Los Comunes tienen asumido que más pronto que tarde el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunciará un acuerdo de gobierno con ERC. Este mismo miércoles, después de la cuestión de confianza, la portavoz de BComú, Janet Sanz, decía que es un “secreto a voces” que el pacto está hecho. Los Comunes también quieren formar parte del gobierno municipal, pero hasta ahora Collboni no ha mostrado demasiado interés, hasta el punto que ha preferido aprobar los presupuestos a través de una cuestión de confianza antes que negociar seriamente con ellos. Pero los de Ada Colau todavía tienen un as en la manga para forzar a Collboni a incluirlos en el gobierno municipal: las elecciones del 12-M.
En la sala de máquinas de Catalunya En Comú confían que un buen resultado en las elecciones catalanas los permita ser decisivos para formar gobierno en la Generalitat. Si el independentismo no suma mayoría —o no es capaz de ponerse de acuerdo—, el PSC podría liderar un cambio de etapa que seguramente necesitaría los votos de los Comunes. Entonces sería cuando Jéssica Albiach y Ada Colau reavivarían la conexión a ambos lados de la plaza Sant Jaume y exigirían entrar en el gobierno de Jaume Collboni. Fuentes municipales consultadas por el TOT Barcelona dan por hecho que los Comunes jugarán la carta sin miramientos, tal como hicieron en 2021, cuando obligaron a Ernest Maragall a levantar el veto a los presupuestos municipales para pactar con Pere Aragonès los catalanes.

Entrar en el gobierno de Barcelona, garantía de transformación
Según explican los Comunes en público y en privado, su entrada en el gobierno municipal es la única garantía de que el PSC deje de mirar a la derecha para sacar adelante su agenda política. La reserva del 30% para vivienda de protección oficial, la conexión del tranvía o la pacificación de calles penden de un hilo por el poco entusiasmo que generan en los despachos socialistas. BComú considera que un gobierno bipartito PSC-ERC, que solo sumaría 15 regidores, tampoco tendría el empujón necesario para continuar el proyecto de ciudad que han impulsado durante ocho años, y por eso no quieren quedar al margen. Y también temen que quedarse sin el escaparate del Ayuntamiento de Barcelona comprometa su futuro como espacio político, puesto que en las últimas elecciones municipales consiguieron 244 regidores en todo el país, 30 menos que en 2019.
Collboni pasa página y se abre a reforzar su gobierno
Consciente de que será imposible gobernar durante cuatro años con solo 10 regidores, Jaume Collboni también ha aceptado que tendrá que incorporar al menos otro partido al ejecutivo municipal. Después de perder la cuestión de confianza, la oposición tiene treinta días para conformar una mayoría alternativa y, en caso contrario, los presupuestos pactados con ERC quedarán oficialmente aprobados. Una vez se haya cumplido el trámite, “el próximo paso será la ampliación del gobierno municipal”, tal como reconoció el propio Collboni en el pleno extraordinario de este miércoles.
El alcalde socialista no mencionó nombres, pero todas las travesías apuntan a ERC, el único partido que ha aceptado la exigencia de Collboni de negociar primero los presupuestos y después una ampliación del gobierno. Tanto TriasxBCN como los Comunes querían hablar de las dos carpetas en paralelo y condicionaban la una a la otra. A pesar de que los presupuestos se aprobarán el 2 de mayo, las elecciones al Parlamento del día 12 y las elecciones europeas del 9 de junio hacen pensar que la solución final todavía tardará semanas.