La cuenta atrás para la Copa América de Vela ha espoleado las críticas al ejecutivo de Jaume Collboni, que ha optado por poner la alfombra roja a los impulsores del acontecimiento. Si hace unas semanas eran los vecinos del entorno del Park Güell los que protestaban por la celebración de la polémica desfilada de Louis Vuitton, principal patrocinador de la cita deportiva, este lunes fue el turno de los de la Barceloneta, que irrumpieron en el consejo de barrio para mostrar su rechazo a la iniciativa con gritos de ‘No queremos la Copa América’.
Ante las críticas de una parte del vecindario de este barrio marinero de la capital catalana, el teniente de alcalde de Seguridad y regidor de Ciutat Vella, Albert Batlle, quiso salir al paso para repartir responsabilidades en el impulso de la Copa América en Barcelona. «No es una cosa que nos hemos inventado solos», señaló Batlle, subrayando que la decisión de acoger el acontecimiento se tomó «por unanimidad por parte de todos los grupos municipales». El teniente de alcalde quiso remarcar que fueron los representantes escogidos por los ciudadanos los que tomaron la decisión, en el marco de una «democracia representativa» y no de un régimen asambleario. «Todos los grupos políticos del consistorio han apoyado a la Copa América«, insistió.
Afectaciones a la movilidad y acreditaciones
La acción protagonizada por el vecindario de la Barceloneta se produjo después de que el ejecutivo confirmara este lunes que está estudiando restringir el tráfico de vehículos privados en este barrio durante los días de la competición, una medida que a priori no tendría que afectar los vecinos y trabajadores de la zona, que podrán acreditar sus vehículos para poder acceder sin restricciones.
Este sistema de acreditaciones no acaba de convencer una parte de los residentes, que consideran que se está alterando durante todo un mes la vida en esta zona de la ciudad para celebrar un acontecimiento privado que el Ayuntamiento califica de interés «público».

