Se arremangó cuando el PSC solo tenía cuatro concejales en el Ayuntamiento de Barcelona y ahora vive, como diputada, uno de los peores momentos del PSOE en Madrid. Le gusta vivir la adversidad. Carmen Andrés podría haber optado a la alcaldía en 2015, pero un año antes perdió las primarias del partido contra Jaume Collboni. Era un momento marcado por la crisis económica de 2008, el auge del movimiento 15-M y la reivindicación independentista en Cataluña. Once años más tarde, ahora desde la distancia del Congreso de los Diputados, Andrés defiende la triangulación entre el PSC, los Comunes y el PP que dio la alcaldía a Collboni hace dos años. La exconcejala critica las políticas de los populares en otros ayuntamientos y describe al partido de Núñez Feijóo como «derecha extrema». Pero en Barcelona, los votos de Daniel Sirera no le incomodan, «en absoluto».

¿Cree que Collboni está acusando el hecho de gobernar en solitario?

No, de ninguna manera. El alcalde tiene un recorrido político muy largo, ha sido un camino largo hasta llegar a la alcaldía, un camino en el que hubo momentos en los que solo éramos cuatro concejales. Aquellos sí que eran momentos de soledad, pero ahora no. No tengo la sensación ni de minoría para gobernar ni de un alcalde en solitario; al contrario, creo que es un gobierno bastante fuerte.

No tiene suficientes concejales para tener uno en cada distrito y aún no ha aprobado ningún presupuesto por vía ordinaria. ¿No es un síntoma de debilidad política?

Es un gobierno que gobierna solo, pero yo creo que la incapacidad para llegar a acuerdos no es del grupo de gobierno ni del alcalde. Yo creo que hay una coyuntura que impide que los grupos políticos que podrían sumarse a los acuerdos se sumen. No hablaría de incapacidad para llegar a acuerdos, hablaría de una coyuntura política muy difícil en general, que impide en este momento llegar a pactos puntuales en Barcelona.

La oposición ha reprochado a Collboni que gobierne «como si tuviera mayoría absoluta». Algunos grupos, incluso, han acusado al gobierno de actuar con «prepotencia». ¿Usted cómo respondería?

Creo que el gobierno tiene unos compromisos de gobierno con la ciudadanía muy fuertes. Los compromisos que sean clave se deben intentar mantener, obviamente, y no se debe confundir la firmeza en la defensa de los compromisos con prepotencia. Creo que es un error. Más bien me suena a argumentos de la oposición para no llegar a esos acuerdos.

¿Cree que le podría pasar factura el hecho de no aprobar ningún presupuesto por vía ordinaria?

Ha pasado en mandatos anteriores. A la alcaldesa Ada Colau le pasó en varias ocasiones. Hay mecanismos que están previstos para poder aprobar los presupuestos sin esas mayorías necesarias.

Pero si no consigue un pacto en los próximos dos años, será el primer alcalde de la democracia que no habrá aprobado ninguno con la mayoría del pleno.

Yo, lo repito, creo que hay una coyuntura política que sobrepasa la ciudad de Barcelona y el Ayuntamiento, que dificulta que los grupos políticos que sí podrían sumarse a acuerdos puntuales, como los presupuestos, se sumen. También por el momento que viven esos posibles socios. Es un momento complejo para fuerzas políticas, especialmente de la izquierda.

¿En qué lo nota?

Hay fuerzas de izquierdas que eran muy potentes en Barcelona. BComú, con quien fuimos socios de gobierno, ha hecho una evolución y tiene que hacer todos sus procesos para fortalecer la misma formación.

Carmen Andrés atiende a TOT Barcelona en la sede del PSC Barcelona, en Consell de Cent | Jordi Play

En 2015, vivió el peor resultado electoral del PSC en Barcelona. ¿Fue la peor etapa del partido?

Fue el peor resultado de nuestra historia. Éramos solo cuatro concejales y estábamos en la oposición. Pero, a pesar de ser pocos, hicimos bien las cosas, nunca perdimos de vista nuestras prioridades para la ciudad, las trabajamos desde la oposición, con nuestra minoría, y las pudimos rentabilizar. Después entramos al gobierno con la alcaldesa Ada Colau. No desfallecimos en nuestro proyecto para Barcelona.

Le tocó ser la portavoz socialista cuando se firmó el primer acuerdo de gobierno con los Comunes de Colau. ¿Por qué fue posible ese pacto?

Creo que dentro de la misma formación [BComú] ha habido cambios. No es lo mismo ser la primera fuerza política, la más votada, que no serlo. Nosotros mismos, el PSC, hemos pasado por esta misma situación: de tener la alcaldía a pasar a ser una fuerza que necesitaba hacer pactos para poder llegar a gobernar, como ocurrió. Y esa es la diferencia.

¿Usted se habría imaginado que ahora habría más vínculo con ERC que con los Comunes, con quienes han gobernado prácticamente ocho años?

Nosotros, siempre que hemos podido, hemos tenido gobiernos con ICV, en su versión genuina, y posteriormente hicimos gobiernos con BComú, con quienes tenemos muchos puntos en común, evidentemente. Con ERC tenemos un punto que no es común, que es la independencia, eso está claro. Pero, en otras épocas, también, nosotros hemos tenido vínculo de confianza y de gobierno con Esquerra. El PSC ha cedido más de una vez concejales de distrito a ERC para que hubiera gobiernos con pluralidad de todas las fuerzas de izquierda.

¿Cómo vivió la investidura de Jaume Collboni como nuevo alcalde?

Con muchísima emoción y mucha alegría como militante socialista. Desde el punto de vista político, pensé que era una gran cosa positiva para Barcelona. Volver a gobernarla con los valores, las ideas, la perspectiva socialista, que quiere una ciudad para vivirla hoy y con una capacidad de proyectar la Barcelona del futuro y trabajar por esa Barcelona.

Usted que es diputada en el Congreso y vive cada día el enfrentamiento directo entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, ¿no ve una contradicción en el hecho de pactar la alcaldía de Barcelona con el PP y enfrentarse a ellos en Madrid de forma tan directa?

El PP tenía sus motivos para votar a favor de la investidura y dar la confianza al alcalde Collboni. Yo creo que la política municipal es diferente de la política general. En la política española, el factor de Vox influye mucho en el PP; en Barcelona, no tanto. Llegar a acuerdos en los municipios es más viable que llegar a acuerdos en el Congreso de los Diputados porque hay factores diferentes que influyen. 

Después de la investidura no ha habido ningún gran acuerdo entre el PSC y el PP. De hecho, ningún proyecto -excepto los que han tenido unanimidad- ha sido aprobado con la combinación de la investidura. 

El suyo fue un voto de investidura. Y así lo dijeron. Con el PP puedes llegar a acuerdos en los distritos, tal vez es más fácil, pero en temas de ciudad hay temas donde, radicalmente, hay diferencias. Por ejemplo, en vivienda, son planteamientos muy diferentes. O en educación. Hay temas donde es imposible ponerse de acuerdo, porque son muy ideológicos. Otra cosa es que hayan hecho una confianza por la investidura y que después digan: «Ya veremos si nos encontramos o no».

¿No ve ninguna contradicción?

Todos los partidos políticos tenemos un objetivo, que es llegar a gobernar la institución por la que nos presentamos a las elecciones. A mí los votos del PP en la investidura no me incomodaron, en absoluto.

Carmen Andrés es ahora diputada en el Congreso de los Diputados | Jordi Play

En 2014, en medio del debate de primarias del PSC en Barcelona, usted dijo que el partido había dejado de hacer políticas de izquierdas. ¿Lo sigue pensando?

En ese momento veníamos de una crisis financiera muy fuerte. La de 2008 afectó sobre todo a las rentas bajas y medias-bajas. Yo creía –y lo sigo pensando– que era necesario ofrecer igualdad de oportunidades desde la ciudad. Por eso defendía reforzar las políticas sociales, para compensar el impacto de la crisis.

Collboni era su principal rival en esas primarias. Como alcalde, ¿va en la línea que usted pedía?

Sí, totalmente. El alcalde ha hecho una apuesta clara por una política económica de crecimiento de la ciudad y con objetivos claros: redistribuir la riqueza y paliar los efectos de lo que han podido generar las crisis anteriores, la de 2008 o la Covid. Necesitamos ciudades cohesionadas, y el alcalde lo tiene muy claro.

Algunas acciones han sido polémicas, como cerrar el Parc Güell para un acto privado de la Copa América. ¿Cree que es una acción de izquierdas?

Yo no lo veo como una privatización del parque, sino como una acción de promoción económica de la ciudad. Promoción internacional, más que económica. Un gobierno de izquierdas también tiene que proyectar Barcelona al mundo. Lo creo profundamente. 

Pero los vecinos del parque llevan tiempo quejándose de la masificación. No lo entendieron. 

El Park Güell es un símbolo identitario de la ciudad, y lo repito, veo la medida pensada en clave de proyección internacional. El alcalde está actuando sobre el turismo. La tasa turística, por ejemplo, ha permitido climatizar escuelas. Es incuestionable que es una política turística de izquierdas. Ha cerrado la puerta de manera muy clara a los apartamentos turísticos. Ha sido valiente y pionero. De hecho, otras ciudades importantes están mirando a Barcelona como ejemplo.

La oposición está dividida, entre los que no quieren cerrarlos y los que critican que se espere hasta 2027 para hacerlo. Pero todos remarcan que Collboni “solo hace anuncios”.

Bueno, algunos ni anuncios hacen… Hacen acciones incluso contrarias. Solo hay que ver cómo gestionan los apartamentos turísticos algunos ayuntamientos del PP y cómo lo está haciendo Barcelona. 

Con el auge de la reivindicación nacional, hubo fugas importantes en el partido, como Ernest Maragall o Jordi Martí Grau, que luego volvieron al Ayuntamiento con otros grupos. ¿Esa etapa abrió un agujero en su formación?

Hubo compañeros que se fueron porque tenían una visión diferente. No es agradable que haya bajas en tu partido, pero todo ello facilitó que el PSC quedara muy cohesionado. Nos quedamos todos los que compartimos este proyecto federalista.

¿Cree, como algunos de los que se fueron, que el PSC ahora es menos catalanista que antes?

No. No se debe confundir catalanismo con independentismo. 

El PSC nunca ha sido independentista, la pregunta era sobre el catalanismo de la formación. 

El PSC ha sido catalanista desde nuestra fundación. Nos identificamos plenamente. Lo defendemos desde los ayuntamientos, desde el Parlamento y en la relación con el gobierno español.

¿No están más ligados al PSOE que antes?

No. Nos hemos relacionado siempre de la misma manera. Participamos en sus congresos, con delegados y derecho a voto, pero el PSOE no participa en los nuestros. Compartimos un proyecto común que defendemos para España, desde el federalismo. Nos entendemos y relacionamos en este marco.

Carmen Andrés ha sido una de las ponentes de la ley de eutanasia en el Congreso | Jordi Play

Desde 2019 es diputada en el Congreso. ¿Es este el peor momento del PSOE en Madrid?

Es un momento muy complicado, sí. La extrema derecha y el PP están instrumentalizando las instituciones. Pero, a pesar de eso, el gobierno ha sacado adelante. Hemos ganado 1.037 votaciones y aprobado 36 leyes en dos años. Otra cosa es que eso se explique lo suficiente.

El caso Cerdán ha sacudido la legislatura española. ¿Sobrevivirá al escándalo, Pedro Sánchez?

Es el momento más complicado, porque, hasta que no se sepa todo, hay un alto nivel de incertidumbre. 

Yolanda Díaz ha pedido una “limpieza” interna, y Ernest Urtasun, ministro de Cultura, de los Comunes, medidas concretas. ¿Las medidas que ha tomado Sánchez son suficientes? [La entrevista se grabó antes del comité federal del sábado pasado].

Son las que tocaban en este momento, con la información que tenemos. Estamos hablando de un informe de la UCO gravísimo, pero hay que ver si todo es cierto y si hay más cosas o menos. Ha tomado las decisiones que tenía que tomar en el momento en que estamos. 

¿Cree que la legislatura puede llegar a 2027?

Creo que sí. Los socios no están pidiendo elecciones anticipadas. No habrá ninguna moción de censura, que es lo que podría adelantar las elecciones, y el presidente ha dicho que continuará. 

Si hubiera elecciones, ¿le gustaría repetir?

Sí, me gustaría, la verdad. Hay leyes en las que estoy trabajando como ponente, especialmente en materia sanitaria, y tendríamos opciones de volver a gobernar y acabar de rematarlas. 

¿Quiere decir que no la veremos más en la política municipal?

Con la política nunca se sabe. Una cosa es lo que te gustaría y otra lo que decide el partido. En todo caso, la política municipal ha sido una etapa muy enriquecedora. Allí ves más directamente los efectos de lo que haces.

¿Es más agradecida la política municipal?

Sí. Es más inmediata, más agradecida, sí. Si te gusta el contacto con la gente, ser concejal es impagable. Además, es una gran escuela.

Si hubiera ganado las primarias en 2014, quizás habría optado a ser alcaldesa. ¿Ahora ya no se ve? 

[Ríe] No, espero que el alcalde que tenemos ahora dure muchos años.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa