El Ayuntamiento de Barcelona ha condecorado a los últimos cuatro alcaldes y alcaldesa de la ciudad, un trámite que Jaume Collboni ya había adelantado que presentaría en la despedida de Trias y Colau. El Pleno ha ratificado, con la negativa de PP y Vox, otorgar la medalla de oro de la ciudad a Joan Clos y Jordi Hereu (PSC), Xavier Trias (CDC y Junts) y Ada Colau (BComú). Un punto «especial», ha reconocido Collboni, que ha tocado la fibra a PP y Vox. «Es una muestra de madurez democrática y de defensa de la institución. Estoy muy orgulloso de todos ellos y ella. Institucionalizar la medalla de oro a los alcaldes y alcaldesa es importante en un momento de polarización y crispación«, ha sentenciado.
Junts, PSC, Barcelona en Comú y ERC han destacado las cuatro medallas como un reconocimiento a la figura del alcalde. Un reconocimiento «a la democracia y al municipalismo», ha apuntado Janet Sanz, presidenta de los Comunes. Elisenda Alamany (ERC) ha reconocido la «innegable dificultad y responsabilidad» de tomar decisiones en la alcaldía y ha llamado a «saber gestionar» el éxito de la Barcelona del pasado. Y en nombre del PSC, Laia Bonet ha recordado que, a pesar de ser alcaldes de fuerzas diferentes, todos ellos «han militado por Barcelona».
En esta misma línea se ha expresado Jordi Martí Galbis, presidente del grupo municipal de Junts. Ha elogiado el pasado de Trias, sobre quien ha destacado su «capacidad de diálogo, antítesis del sectarismo político» y también ha reconocido, a pesar de las diferencias políticas, la tarea de Colau. «Actuó desde unos valores alejados a los nuestros, pero con convicción».

PP y Vox han roto la armonía del pleno, criticando la medalla de Colau. «Fue la alcaldesa del ‘no’ en Barcelona», ha lanzado el líder popular, Daniel Sirera, quien ha criticado que las cuatro medallas se voten de forma conjunta. «No premiaremos a alguien que, respeto como persona, pero que no creo que merezca este reconocimiento», ha retirado. Vox también se ha desmarcado y ha calificado la medalla a Colau de «infame».
El legado de los cuatro alcaldes
Los cuatro se suman al reconocimiento que ya recibieron Pasqual Maragall, en el 2008, y Narcís Serra, en 1992. Joan Clos tomó el relevo de Maragall como alcalde de Barcelona, cargo que ocupó entre 1997 y 2006. Bajo su mandato se acogió el Foro de Culturas y se reurbanizó el área de Diagonal Mar. Abandonó Sant Jaume para ser el nuevo ministro de Industria, Turismo y Comercio, cargo que ocupó hasta el 2008. Retirado de la política, ahora preside la Asociación de Propietarios de Vivienda de alquiler (Asval), un conglomerado de grandes inmobiliarias.
Jordi Hereu, que ahora vive una segunda juventud política como ministro de Industria del ejecutivo de Pedro Sánchez, fue alcalde entre el 2006 y el 2011. Un mandato y medio marcado por la polémica conexión del tranvía, pero también con incorporaciones todavía celebradas, como el Bicing. En todo caso, la consulta fallida, con solo un 10% de participación ciudadana y un rechazo claro a su propuesta de reforma, precipitó su adiós de Sant Jaume.

Xavier Trias abanderó el ‘no’ a la nueva Diagonal y puso fin a tres décadas de liderazgo municipal del PSC. Entonces líder de Convergència, Trias venía de ser consejero con los gobiernos de Jordi Pujol y fue alcalde cuatro años. Implementó una nueva red de autobuses, pero le estalló el caso de Can Vies.
El 15M ayudó a subir a Ada Colau, que le ganó la partida en las urnas y se convirtió en la primera alcaldesa de Barcelona. Puso las supermanzanas en el centro de su política y reimpulsó la conexión del tranvía. Ocho años después, Trias ganó la reelección, pero un acuerdo del PSC con los Comunes y el PP hizo alcalde a Jaume Collboni.