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Un año del 28-M: Collboni gobierna en minoría, sin quebraderos de cabeza ni oposición

Este martes hace un año de las elecciones municipales que sacaron de la alcaldía a Ada Colau. Los comicios los ganó claramente Trias per Barcelona, con 11 regidores y 149.479 votos. El PSC de Jaume Collboni quedó en segunda posición, con 10 ediles y cerca de 20.000 papeletas menos que el exalcalde. Xavier Trias pactó un gobierno de coalición con ERC. El acuerdo era total. Entre las dos formaciones sumaban 16 representantes de los 41 del pleno. Pero una tercera operación de Estado contra un gobierno independentista en la capital catalana -después de las acusaciones fake contra Trias, antes de las municipales de 2015, por tener 13 millones de euros en cuentas de paraísos fiscales, y de la operación Valls, que quitó a Ernest Maragall la posibilidad de gobernar- dejó a Trias sin la alcaldia. Una hora antes del pleno de investidura del 17-M, Collboni se aseguró los votos para gobernar con un apoyo que parecía imposible: Barcelona en Comú y PP.

Han pasado casi 365 días de la investidura y Collboni continúa gobernando en solitario, con solo 10 regidores, pero haciendo y deshaciendo sin oposición, a la espera de cerrar, antes del verano, un pacto con ERC como fuerza mejor situada. El hecho de que los socialistas gobiernan sin quebraderos de cabeza ha quedado claro en la aprobación de los presupuestos municipales para este 2024. El pleno tumbó el 22 de marzo las cuentas, unos 3.800 millones de euros. Solo los republicanos, con quienes Collboni cerró un acuerdo, votaron a favor. Pero el 2 de mayo, la ciudad ya disponía de presupuesto. Después del pleno, el alcalde activó la cuestión de confianza, un mecanismo que permite la ley electoral a los gobiernos en minoría para sacar adelante unos presupuestos. Desde la puesta en marcha de esta herramienta, la oposición dispuso de 30 días para buscar un recambio a Collboni, una carambola imposible que ni se llegó a plantear. De esta operación, Collboni salió más «reforzado», valoran fuentes de su gobierno, y ahora está a la espera de cómo se resuelve la gobernabilidad de la Generalitat para decidir con quién pacta en el Ayuntamiento, a pesar de que el alcalde y la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, intentan públicamente desvincular las dos cosas.

Xavier Trias, la nit electoral del 28-M del 2023 / ACN

El 12-M, «un aval innegable» a Collboni

Fuentes del PSC defienden la gestión hecha este año. «Se han tomado muchas decisiones consensuadas con la oposición, entre ellas pactos de gran alcance, como el de la ronda de Dalt, por ejemplo». Y añaden que el gobierno del PSC se ve reforzado con la reciente aprobación de un presupuesto récord, con marcadas prioridades sociales, que cuenta además con el apoyo de una parte de la oposición (ERC). Según los socialistas, durante este año las relaciones del Ayuntamiento con la ciudad se han normalizado «y el resultado electoral del 12-M en Barcelona -con una victoria de Salvador llla en 58 de los 73 barrios- supone un aval innegable a la gestión de Collboni». Ahora, añaden, el alcalde trabaja para ampliar su gobierno con acuerdos con la oposición antes del verano, mientras despliega su proyecto de gran transformación urbana con el horizonte de 2035, un proyecto que movilizará unas inversiones públicas y privadas similares a las del proyecto olímpico de 1992″, con unos 10.600 millones de euros.

La ciudad bloqueada, según Trias per Barcelona

Desde Trias per Barcelona se rebaja el triunfalismo del PSC. Según el regidor-portavoz, Jordi Martí Galbis, la ciudad no avanza. «Está bloqueada. Y solo el alcalde Collboni y el PSC son los responsables. En un año, Collboni ha perdido -las votaciones- de las ordenanzas fiscales, el presupuesto, el plan de actuación municipal… No hay modelo, ni sabemos hacia donde lleva la ciudad. Todo es propaganda, anuncios y fotografías. Collboni sigue la inercia de los ocho años de Colau, de los que seis él era teniente de alcadía. Y esta es la peor de las opciones», valora Martí Galbis.

La formación del exalcalde recuerda que, ahora hace un año, en las elecciones del 28 de mayo, la ciudadanía de Barcelona eligió cambio y la candidatura de Xavier Trias y Junts por Cataluña ganó claramente las elecciones. «Pero tres semanas después, el 17 de junio, Collboni eligió el cargo en vez del proyecto; el continuismo en vez del cambio; el ir haciendo en vez de avanzar; el gobierno débil en vez del gobierno fuerte. Collboni se eligió a él para ser alcalde en vez de elegir a Barcelona». Trias per Barcelona insiste en el hecho de que Collboni perdió las elecciones, pero es alcalde con los votos de PP y Comunes, que son incompatibles, y sin ninguna hoja de ruta pactada. «Ya hace un año, y la ciudad lo está pagando. Hemos perdido este año, y seguramente Barcelona acabará perdiendo los cuatro años de mandato. Y esto es así porque Collboni rechazó nuestra propuesta de colaboración para hacer posible el cambio y dejar atrás ocho años de mala gestión».

Los Comunes se quieren quedar ahora en la oposición

Durante un mandato y medio que Colau y Collboni gobernaron juntos, con los Comunes en la alcaldía, pero el choque entre ambas formaciones fue constante. Se podrían poner muchos ejemplos, pero hay uno que lo ilustra a la perfección: el veto al Hermitage de Colau, con los socialistas en contra de la decisión que se concretó con una comisión de gobierno extraordinaria, precisamente también un 28 de mayo (de 2021), en la que los Comunes impusieron su mayoría para paralizar el convenio con el Puerto de Barcelona para instalar el museo en unos terrenos de la nueva bocana, al lado del hotel Vela.

Este primer año de la era Collboni, las diferencias entre PSC y Comunes han continuado presentes. La formación de Colau ha intentado vincular su al presupuesto con un acuerdo de gobierno de izquierdas, pero no lo ha conseguido. Y ahora, según lo que ha dicho Jéssica Albiach, los Comunes se quedarán en el Ayuntamiento de Barcelona en la oposición, con la idea de volver a presentar en 2027 a Colau como candidata. Hace menos de una semana, los diferentes modelos de ciudad que defienden Comunes y socialistas se hicieron de nuevo patente con el polémico desfile de Louis Vuitton en el Park Güell, un acontecimiento de proyección internacional para Collboni y una privatización del espacio público para Colau. Y las últimas semanas las desavenencias se han hecho también evidentes con la negativa del PSC de hacer más ejes verdes siguiendo la idea de los Comunes.

Ada Colau, en un pleno / aCN

Para los Comunes, Collboni es un alcalde sin proyecto de ciudad. «Mas allá de ostentar el cargo, no gobierna Barcelona. Es un PSC débil que solo gestiona, pero no tiene proyecto de ciudad», afirman fuentes del grupo municipal del partido de Colau. La formación señala como principal problema del PSC la incapacidad de hacer pactos con el resto de grupos municipales: «Después de cuatro años de los Comunes aprobando presupuestos con una amplia mayoría de izquierdas, Collboni tiene que aprobar los trámites en minoría absoluta y por la puerta de atrás, lo que contrasta con que tengan siempre el diálogo en la boca, pero nunca lo practiquen». Pero el uso de la cuestión de confianza para aprobar unos presupuestos que critican los Comunes no es un hecho exclusivo de Collboni. Tanto Trias como Colau hicieron uso de ella. El primero en 2014 y la líder de los Comunes en 2017 y 2018. La ley electoral establece que se puede hacer uso de la cuestión de confianza dos veces en un mandato y el PSC ya ha utilizado una. Y las próximas elecciones no son hasta 2027.

ERC, la primera opción para un acuerdo de gobierno

Ahora mismo, los republicanos son la primera opción de Collboni para un gobierno de coalición en Barcelona, a pesar de que ambas fuerzas, en el caso de pactar, solo tendrían 15 de los regidores del pleno y se quedarían a seis de la mayoría (21). Con todo, a los socialistas les urge cerrar un acuerdo en la ciudad aunque sea en minoría: con solo 10 regidores, el PSC no da abasto para gobernar todas las áreas y distritos. Desde ERC, el balance del primer año de mandato es todavía de expectativa. «Ha sido un año demasiado marcado por elementos externos en Barcelona, que han dejado la nueva etapa que quiere la ciudadanía a medias, con un gobierno a medio gas», valora el portavoz Jordi Castellana.

Sin embargo, ERC cree que los presupuestos que «hemos aprobado» marcan «hacia donde tiene que ir Barcelona en los años próximos, a pesar de que todavía es temprano para ver los resultados». «Estamos contentos por haber hecho que el PSC se moviera hacia nuestro modelo de ciudad, pero ahora tenemos que ver como se aplica el presupuesto». Para ERC, el futuro de Barcelona pasa por «mantener el equilibrio entre ser una ciudad global y dinámica y que a la vez no pierda su identidad». Defiende una gestión mejor de la seguridad, la limpieza, los servicios y el espacio público, «y gobernar el turismo después de años de dejadez».

Elisenda Alamany y Jordi Castellana, en una rueda de prensa de ERC / Europa Press

Mientras los republicanos han pasado en un año de tener cerrado un acuerdo de gobierno con Trias, a pactar unos presupuestos con Collboni -con un cambio de liderazgo por el medio, de Maragall a Alamany-, Trias tenía a principios del 2024 medio apalabrado un gobierno con el PSC, pero Collboni tomó, según el exalcalde, una decisión equivocada, «que es mandar con 10», ha dicho en una entrevista en El Punt Avui. «Collboni ha decidido tener un gobierno débil; sabe que las posibilidades de sumar en contra de él son imposibles y juega a esto…» Según Trias, ahora, el PSC no quiere ningún acuerdo formal con Junts, «pero como que cree que la manera de gobernar de Junts es la buena, quiere tomar con nosotros según qué decisiones. Esto es como un chiste», ha valorado. A lo largo de este año, Trias y Collboni han scado adelante varias iniciativas, como la nueva tasa de terrazas y la revisión a lo largo del nuevo mandato del Plan Especial de Alojamiento Turísticos (PEUAT) para abrir nuevos hoteles en el centro y regular los hogares compartidos.

Jaume Collboni y Daniel Sirera, el día de la investidura . PP y PSC pactan
Jaume Collboni y Daniel Sirera, el día de la investidura / Jordi Play

Uno de los artífices principales que Collboni gobierne fue el PP de Daniel Sirera. En respuesta al TOT, los populares sostienen que hace un año tomaron «la mejor decisión posible», ya que sacaron a Colau del gobierno municipal y evitaron que Barcelona cayera en manos de Carles Puigdemont. «Entre Trias y Collboni, la decisión no era fácil, pero el tiempo nos ha dado la razón. Evitamos que Barcelona fuera teledirigida desde Waterloo y conseguimos sacar a los Comunes del gobierno», dice Sirera. Incluso, el PP piensa que sacar a Colau tuvo un efecto más allá de Barcelona. «Fue el detonante de la no aprobación de los presupuestos de la Generalitat y la convocatoria anticipada de las elecciones catalanas. También supuso la retirada de los presupuestos generales del Estado y el debilitamiento del gobierno de Pedro Sánchez«, opina el presidente del grupo municipal popular.

El PP no cree que ahora Barcelona esté peor que hace un año, pero faltan por derogar «políticas colauistas«. Y afirma que la «presión» que han ejercido sobre el PSC ha sido determinantes para que Collboni se haya puesto las pilas en la lucha contra las ocupaciones ilegales, el final del urbanismo táctico, la mejora de la limpieza, la simplificación administrativa y la defensa de los grandes acontecimientos como la Fórmula 1. ¿Las asignaturas pendientes? La seguridad y la vivienda, concluye el PP.

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