forma irresponsable y frívola”. La mano derecha de Xavier Trias también ha cargado contra Collboni. Considera que el «débil» liderazgo del alcalde es el principal problema que tiene la ciudad, con «nueve meses de inacción», un gobierno en minoría y sin presupuesto.