Ada Colau ha disparado con contundencia contra Xavier Trias y Jaume Collboni. La hasta ahora alcaldesa y candidata de los Comuns ha tomado la palabra entre aplausos y algunos silbidos en el pleno de investidura que ha acabado este sábado con el candidato del PSC como nuevo alcalde de Barcelona. Lo ha hecho después de haber materializado la renuncia a presentar su candidatura a la alcaldía para ceder los votos de su formación al líder socialista y evitar de este modo que la vara de alcalde acabara en manos de Trias, que contaba con el apoyo de los representantes de ERC.
«Señor Trias, me sabe mal. Es cierto que fue la fuerza más votada y sabe que tiene mi respeto personal, pero tenemos modelos de ciudad opuestos. Entenderá que teníamos la responsabilidad de evitar un gobierno de Junts. La Convergència del 3% no tenía que volver al Ayuntamiento«, ha asegurado con contundencia Colau, que ha remarcado que Barcelona En Comú no ha pactado sobre el papel con ninguna formación y que ha argumentado su posicionamiento en una apuesta por el «mal menor».
La jefa de filas de los Comuns ha remarcado que este sábado han votado «sin entusiasmo» y ha criticado duramente a Collboni por no querer sentarse a negociar en una misma mesa con ERC y por proponerlos un pacto «secreto» para hacer un gobierno de coalición aceptando los votos del PP para garantizar la investidura del socialista. «Me sabe muy mal haber fracasado otra vez con un pacto de izquierdas. Es verdad que no se ha hecho bien y que fue Collboni quien no quiso explorar esta posibilidad. Creo que es un error muy grave«, ha insistido la líder de BComú dirigiéndose a Ernest Maragall.
Un voto no «antiindependentista» y regalo «envenenado»
Colau también ha defendido que su apoyo al candidato socialista no ha sido un voto «antiindependentista» o en clave «nacional», sino que ha sido en clave «estrictamente de ciudad». En este sentido, la ya exalcaldesa ha advertido a Collboni que no le han servido un cheque en blanco y se ha mostrado convencida de la necesidad de seguir apostando por conformar un gobierno de izquierdas. «Podría pensar que le hemos regalado los votos, pero este es un regalo envenenado. Nosotros vamos a la oposición y con diez regidores no se puede gobernar la ciudad, se tendrán que hacer pactos. No entraremos en el gobierno y, después de salir del gobierno cuatro meses antes de las elecciones y apuntarse a las críticas de Junts, entenderá que la confianza está bajo mínimos«, ha afirmado, remarcando que seguirán defendiendo las políticas impulsadas durante estos últimos ocho años.
