ERC no tomará ninguna decisión sobre una posible entrada al gobierno de Jaume Collboni hasta que se hayan celebrado las elecciones en la Federación de Barcelona, el 26 de abril. Lo verbaliza Eva Baró, regidora republicana en el Ayuntamiento de Barcelona y candidata a la reelección como presidenta de la Federación. La dirección entrante será quien decida cuál es «su estrategia política» y quien «marque en el calendario» aquello que pueda considerar oportuno, ha dicho Baró en una entrevista al TOT Barcelona. En cualquier caso, Baró asegura que la militancia tiene que ser quien tenga «la última palabra y quien marque la decisión definitiva» sobre un hipotético gobierno de coalición con el PSC. Es decir, si se da el caso, la decisión se votará a través de una consulta o congreso.
En las elecciones de Barcelona se presentan dos listas, una es la junquerista, Endavant, Barcelona!, encabezada por Baró y Lourdes Arrando (que sería la secretaria general), mientras que la otra, formada por críticos con Oriol Junqueras, es Dignitat Republicana, y presenta como candidatos a Creu Camacho (presidenta de la Federación), Miquel Colomé (secretario general) y Rosa Surinyach (candidata a la presidencia de la asamblea de ERC en Barcelona). Esta segunda lista también quiere que sea la militancia quien decida y se ha comprometido a hacer una consulta a la militancia sobre el preacuerdo con Collboni antes del verano si gana las elecciones en la Federación de Barcelona.
El contexto del preacuerdo ha cambiado sustancialmente
ERC, que en el Ayuntamiento lidera Elisenda Alamany, y el PSC de Collboni cerraron un preacuerdo para formar un gobierno de coalición el junio pasado. El día 13 de ese mes de 2024, la militancia de Barcelona debía votar si avalaba aquel pacto o no, pero la cita se aplazó en medio de una división interna muy importante. Según Baró, esta votación no se ha vuelto a convocar porque ya se desencadenó el congreso para elegir la nueva dirección nacional del partido, en el cual se acabó imponiendo la candidatura de Junqueras y Alamany (Militància Decidim). Y si se hubiese planteado de nuevo la votación barcelonesa podría haberse visto «intoxicada» por todo el proceso nacional que se estaba iniciando. Y, de la misma manera, el congreso barcelonés podría haber «contaminado» el congreso nacional republicano, opina la regidora.

De aquel preacuerdo entre ERC y Collboni han pasado 10 meses, y ahora «el contexto ha cambiado sustancialmente», subraya Baró, tanto para los republicanos como para el PSC. Y en el caso de los republicanos, si se plantea de nuevo entrar al gobierno municipal, es algo que deberá valorar la nueva dirección de Barcelona que salga de las elecciones del 26 de abril, «en consonancia, evidentemente, con el grupo municipal y con la participación de la militancia». «Se debe hacer con la calma necesaria y se debe hacer con una dirección que esté legitimada, mirando hacia adelante y no a toda prisa», añade Baró.
La entrada al gobierno municipal, muy complicada
A pesar de esta versión oficial, las opciones de que ERC entre al gobierno de la ciudad se alejan y se complican a medida que se aproximan las elecciones municipales, previstas para mayo de 2027. Así lo aseguran diferentes fuentes republicanas consultadas por el TOT, tal como ya recogió este medio el pasado sábado, en un artículo sobre que las elecciones barcelonesas de ERC son la primera reválida para Junqueras. El panorama político republicano en la capital catalana no quedará completamente clarificado hasta el verano, ya que después de las elecciones en la Federación de Barcelona se deberán renovar los cargos de los casales de distrito de ERC, lo cual significa que probablemente hasta septiembre de 2025 no se tome ninguna decisión y quedarán menos de dos años para las elecciones municipales. Y lo más importante: entrar al gobierno de Collboni sigue sin generar consenso entre la militancia republicana.




