Barcelona ya ha comenzado la cuenta atrás hacia las elecciones municipales de 2027. Hace apenas una semana, el alcalde Jaume Collboni presentaba un balance triunfalista de mitad de mandato, a pesar de gobernar en solitario, con solo 10 concejales, no haber aprobado ninguno de los dos presupuestos por la vía ordinaria y tener el Plan de Actuación Municipal (PAM) rechazado por la oposición. Según Collboni, el 85% del programa de gobierno está ejecutado o en marcha. Más allá del trabajo que supone gobernar la ciudad en minoría, el PSC gestiona la ciudad cómodamente. Y, de una manera u otra, Collboni sacará adelante las cuentas de 2026 y, si es necesario, las prorrogará en 2027. El sistema actual da mucho poder a un alcalde. Y los socialistas encaran la segunda mitad de mandato con una reordenación del ejecutivo y centrados en poder presentar en 2027 algunos proyectos clave como obra de gobierno. Es el caso de la reforma de la Rambla, la cobertura de un nuevo tramo de la ronda de Dalt o el impulso definitivo a la conexión del tranvía hasta la plaza de Francesc Macià.
Dicho claro y en catalán, y a menos que ocurra algo grande, el mandato municipal, políticamente hablando, está dado por sentado. Los partidos ya piensan en los comicios de aquí a dos años y en quién encabezará su lista. En medio de este panorama, el Ateneu Barcelonès ha organizado este jueves un debate con los cuatro grupos municipales principales: Junts per Catalunya, PSC, Barcelona en Comú y ERC. El Ateneu no ha invitado ni al PP ni a Vox. Junts ha estado representado por Jordi Martí Galbis, presidente del grupo municipal; Barcelona en Comú, por su presidenta en el Ayuntamiento Janet Sanz; ERC, por su líder barcelonesa y secretaria general del partido Elisenda Alamany, y el PSC ha comparecido con la primera teniente de alcaldía Laia Bonet, un peso pesado del gobierno municipal. El debate, que no era electoral, se ha titulado 2 años de mandato: debate estratégico y horizontes de futuro y se ha centrado en gran parte en la problemática de la vivienda.

Collboni será el candidato del PSC
Collboni será el candidato del PSC en las elecciones de 2027. Hace unos días, el alcalde dijo que se presentará a la reelección y, aunque los socialistas tienen unos procedimientos internos a la hora de designar un alcaldable, nadie se enfrentará a él. Con el Gobierno catalán, el español y el municipal en manos socialistas, y las encuestas a favor, Collboni podría ganar las elecciones de 2027, un año en el que se cumplirán veinte años desde que el PSC se impuso por última vez en unas elecciones municipales en Barcelona.
Tal como ya explicó el TOT hace unas semanas, Junts per Barcelona, ganador de las elecciones de 2023, busca un candidato de consenso y con buenas perspectivas electorales para evitar una guerra interna en unas primarias. Hay varios nombres sobre la mesa: el del actual presidente del grupo municipal Jordi Martí Galbis -el elegido de Xavier Trias-, el concejal Josep Rius, el exconsejero de Salud Josep Argimon y el escritor Jordi Cabré. Junts también ha tentado al exconsejero Joaquim Forn, libre de inhabilitaciones para cargos públicos, que ha declinado, de momento, la oferta. En todo caso, la formación independentista quiere tener la elección hecha pronto y ver cómo puede influir el posible regreso del presidente Carles Puigdemont a Cataluña.

Tras la salida de Ada Colau del Ayuntamiento el pasado octubre, Janet Sanz se ha quedado al frente del grupo municipal y podría ser una de las personas que encabezara la lista de los Comuns. Colau se ha alejado de la primera línea política y ahora preside la fundación Sentit Comú. Pero ningún candidato/a de los Comuns le haría sombra a Colau, si en algún momento ella se propusiera regresar, ni conseguiría mejores resultados electorales. A pesar del lawfare sufrido, Colau obtuvo 10 y nueve concejales en 2019 y 2023, respectivamente. En una entrevista el pasado marzo en Ràdio Clot dijo que no se plantea ser candidata. Pero el domingo, Colau matizaba estas palabras a Europa Press y dejaba la puerta abierta a volver a la política activa: «Solo me lo plantearía muy excepcionalmente si realmente fuera muy útil que yo en concreto me pudiera presentar a algo puntual».

Alamany y Sirera, posibles candidatos
En ERC, si no hay ninguna sorpresa, la alcaldable será Elisenda Alamany. En una entrevista publicada en el TOT este miércoles dice que «tiene ganas». Y añade que su voluntad «siempre ha sido construir un proyecto para Barcelona y esta sigue siendo mi misión». En contra, Alamany tiene una Federación de Barcelona dirigida ahora por el sector crítico con el junquerismo, Dignidad Republicana. Pero lo cierto es que Alamany, en un abrir y cerrar de ojos, desactivó la intención de la nueva dirección republicana en la ciudad de hacer una consulta a la militancia del preacuerdo con Collboni de hace un año, cuando ya se había decidido que no se gobernaría con el PSC.
Tampoco en el PP debería haber ningún giro extraño, y muy probablemente Daniel Sirera, ausente en el debate del Ateneu, repetirá como candidato después de haber duplicado resultados en 2023, subrayan fuentes del PP. Sirera lo tiene todo a favor, pero sobre todo porque mantiene una relación muy buena con Alberto Núñez Feijóo, que lo ha elegido, junto con la extremeña María Guardiola y el murciano Fernando López Miras, para redactar los nuevos estatutos del PP a nivel estatal.

La vivienda, el problema principal de la ciudad
El debate no ha sido electoral sino que se ha centrado en los retos que deberá afrontar la ciudad en un futuro, y uno de los temas principales ha sido la vivienda, el problema más importante de Barcelona, junto con la inseguridad, según el Barómetro municipal. Bonet ha destacado que hay que «combatir el fraude en el alquiler de temporada». Martí Galbis ha defendido la necesidad de que haya «un pacto de ciudad» y la colaboración público-privada. Alamany ha dicho que es necesario rehabilitar el 80% de las viviendas de la ciudad y que estas políticas deben liderarse desde el sector público. Y Sanz ha criticado los alquileres abusivos y ha apostado por «prohibir el alquiler de temporada».
Bonet ha recordado que el número de pisos turísticos creció en la ciudad en 1.000 en el momento en que la justicia tumbó el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat) promovido por los Comuns. Ahora hay unos 10.000, los cuales, en principio, desaparecerán a finales de 2028, ya que no se renovarán las licencias con el objetivo de que vuelvan al mercado residencial. Alamany ha denunciado que el Ayuntamiento tiene pisos vacíos en diferentes puntos de la ciudad, como Nou Barris. El presidente de Junts ha remarcado que en 10 años el precio de los alquileres ha subido más de un 60% y ha culpado directamente a los gobiernos de los Comuns y el PSC. «Se ha reducido la oferta y cuesta mucho encontrar pisos a precios asequibles». Y Sanz ha cargado por la laxitud de las políticas de Collboni, por ejemplo no sancionando los incumplimientos de la normativa del 30% «Hay multas millonarias perdonadas, de más de tres millones de euros». Sanz también cree que es necesario suspender los desalojos de los pisos públicos, especialmente cuando hay menores, e intervenir en el mercado para reducir el precio del alquiler.

Sin avanzar cómo están las negociaciones del 30%
La modificación de la normativa del 30% (que obliga a reservar un 30% de las viviendas a pisos públicos en nuevas promociones y grandes rehabilitaciones) ha sido otro de los temas abordados en el debate. El gobierno de Collboni, Junts y ERC están hablando para flexibilizar la regulación, pero en el debate no se ha concretado en qué momento se encuentran las negociaciones. Una de las condiciones principales de Junts es que se rebaje el IBI en 2026. Según Bonet, hay un «gran consenso» para modificar la norma, aprobada en 2018. «Pensábamos que tendríamos 2.000 pisos públicos y solo tenemos 26».
Para Alamany, uno de los grandes problemas «es la presión que hay sobre la vivienda» y ha planteado limitar la compra de segundas residencias en Barcelona. «Hay que limitar la demanda», ha insistido la presidenta de ERC. En opinión de Sanz, esta limitación debe llevarse a cabo con la fiscalidad. La representante de los Comuns ha negado que haya consenso para modificar la norma del 30%. «Dan datos falsos», ha subrayado sobre que el 30% solo ha dado lugar a 26 viviendas. «Nosotros queremos que funcione», ha valorado Bonet.

Hay que limitar el turismo: «Hemos tocado techo»
La ampliación del aeropuerto es otro tema que ha generado controversia. Junts y PSC se han mostrado a favor. Para ERC, el debate debe centrarse en tener una voz de país clave en las decisiones sobre las infraestructuras. Y Sanz ha considerado que hay que reducir los vuelos cortos por emergencia climática y ver con qué ciudades hay que conectarse para atraer talento y no para que venga más turismo.
Junts, PSC y los Comuns han valorado también que hay que limitar el turismo. «Hemos tocado techo», ha dicho Bonet. Sanz ha defendido los Planes de Usos e incrementar la fiscalidad turística. Y Alamany ha puesto el foco también en el retorno del turismo y ha recordado que su partido impulsó el recargo municipal de la tasa turística.


