El apagón de luz masivo de este lunes tuvo en el colapso ferroviario uno de sus principales daños colaterales. Miles de personas tuvieron que buscar alternativas por carretera para poder regresar a sus domicilios, mientras que muchos otros no tuvieron tanta suerte y tuvieron que pasar la noche en casa de amigos o familiares o en alguno de los tres puntos habilitados por el Ayuntamiento de Barcelona. A primera hora de este martes, los grandes afectados han sido los trabajadores, que con el servicio de trenes completamente detenido han hecho todo lo posible para encontrar una alternativa de transporte que les permitiera llegar a sus lugares de trabajo.
Con el paso de las horas, los trabajadores han dejado paso a los turistas como principal colectivo afectado. Dado que el transporte por carretera ha sido junto con el tráfico aéreo uno de los pocos medios que han podido operar con relativa normalidad, la estación del Norte de autobuses se ha convertido en uno de los grandes epicentros que han absorbido a todas aquellas personas sin ninguna otra alternativa para moverse por el territorio. Hacia las diez de la mañana, muchos afectados por la parada en el servicio de tren de media y larga distancia se acercaban a los mostradores para intentar conseguir billetes para algún bus que los llevara a su destino. Esto ha hecho que se agotaran los asientos en muchos trayectos. De hecho, los buses a Zaragoza van llenos hasta las tres de la tarde y para ir a Tarragona hay que esperar hasta las cinco.
Un polideportivo que engaña turistas
Ahora bien, también ha habido muchas personas que no han conseguido encontrar a la primera las instalaciones. Aunque la estación de RODALIES y la de autobuses solo están separadas por unos metros y su acceso está bastante bien indicado, muchos pasajeros despistados acababan con las maletas en el Polideportivo de la estación del Norte. Es el caso de Dona y Paulo, una pareja de la región brasileña de Aracajú, donde regentan un negocio de alquiler de lanchas y embarcaciones, que buscaban la manera de comprar un billete de bus para poder ir hasta Andorra. “Compramos una tarjeta móvil cuando aterrizamos en Madrid para poder tener internet, pero con el apagón nos hemos quedado sin”, lamentaban.
Como ellos, muchos otros turistas seguían esta especie de procesión y aparecían desconcertados y extraviados en las puertas de las instalaciones deportivas. «¿Sabes si por aquí puedo llegar a la estación?», preguntaba maleta en mano una turista argentina. «¿Por aquí hay una entrada a la estación de buses?», señalaba otra con la mochila llena a la espalda. Los mismos usuarios habituales del polideportivo se encargaban de redirigirlos hacia el acceso a la estación de buses, algunos con amabilidad y otros de mala gana, señal de que se trata de un error relativamente habitual en el equipamiento.
