Los mismos apoyos que impulsaron el Pacto Nacional por la Lengua en el Parlamento de Cataluña han servido para que Barcelona se adhiera como ciudad este viernes. El gobierno de Jaume Collboni ha superado los votos en contra de Junts, PP y Vox con el apoyo de ERC y Barcelona en Comú. El alcalde Jaume Collboni ha defendido que el pacto debe permitir que “más barceloneses puedan hablar, sentir y vivir en su lengua” y ha defendido que «más uso social del catalán también implica más cohesión social». “Los derechos lingüísticos son derechos irrenunciables”, ha sentenciado.
El concejal republicano Jordi Castellana ha recordado que plataformas como Òmnium han dado apoyo al pacto y ha destacado como gran «valor» de la iniciativa que “es una medida compartida”. ERC, que ha liderado la batalla para que Barcelona se sume, ha reconocido que “si solo hubiera dependido de nosotros habríamos hecho cosas diferentes”, pero ha defendido la medida como una “herramienta de cohesión social”. Barcelona en Comú, que en la comisión había hecho reserva de voto, ha permitido finalmente la aprobación de la adhesión porque el catalán “requiere consenso y compromiso institucional”. En todo caso, el concejal Pau Gonzàlez ha reprendido al gobierno municipal, remarcando que «estamos en la segunda mitad del mandato» y, por tanto, «no basta con declaraciones institucionales».

Junts lo ve insuficiente
Los grupos favorables al pacto no han conseguido finalmente sumar a Junts. El grupo liderado por Jordi Martí Galbis no ha cambiado su postura inicial y se ha desmarcado, tal como ya habían hecho a escala nacional, porque el pacto “no dice nada de cómo reaccionaremos ante una posible sentencia contra el 25% del castellano en las escuelas”. «En condiciones normales habríamos votado favorablemente, pero no lo estamos», ha defendido el concejal Joan Rodríguez poco antes de pedir “más acciones que gestos”.
Tampoco ha habido sorpresas con el voto del grupo popular. La formación encabezada por Daniel Sirera había ocultado el sentido de su voto en la comisión, pero finalmente han optado por alinearse con la cúpula del partido, que semanas atrás desacreditaba al alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, partidario del pacto. Albiol ha dado su apoyo remarcando el catalán «como la lengua propia de Cataluña» y como una herramienta que «ha configurado nuestra identidad colectiva y que debe proyectarse con fuerza hacia el futuro». Unas declaraciones que han molestado a la cúpula de Génova y que no han encontrado aliados en Barcelona. “El catalán es un patrimonio cultural inmenso y hay que defenderlo, pero no a costa de la libertad y los derechos de los barceloneses”, ha apuntado el concejal Juan Milián. El popular ha acusado a los socialistas y al resto de firmantes de “imponer” el catalán y de querer “arrinconar” el castellano. Vox también ha votado en contra.

Sumar 600.000 nuevos catalanohablantes
El Pacto Nacional por la Lengua es una iniciativa impulsada por el Parlamento de Cataluña en 2021, aún bajo la presidencia de Pere Aragonès, y ejecutada en 2025, con Salvador Illa en el Palau de la Generalitat. La medida, que cuenta con el apoyo de la mayoría de sindicatos y entidades sociales –USTEC y la ANC se han desmarcado–, pretende sumar 600.000 catalanohablantes hasta 2023.
Barcelona ya se mostró favorable en septiembre de 2023 en la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes del Ayuntamiento. El consistorio aprobó entonces una proposición de ERC que instaba a la administración local a asumir un «papel activo» en este pacto. Barcelona también ha impulsado un nuevo comisionado del catalán, que lidera la periodista y activista cultural Marta Salicrú, quien ha estado presente durante el debate acompañando al consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila.