Un grupo de activistas defensores del pueblo palestino ha puesto en marcha este jueves al atardecer una acampada en la plaza Universidad para exigir en la Generalitat, todavía en manos de Pere Aragonès, y en el gobierno español la rotura de relaciones con Israel. A pesar de que el locatario de la Moncloa, Pedro Sánchez, reconoció «el estado palestino», los manifestantes consideran que esta decisión política está llena de «trampas dialécticas y falsas soluciones alejadas de las reivindicaciones generales del movimiento de solidaridad con el pueblo palestino». Es por este motivo, pues, que los concentrados decidieron dar un paso adelante y poner en marcha una acampada protesta en la plaza Universidad -tal como ya hizo una parte del movimiento independentista en 2019. Ahora bien, esta misma noche, cerca de las tres y media, agentes de la Guardia Urbana han intervenido para desalojar la protesta.
Desde este jueves al atardecer, unas veinte tiendas de campaña ocupaban el espacio de la plaza Universidad y pretendían alargar la protesta hasta domingo por la noche. Una planificación, pero, que ha quedado truncada por la intervención de la policía barcelonesa. La manifestación, organizada por los estudiantes de la UB Palestina -que ya acamparon en el interior del Edificio Histórico para reclamar la rotura de relaciones de la universidad con Tel Aviv-, empezó en plaza Cataluña y se fue desplazando por el centro de la capital catalana hasta llegar a la plaza Universidad. Uno de los participantes de la acampada, Toni, explicó a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) que las reivindicaciones tienen que ver con el que se ha reivindicado desde el movimiento en solidaridad con Palestina en todo el mundo, una rotura de relaciones total con Israel por el comportamiento «colonial, genocida y de apartheid».
Acusaciones contra el poder político
Los activistas acusan los gobiernos español y catalán de ser «cómplices del genocidio» desde el momento en que, todo y los mensajes de condena y la decisión del ejecutivo de Pedro Sánchez, no han roto relaciones con el gobierno de Benjamin Netanyahu. De hecho, consideran que, hasta ahora, el poder político de Cataluña y el Estado español ha estado «lavándose la cara», pero sin efectividad.
