Barcelona se desmarca del modelo migratorio de la presidenta de Italia, Giorgia Meloni, que en los últimos días ha calado en la Unión Europea. El alcalde Jaume Collboni ha señalado Barcelona como una ciudad «respetuosa» y que hace de la diversidad «una fuente de fortaleza y riqueza». «Esta política de deportaciones [impulsada por Meloni] va en contra de los principios más básicos desde el punto de vista de los derechos fundamentales y, además, creo que va en contra de los valores fundacionales de la Unión Europea», ha remarcado Collboni, coincidiendo con la visita a la nueva sede del servicio de atención a inmigrantes, emigrantes y refugiados de Barcelona. En esta línea, el alcalde ha reconocido estar «espantado» al ver que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha abierto a «estudiar» el modelo Meloni.

«Desde el primer nivel, desde el nivel local, aunque sea una gran ciudad como Barcelona, se debe enfocar el fenómeno migratorio y esta diversidad más bien como un potencial y no como una amenaza, tal como plantean ciertas ideologías extremistas», ha insistido Collboni durante la visita, que ha recogido la Agència Catalana de Notícies. De hecho, el socialista ha situado el centro de ayuda al refugiado como la «antítesis» a los modelos de migración que plantea la extrema derecha en Europa.

Jaume Collboni, en su visita al centro de ayuda a personas inmigrantes, migrantes y refugiadas de Barcelona / Ayuntamiento

Con estas declaraciones, Collboni se alinea con el presidente del gobierno español Pedro Sánchez, una de las voces más críticas en Europa con este modelo de deportaciones. A diferencia de la presidenta de la Comisión Europea, Sánchez se ha desmarcado porque «no detiene ninguno de los problemas y crea otros nuevos». Una posición que choca en parte con algunas actuaciones impulsadas por su gobierno en la valla de Ceuta y Melilla, tal como han señalado estos días algunas voces críticas. Sea como sea, el ejecutivo español ha pedido a Europa que cambie de estrategia y opte por llegar a acuerdos con los gobiernos de Senegal, Mauritania y África Occidental «para colaborar sobre el terreno». El modelo de la extrema derecha italiana implica la creación de centros de deportación en países extracomunitarios que harían de cortafuegos.

El centro de atención a migrantes ha atendido a 19.500 personas en un año

El centro de atención a inmigrantes, emigrantes y refugiados de Barcelona, que se ha mudado a la calle de Tarragona, 173, atendió el año pasado a 19.500 personas. Este año, la cifra ya es de 10.750 personas en el primer semestre. Y hay 6.065 solicitantes de asilo procedentes de 134 nacionalidades. El número de visitas al centro es menor que en 2022, año en que las solicitudes de ayuda crecieron un 320%, especialmente por refugiados de la guerra en Ucrania. Son datos publicados por el Ayuntamiento poco después de la visita de Collboni al centro. El alcalde ha manifestado que estos números, así como el trabajo que se realiza en el centro, demuestran que Barcelona es una ciudad «defensora de los derechos humanos y que quiere que los procesos migratorios se realicen con garantías y ordenados».

Analizando estos datos, el número de personas atendidas ha sido menor este 2024; según recoge la ACN, porque hay dificultades para conseguir cita con la policía e iniciar el trámite de Protección Internacional. Los que sí lo han conseguido son, en su gran mayoría, migrantes procedentes de Senegal, Argelia y Marruecos –la mayoría llegados de Canarias–, Ucrania o Palestina, según indica el Ayuntamiento en un comunicado. Destaca el caso de los refugiados palestinos, que han pasado de cuatro personas en el primer semestre de 2023 a 40 en el primer semestre de 2024.

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