TMB probará durante 10 días un autobús autónomo con tecnología de conducción totalmente automatizada que unirá la plaza Dante y el Estadio Olímpico Lluís Companys por la avenida del Estadio, en Montjuïc. La ruta tiene 1,8 kilómetros entre ida y vuelta y cuenta con seis paradas: plaza Dante, Av. Miramar, plaza Neptuno, Av Estadio/Pg Olímpico, Fundación Joan Miró y Funicular de Montjuïc, según ha informado la compañía. La prueba piloto servirá para “explorar la aplicación de tecnologías de conducción autónoma en el transporte público urbano”. La presidenta de TMB y teniente de alcaldía de Movilidad, Laia Bonet, ha añadido que servirá a los técnicos para obtener conocimientos prácticos y experiencia para avanzar hacia nuevos modelos de movilidad con el objetivo de reforzar la seguridad, la eficiencia y la calidad del servicio ofrecido a la ciudadanía”.


El vehículo autónomo que realiza las pruebas es un autobús de ocho metros de la compañía turca Karsan con capacidad para 52 pasajeros. Aunque el autobús dispone de una tecnología con un nivel de autonomía de conducción 4 –le permite circular sin control humano–, durante las pruebas que se realizarán hasta el 14 de noviembre en Montjuïc habrá un conductor de seguridad por precaución, ya que la legislación española lo exige.
«En todo momento va un conductor de manera preventiva por si es necesario actuar en cualquier situación, pero el vehículo desarrolla una conducción totalmente autónoma gracias a la tecnología que lleva con radares y sensores», ha explicado el director de la red de bus de TMB, Jacobo Kalitovics. Los encargados de supervisar el bus autónomo serán conductores de TMB formados para la ocasión. El autobús funcionará de 9.00 a 19.00 y, con pasaje, está abierto a la ciudadanía.

El área de proyectos de bus de TMB analizará los datos de la prueba piloto y valorará una “posible aplicación futura de este sistema de transporte en el ámbito de la ciudad”. El bus está equipado con un motor eléctrico y lleva baterías de litio que le proporcionan una autonomía de 300 kilómetros, suficiente para realizar 150 veces el trayecto de prueba. La tecnología que incorpora le permite “detectar todos los objetos a su alrededor y controlar las condiciones de la carretera dentro de una ruta redefinida”. También puede seguir todas las señales de tráfico y las líneas urbanas dibujadas en el pavimento, es capaz de reaccionar ante cualquier imprevisto y gracias a los sensores a bordo puede controlar los ángulos muertos.


