Un total de 1.384 personas vive en la calle en Barcelona. Se trata de la cifra más alta de la ciudad desde que se empezaron a hacer recuentos en la ciudad. Lo ha explicado este miércoles Arrels Fundació, en la presentación de su informe anual correspondiente a 2023. A finales de 2022, eran 1.231, 153 menos que el año pasado. El recuento de personas sin hogar se hizo el 13 de diciembre de 2023.
Además de dar a conocer esta cifra, la nueva directora de Arrels, Bea Fernández, ha explicado que los días 13, 14 y 15 de junio de 2023 hicieron 685 encuestas a personas sin hogar que duermen en el espacio público y que han sido la base para elaborar el informe de la entidad del año pasado. Fernández ha sustituido a Ferran Busquets al frente de la entidad.
Cuatro años y cinco meses de media en la calle
A diferencia de lo que pasaba durante la pandemia, cuando en aquel momento la estancia media de estas personas sin hogar en la calle era de cinco años y seis meses, ahora esta media se sitúa en cuatro años y cinco meses. A pesar de la rebaja, la cifra está todavía lejos de los tres años y cinco meses que había antes del coronavirus. Fernández ha reflexionado que cuanto más tiempo pasan las personas sin hogar en la vía pública, más se agravian los problemas de salud mental y física.

El informe destaca que, en muchos casos, estas personas han llegado a la calle por situaciones repentinas, como pueden ser la pérdida de la vivienda o el trabajo, o ambas cosas, o por problemas familiares. Fernández ha dicho que en el primer mes en la calle, el 81% de los sin hogar no ha recibido ninguna atención social, ya sea por parte de una administración pública o de una entidad privada. La nueva directora de Arrels ha subrayado que hay que revertir esta situación y dar una atención más rápida. Y en este sentido considera que hay que garantizar el derecho de acceso a la vivienda. «El derecho a la vivienda es el derecho que tiene que estar por encima de todo», ha valorado Fernández sobre las dos mujeres que se suicidaron antes de ser desahuciadas en la capital catalana, y ha pedido que haya la coordinación necesaria entre todos los agentes implicados -servicios sociales, juzgados, etcétera- en un desahucio para evitar situaciones como esta.
Un 51% de los menores de 35 años no recibe atención social
Según los datos de Arrels, las personas jóvenes que viven en la calle también son las más desatendidas. Un 56% de los menores de 25 años y un 51% de los menores de 35 años manifiesta no haber recibido atención social, pública o privada, los últimos seis meses. Del total de personas que viven en la calle, un 15% afirma que ha vivido en un centro de protección a la infancia y a la juventud. Este porcentaje es de un 41% de los jóvenes hasta 25 años que viven en la calle. «Haber vivido en un centro para niños o jóvenes es un factor de riesgo del sinhogarismo», asegura la entidad.
Según Fernández, no se puede limitar el tiempo que las personas hacen uso de los alojamientos temporales de urgencia. Fernández hacía referencia a los alojamientos municipales, motivo de polémica las últimas semanas porque el gobierno de Jaume Collboni quiere limitar la estancia a seis meses. El pasado viernes, el pleno votó en contra de esta limitación una proposición de Barcelona en Comú, que también recibió el apoyo de Trias per Barcelona y ERC. Para Arrels, seis meses es insuficiente para que una persona sin hogar, que ha perdido su casa, ha roto los vínculos familiares y que puede tener problemas de salud, estabilice su situación. «Nosotros hablamos de temporalidades más altas, hasta que estos ciudadanos se puedan estabilizar y tengan cierta autonomía», concluye Fernández.