Cuando faltaba una hora para la investidura, Ada Colau lo ha cambiado todo. Las bases de Junts y ERC habían avalado esta mañana el frente independentista acordado por Xavier Trias y Ernest Maragall. Todo hacía pensar que el exalcalde recuperaría el poder de Barcelona, pero los Comunes finalmente han decidido sumar sus votos a los del PP para hacer Jaume Collboni alcalde. El candidato socialista ha sumado 23 votos, dos más de la mayoría que necesitaba para descabalgar la lista más votada el 28M. Jugada magistral de un Collboni que enseguida vio como el tripartito de izquierdas se esfumaba, con Ernest Maragall reticente a entenderse con el PSC.
A pesar de sumar sus votos al candidato socialista, los Comunes han dejado claro que la decisión se ha tomado «sin ningún pacto previo con el PSC y en ningún caso con el PP». Así, la fórmula escogida es la que ya proponía Daniel Sirera este viernes: votar Collboni y quedarse a la oposición. Con esta carambola, tan rocambolesca como eficiente, el candidato socialista liderará un gobierno en Barcelona después de dos intentos fallidos. Collboni se sale con su apuesta después de una campaña que inició en enero saliente del gobierno y en la cual ha tenido un marcado acento anticlolau, dirigiéndose a un público progresista y moderado a la vez. El candidato socialista, que prometió estar a la oposición si no ganaba las elecciones –»así lo dice el juego democrático»–, se desdice ahora para gobernar la ciudad.

Sin tripartito ni gobierno independentista
Collboni será alcalde con la opción más extraña que había sobre la mesa. Durante la noche electoral, todas las opiniones apuntaban a que el PSC solo obtendría la alcaldía mediante un pacto con los Comunes y ERC. Los de Colau han reiterado una y otra vez, durante las últimas semanas, que las tres fuerzas de izquierdas –PSC, Comunes y ERC– suman mayoría en el Ayuntamiento. Por su parte, el PSC ha destacado que la población ha votado «cambio y progreso». En cambio, el tripartito no será una realidad –como mínimo dentro del gobierno– durante los próximos cuatro años. Los socialistas acusan los dirigentes republicanos de cerrar la puerta del tripartido «demasiado pronto». Una versión que contrasta con la de los Comunes, que reticentes en un inicio a participar de un acuerdo con el PP, han acusado Collboni de no querer sentarse en la mesa con los líderes de los otros dos partidos progresistas.
Tampoco será una realidad el gobierno independentista que dibujaban Junts y ERC. Los dos partidos tenían muy avanzado el acuerdo de gobierno, con el aval de sus bases, e incluso ya se daba por hecho que el grupo de Xavier Trias tendría cuatro tenencias de alcaldía y el de Ernest Maragall, dos. Todo queda ahora en papel mojado y corresponderá a Jaume Collboni decidir quién ocupa las principales sillas del gobierno de Barcelona.