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La Verneda «no acepta» los nombres de las nuevas estaciones de la L4
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La ampliación de la L4 es seguramente es una de las conexiones más reclamadas. Actualmente, la conexión entre Sant Martí y Sant Andreu se reduce a unos pocos autobuses lineales que dificultan el paso entre dos distritos separados por la vía del tren y tres puentes bastante largos. Ahora bien, las nuevas paradas no han acabado de convencer los vecinos más próximos, que en un breve tuit dejan claro que «no aceptan» el nombre de las estaciones. En el caso concreto de la Verneda, los vecinos no entienden por qué se ha optado para poner el nombre de Santander a la parada que se ubicará en su zona. «Si preguntamos a la gente en qué barrio se encuentra si baja a la parada Santander –sin usar Google Maps– el 90% no sabrá que es en la Verneda. Queremos el nombre del barrio, si se tiene que poner nombre de calle, preferimos Can oliva o Vía Trajana», dice una piada de la asociación de vecinos la Verneda Alta. En conversación con el TOT Barcelona, el presidente de la entidad, Rubén Parada, añade que Santander es una calle «industrial, olvidada y sin importancia» para el barrio y pide una alternativa «con más gracia».

En este sentido, el líder vecinal lamenta que se falle «ahora que podíamos poner, por fin, el nombre que toca a una estación». Rubén Parada critica que algunas estaciones no correspondan con el lugar que toca. Simple y llanamente: la Pau se ubica más bien en el barrio de la Verneda; la parada del Besòs en el barrio de la Pau; y el caso más surrealista de todos, el de la Verneda, estación ubicada en medio de la nada en Sant Adrià del Besòs, un municipio diferente. «Si ni siquiera conocen el barrio para poner bien los nombres de las paradas, cómo tienen que entender los problemas graves que hay en la zona», reprocha el vecino. Desde la asociación vecinal aseguran que optan por la ironía para hacer explicar que son «siempre los últimos de la lista». Parada lamenta que forman parte «de los otros barrios» de Sant Martí, y que el Poblenou y el Clot son los «bonitos» del distrito. Por eso, el activista asegura que hay que aprovechar estas situaciones, por absurdas que puedan parecer, para reivindicarse.

Plan de la perllongació de la L4 | GENERALITAT

Todo ello se produce en un momento en el que el futuro tramo de la L4 ha cogido impulso. La línea crecerá hasta la estación actual de Sagrera y conectará la amarilla con la L1, L5, L9 norte y L10 norte. De hecho, el nuevo recorrido aprovechará parte del túnel de L9 y L10. El tramo que queda para hacer, poco más de 300 metros, es justamente el que dará lugar a la futura estación de Santander. La otra estación que ganará la L4 es la Sagrera-TAE –que conectará directamente con la futura estación del AVE, que tampoco gusta en la zona porque «excluye» Sant Martí. El final de línea será la Sagrera actual, que conecta con diferentes líneas de Cercanías y buses interurbanos.

Enojo por el nombre de la futura estación del AVE

Desde la entidad vecinal reconocen que ahora no cambiarán los nombres inexactos de las paradas del distrito y que, con toda probabilidad, tampoco el de la futura Santander. Lo entoman como una «reivindicación curiosa» que sirve para explicar un problema endémico. Ahora bien, insisten que la curiosidad se convierte en enojo cuando toca hablar de la futura estación intermodal. Rubén Parada lamenta que la futura estación central de Barcelona solo se diga Sagrera cuando se sitúa y afecta sobre todo a Sant Martí. Si los nombres del L4 son una «curiosidad», Parada ve en el caso de la Sagrera un tema «político»: «La Sagrera tiene mejor nombre que Sant Martí». En la Verneda insisten que la estación tendría que incorporar el nombre de su distrito y no descartan que el vecindario se levante en contra de esta decisión.

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