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Collboni activará este viernes la cuestión de confianza para aprobar los presupuestos para 2026

No hubo sorpresa. La oposición en pleno ha rechazado por tercera vez este mandato -todos los casos posibles- los presupuestos municipales para 2026 del gobierno de Jaume Collboni. El ejecutivo socialista solo ha contado con el apoyo de ERC, como los dos años anteriores. Collboni necesitaba el voto favorable de Barcelona en Comú, pero poco antes del inicio del pleno, la portavoz de los Comuns, Gemma Tarafa, dijo que se abstendrían, lo cual fue insuficiente para aprobar las cuentas por la vía ordinaria y ha llevado a Collboni a la cuestión de confianza, como sucedió en 2024, para sacar adelante los presupuestos para el próximo año. El resto de formaciones –Junts per Barcelona, PP y Vox– también se han posicionado en contra.

De hecho, el mismo alcalde ha anunciado en el pleno que este mismo viernes firmará el decreto para activar la cuestión de confianza que debe culminar con la aprobación de las cuentas municipales. Antes de que las cuentas queden aprobadas automáticamente, Collboni deberá convocar otro pleno en el que pierda la cuestión de confianza, una especie de moción de censura. Muy probablemente, este pleno se celebrará el próximo miércoles. En su intervención, el alcalde ha destacado que la ciudad tendrá en 2026 «uno de los mejores presupuestos de su historia», tanto por la cantidad de dinero, «más de 4.000 millones de euros», como por el hecho de que va «al corazón de la ciudad», para que la gente pueda quedarse a vivir en la ciudad, con un presupuesto récord en vivienda. Collboni ha enfatizado que el gobierno también enfrenta el problema de la seguridad, con una nueva convocatoria para ampliar la Guardia Urbana en 100 agentes más y colocando más cámaras de vigilancia.

¿Qué es una cuestión de confianza?

La cuestión de confianza es una herramienta de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que permite a los gobiernos en minoría sacar adelante los presupuestos, con el límite de dos veces por mandato. Otros alcaldes, como Xavier Trias y Ada Colau, también la utilizaron. Una vez se activa la cuestión de confianza, los partidos disponen de 30 días para encontrar un reemplazo para la alcaldía, en este caso a Collboni. Así sucedió en 2024. Pero como los partidos de la oposición no se pusieron de acuerdo para proponer un nuevo alcalde, pasados los 30 días, las cuentas municipales recibieron la luz verde definitiva.

Jaume Collboni saluda al concejal de ERC Jordi Castellana al inicio del pleno / ACN-Blanca Blay

El teniente de alcaldía del área económica, Jordi Valls, ha valorado los presupuestos presentados como «unos buenos presupuestos» para la ciudad. Valls ha remarcado que los presupuestos «son de un gobierno de izquierdas» que no aumentan la presión fiscal a las familias ni a las pymes. Para el concejal socialista, las cuentas, más de 4.180 millones de euros, se centran en aspectos cruciales de la ciudad, como las personas y la atención social, la vivienda -con una inversión de cerca de 240 millones de euros– y la seguridad. En total, las inversiones previstas son de 753 millones.

«Una oportunidad perdida»

En respuesta a los Comuns, Valls ha asegurado que no se haya llegado a un acuerdo no ha sido por falta de tiempo. «Para llegar a un acuerdo debemos salir de nuestras zonas de confort». Un punto de vista que los Comuns no han compartido. «En unas negociaciones, uno no se baja de un tren en marcha», ha subrayado Tarafa en el pleno. La concejala del grupo que encabeza Janet Sanz ha reconocido que se habían hecho avances en las negociaciones, pero ha opinado que ha faltado tiempo. «Necesitábamos más tiempo para el diálogo. Estamos en noviembre». Para Valls, el hecho de que Comuns y socialistas no hayan llegado a un acuerdo «es una oportunidad perdida para ambos» partidos.

Desde Junts, su presidente, Jordi Martí Galbis, ha valorado los presupuestos de Collboni como unas cuentas que no responden a las necesidades de cambio que la ciudadanía expresó en las urnas en mayo de 2023, cuando Trias per Barcelona ganó las elecciones. «Representan el mismo modelo que defendió durante ocho años Barcelona en Comú con Ada Colau y de los cuales fueron copartícipes». Martí Galbis también ha criticado que a pesar de tener unos presupuestos récord, el gobierno se niega a bajar la presión fiscal. Las cuentas «no avanzan hacia un modelo de ciudad más justa y cohesionada».

Collboni saluda a Janet Sanz / ACN-Blanca Blay

ERC ha votado a favor

ERC ha sido el único partido que ha avalado las cuentas de Collboni. Para el concejal de ERC Jordi Castellana «es una mala noticia» que no se hayan aprobado los presupuestos por la vía ordinaria. También ha destacado algunos de los acuerdos que los republicanos han cerrado con el PSC, que han permitido pasar de una inversión para garantizar el uso de la lengua catalana en Barcelona de 1,5 millones (al inicio del mandato) a siete; garantizar la convocatoria para ampliar la plantilla de la Guardia Urbana, ampliar el Bicing y mantener las bonificaciones para el transporte público.

Desde el PP, el concejal Víctor Martí de Villafante ha calificado el hecho de que los presupuestos hayan sido rechazados como una incapacidad del gobierno de llegar a acuerdos y de dirección política. «No han sido capaces de encontrar un consenso amplio con todos los grupos para dejar atrás las políticas de Colau. Continúan con políticas fiscales asfixiantes y malgastando recursos».

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