El bus a demanda fue un recurso pionero en Torre Baró que debía facilitar la movilidad de una zona compleja. La operativa es aparentemente simple: un vecino solicita el bus con una aplicación y el conductor lo recoge en la parada. Hay dos, uno que conecta la zona norte con los servicios del sur y otro que se mueve por la zona baja. Pero solo funciona uno, el del norte. Seis años después del estreno, una mitad del barrio avala el servicio y la otra expresa dudas. Unos contentos, los otros no, pero todos unidos para exigir «un transporte público digno y eficiente para todo el barrio». Más de un centenar de personas de todas las zonas han recuperado el espíritu del 47 este miércoles para plantarse en la sede del distrito y denunciar «las esperas eternas, los problemas de cobertura y la ausencia de alternativas» al bus a demanda.
La gran diferencia entre el norte y el sur es precisamente las alternativas. Cuando el bus a demanda falla en el norte, los vecinos aún encuentran salvación en un bus de línea tradicional, pero los residentes de la zona sur no tienen esta opción. Antes tenían dos autobuses de línea, pero el Ayuntamiento los reformuló. El consistorio fusionó las líneas 80 y 81 para crear la 180, que une la Trinitat Nova con Vallbona. El 82 también se transformó en un nuevo bus que inicia el trayecto en la plaza de la República y bordea Torre Baró por el norte hasta Castellví, por encima del icónico castillo. Los mismos vecinos admiten que estas líneas no funcionaban correctamente, pero no entienden que el nuevo mapeo ignore la zona baja del barrio.

Las consecuencias de esta ausencia de alternativas se notan sobre todo cuando la cobertura desaparece. «Falla y el bus nos deja colgados», se quejan los afectados. «A veces el móvil te indica que la petición está hecha, pero el bus pasa por una zona sin cobertura y se desconecta. Tú piensas que te vendrá a buscar, pero el conductor no ha recibido la notificación», explica al Tot Barcelona la presidenta de la AVV de Torre Baró, Valeria Ortiz, quien dirige la movilización silbato en mano y con un peto naranja puesto. La activista comenta que esta semana han estrenado una aplicación nueva, pero que el caos sigue reinando el servicio.
Desde la entidad detallan esperas que superan la media hora y los días más complicados puede llegar a ser de 1 hora, 45 minutos. Unas cifras que TMB reduce a 17 minutos de media y menos de 3 si se hace la petición con antelación. Pero independientemente del baile de cifras, la asociación vecinal recuerda que las personas mayores son quienes más utilizan el servicio y que no pueden quedarse sin alternativas.
Críticas por la «inacción» de las instituciones
El vecindario denuncia que la «inacción» de las instituciones para proporcionarles una «solución de movilidad integral» acelera la exclusión social. El tejido vecinal del barrio sostiene que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) les dice que «no hay tantas reclamaciones» y que la asociación ha intentado «mediar» a través del distrito. «No hay soluciones, salir a la calle a manifestarnos es la última vía que tenemos», remarca Ortiz. Los vecinos de Torre Baró cuentan con el apoyo de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB), que ve «indignante» que los responsables de aportar soluciones «vayan al estreno de la película ‘El 47’, que retrata los problemas del barrio hace 50 años, pero no estén presentes ni se hayan reunido con nosotros para solucionar los actuales». La entidad exige la «implantación urgente» de una línea de bus regular, con horarios fiables, frecuencia constante y un recorrido útil para el vecindario.
El bus a demanda no es exclusivo de Torre Baró. También está en Vallbona, Montbau y el Farró. Desde la FAVB concretan que el resto de barrios no expresan ningún problema con el servicio. No notan problemas de cobertura ni esperas eternas. Después de años en funcionamiento, mantienen la apuesta por el bus a demanda. «No es solo que ellos estén contentos, es que nosotros, los que vivimos en la zona norte, también lo estamos. Los problemas solo son en el sur», señala Ortiz. La portavoz de la asociación insiste en que la solución es un bus de línea que actúe como alternativa, «que si falla el bus a demanda, sepas que tienes un bus seguro en un rato».

El Ayuntamiento invertirá 390.000 euros en una rotonda
Fuentes de TMB consultadas por este diario matizan que están «analizando los datos» del servicio y «escuchando las sugerencias y quejas del vecindario para incorporar mejoras». Desde TMB detallan que «próximamente» harán reuniones con los vecinos para trasladarles datos y «buscar mejoras». Las mejoras también están sobre la mesa del departamento de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. El ejecutivo concreta tres ámbitos de acción futura: la mejora de la aplicación, la comunicación con los usuarios y el funcionamiento y mantenimiento de los mismos buses. «Esta semana se concretarán en una reunión en el distrito con los mismos vecinos», remarcan.
Desde el departamento de Movilidad apuntan que las medidas, valoradas en unos 390.000 euros y previstas para mediados de 2026, también incorporarán un proyecto para construir una rotonda que mejore el servicio de bus. Una inversión que no acaba de convencer a los vecinos, que temen que el Ayuntamiento quiera camuflar en la rotonda una inversión sin efectos reales. «Está bien que nos pongan una porque seguramente será más segura y tal vez cambie el alumbrado o se hagan mejoras, pero no es nuestra reivindicación. Una rotonda no cambiará los problemas del bus a demanda», sentencia Ortiz.
